Seguramente el fútbol sirva para adormecer cuestiones apremiantes como necesidades básicas y demás (algo así como una válvula de escape que te hace olvidar miserias), pero lo que sí ya me parece totalmente abusivo son los sueldos que cobran los futbolistas. Los defensores del fútbol siempre argumentan que esas cantidades están asociadas al dinero que genera el deportista en cuestión, y que semejante sueldo es tan alto debido al dinero que reportan al club. Pero lo cierto es que todos los clubes sin excepción tienen grandes deudas (y muchos de ellos ya habrían quebrado irremisiblemente si hacienda no les permitiese demorar sus pagos). Así, uno concluye que el fútbol es en realidad un mal negocio; y que los sueldos de los futbolistas son desorbitadamente altos comparados con los beneficios que aportan al club. Aun así, los fanáticos futboleros siempre defenderán esos sueldos y a los deportistas que los cobran, en un malsano ejercicio de idolatría desprovisto de cualquier atisbo analítico elemental.