Ir a Marte para no volver
Si logran llegar y sobrevivir, deberían quedarse el resto de sus vidas allí. Esta visión no es un capricho aíslalo, y físicos de renombre como Paul Davies y Dirk Schulze-Makuch manifiestan también abiertamente la necesidad de recuperar el espíritu de los primeros pioneros. Y hasta se han atrevido a sugerir que la esperanza de vida de los tripulantes debería ser menor de veinte años. Algo que deja entrever quizá en demasía el aire suicida de todo este asunto…