Según Darwin:

Nuestro cerebro contiene diferentes circuitos neurales especializados en resolver diferentes problemas adaptativos, y uno de los problemas más importantes con que se enfrenta todo animal a lo largo de su vida es el de encontrar pareja y reproducirse. Aunque pueda resultar demasiado pragmático y poco romántico, nuestros cerebros han sido diseñados para detectar y considerar sexualmente atractivos aquellos estímulos que son indicadores de un mayor potencial reproductor.