Aquí en España se han puesto de moda unos programas de astrología, videncias, y disparates varios, que proliferan como hongos a altas horas de la noche. Me pregunto como hay personas que se creen los disparates que dicen, o para ser más exactos, la cháchara que no conduce a nada ni concreta las cosas.
Los enfoques son un tanto distintos según el programa, pero el denominaor común es absoluta memez de sus contenidos.
Me he entretenido un poco a verlos y el esperpento es descomunal. Un tal Octavio Aceves se limita a decir todo el rato, pregunten lo que pregunten, que todo va a ir bien. Para ello tira unas cartas. A veces tira un montón, otras veces le bastan unas cuantas, pero el caso es que su discurso es siempre optimista. Se ve a la legua que no se cree ni él sus tonterías, pero lo asombroso del caso es que haya gente que gaste su dinero en llamar.
Otro farandulero de la videncia es un tan Sandro, que tien la especial característica de ir haciendo poses delante de la cámara enseñando su tarot, la bola, y cualquier artilugio esotérico que se le ponga por delante. Su discurso es vago, ambíguo, y completamente prescindible para cualquier persona con dos dedos de frente.
Así podríamos seguir un buen rato, pero el caso es mi completa estupefacción ante la realidad; La gente se cree semejantes chorradas.
En el caso de las cartas, ¿Cómo cierta disposición azarosa de cartas va a poder ser representativa de tu suerte? ABSURDO.
En el caso de bolas de cristal, ya me parece surrealista la tomadura de pelo.
¿Vosotros que opináis sobre este tema?