Que la humanidad tiende a la tecnificación, es un hecho innegable que observamos diariamente a nuestro alrededor y que, con el paso del tiempo, irá a mas. ¿Me opongo a la tecnificación? No ¿me opongo a la tecnificación humana? No con un pero… Y este “pero” es que, siempre que la tecnificación humana nos permita mejorar nuestra calidad de vida pero manteniendo lo que nos hace humanos estaré a favor; pero cuando esta tecnificación empiece a hacernos olvidar lo que nos hace humanos, me opondré.
Explicare este concepto un poco más detalladamente: estoy a favor de una tecnificación, llamémosla cyborg, que de cómo resultado humanos similares a aquellos a los que se hace referencia en novelas y películas de ci-fi de temática ciberpunk. Puedo aceptar implantes que permitan conectarnos a la red sin la necesidad de un ordenador o un modem, navegar a la velocidad del pensamiento, miembros cibernéticos que reemplacen a los nuestros ya sea por necesidad (amputaciones o malformaciones físicas por ejemplo) o por placer (un multimillonario que sustituye su brazo por uno cibernético con placas de oro puro), incluso enlaces a determinados aparatos (como a nuestro automóvil, a nuestro teléfono móvil o a nuestra casa) que nos permitan controlarlos a distancia. Pero en el momento en el cual el metal empiece a sustituir sistemáticamente a la carne y el hueso, haciéndonos más similares a un androide que a un humano, me opondré.

El concepto de la vida es cuanto menos, complejo y curioso ¿Podemos considerar como vivo a un planeta (como se deja entre ver en Solaris) a un insecto del tamaño de un autobús (como los Bichos de la película Starship Troopers) o a un caballo parlante (como los que aparecen en la novela Los Viajes de Gulliver)? ¿Y a unas piedras inteligentes (como los Silicoides del videojuego Master Of Orion 2) a un sol (como se menciona en un episodio del Doctor Who) o a un súper-ordenador (como Skynet en la saga Terminator)? Desde luego, la definición de ser vivo es tremendamente complicada de aplicar a según qué criaturas, pero aun así… están vivos.

La búsqueda del placer, del desarrollo intelectual, es algo muy recomendable, pero corremos el riesgo de que la sociedad acabe pareciéndose a los Eloi que tan magníficamente describió H.G. Wells en su novela La Máquina del Tiempo. Toda civilización que se vuelve hedonista, a la larga acaba cayendo y desapareciendo como polvo en el viento. Y es que el Ser Humano, para bien o para mal, es un depredador que necesita estar activo y en movimiento para poder evolucionar y avanzar. Y eso implica que no debemos de depender de maquinas para que realicen las funciones y trabajos que no deseemos desempeñar.
En mi opinión, y como ya he comentado en este y otros temas que hemos tratado, las maquinas deberían de realizar aquellos trabajos peligrosos para el ser humano, pero nada más.

El tipo de sociedad que veo yo más viable en un futuro (aunque viable no es lo mismo que idílico) en el cual la humanidad haya emprendido el viaje por las estrellas y las haya colonizado seria bien una República similar a la que existe en todo el universo de Star Wars o bien una Federación similar a la que existe en todo el universo de Star Trek. Si tuviese que decantarme por una, prefiero la República de Star Wars; y no por ser un fan de la saga, que Star Trek también me gusta, si no porque es, para mí, la que mas visos tiene de hacerse realidad.

La gran pregunta a realizar seria ¿Es la Tecnología y la Maquina una Herramienta para mejorar al hombre o por el contrario es un Medio para lograr dicha mejora?

Por cierto, me da la sensación de que tanto Admin como Proteo parecéis comulgar con las ideas que propone el Transhumanismo.