El bueno de Kevin Costner venía de un estrepitoso fracaso llamado Waterwold, una cinta a la que ya le dediqué un vídeo y en el que os la recomendada a pesar de sus malas críticas. Porque quizá lo del sonoro fracaso de ese proyecto se entiende mejor desde la perspectiva económica que de la película en sí. La cinta costó 175 millones de dólares y estamos hablando del 1995, es decir, una aberración, y lógicamente perdió mucho dinero.
Pero en cuanto a la estricta calidad del film, me parece oportuna. A mí, y a muchos otros, nos gustó, y consideramos que se deja ver con satisfacción y puede hacerte pasar casi 2 horas y media entretenidas.
Pues bien, 2 años después Costner volvió a jugársela... y sufrió otro gran revés (no tan tremendo como el anterior, pero también con llamativas pérdidas económicas al fin y al cabo).
En esta ocasión no solo era el indiscutible protagonista, sino que también dirigió y produjo The Postman.
Esta producción cinematográfica se basa en una novela post apocalíptica escrita en 1983 por David Brin, que recibió numerosos premios. La película se tituló Mensajero del futuro en España y El mensajero en Hispanoamérica.
No era la primera vez que Costner hacía de director, pues recordemos que también dirigió y protagonizó la exitosa y galardonada Bailando con lobos siete años antes.
Bien, vamos a poner esto en perspectiva antes de que me acribilléis a críticas...
Esta película la vi hace mucho, pero sí, cuando tuve oportunidad de echarle el ojo he de decir que me agradó. En realidad, no entiendo la mala reputación que tiene porque cinematográficamente me pareció correcta, con unas actuaciones cumplidoras y en general, no la considero un insufrible despropósito.
Lo más criticado de esta cinta siempre ha sido su larguísima duración de prácticamente 3 horas. Pero bueno, si algo tenemos ahora es precisamente tiempo, me parece, por lo que esta propuesta puede servir para pasar un generoso rato distraídos.
La industria del cine no posee una varita mágica que convierte cualquier producción en un éxito de taquilla, y muchos rodajes llamados a generar enormes colas delante de las salas han acabado cosechando sonoros fracasos que han arruinado estudios y puesto en serios aprietos las carreras de los productores, directores y actores que trabajaron en ellas.
The Postman solo recuperó 21 de los 80 millones de dólares que costó; las críticas fueron atroces y Costner recibió, injustamente a mi entender, dos odiosos premios Razzies como peor director y actor. En realidad la película obtuvo 5 Razzies en total: Al peor actor y director, ya lo he dicho, pero también a la peor película, peor guión y peor canción original.
Un verdadero despropósito si me lo permitís, más teniendo en cuenta que por ejemplo, Costner casi gana un premio Saturn al mejor actor por esta misma película.
Sea como sea, el film fue descuartizado por la crítica especializada sin misericordia alguna (y los Razzies, unos premios para mí malolientes, de mal gusto y sin rigurosidad ni seriedad alguna, se dejaron llevar sin duda por la corriente). Porque ciertamente en mi opinión, hubo películas mil veces peores que ésta en ese año.
Muy bien, hablemos ahora del argumento:
En el futuro, los Estados Unidos son un lugar sin autopistas, leyes, ni esperanzas de futuro a causa de una guerra nuclear. Esto casi ha destruido la civilización, y los supervivientes intentan reagruparse en poblados, llevando una vida tranquila aunque muy primitiva y privada de comodidades.
Costner huye de una banda que trata de imponer el orden perdido usando la violencia, y logra esconderse en un antiguo camión del servicio postal, en donde encuentra un viejo uniforme que le sirve de abrigo.
Al llegar a un pueblo cercano, es recibido como un cartero real del servicio postal creando la impresión de que correos vuelve a funcionar.
Lo que empieza como un conveniente malentendido y engaño por la necesidad de encontrar alimento, acaba convirtiéndose en toda una organización que lleva cartas a sus respectivos destinatarios. El caso es que el hecho de comunicar comunidades a través de cartas, devuelve la esperanza a una decaída población.
En un mundo en retroceso y sin tecnología, donde las personas tienen que lidiar con problemas locales, sin comunicación y en una especie de western feudal, todo ese invento sobre el nuevo servicio postal que acaba implementándose globalmente me parece personalmente ingenioso.
Y bueno, obviamente pasan más cosas (como el idilio amoroso de turno), pero el argumento troncal es básicamente este, mientras los carteros deben sortear el peligro de una banda autoritaria y desalmada.
A pesar del desmedido patriotismo estadounidense como trasfondo, que es insistente y puede incluso molestar (avisados estáis en este aspecto), este western futurista nos cuenta la historia de superación personal en la que un perdedor egoísta y solitario que vaga por el mundo, se encuentra de pronto con la oportunidad de hacer algo noble que redima su existencia.
Es una película con momentos pretenciosos y alberga errores, y hace gala de una música grandilocuente e inflamados y emotivos discursos patrióticos... pero tiene algo singular que consigue paliar sus desaciertos. Además, también tiene sus dosis de acción.
En conclusión, The Postman no es una gran película, pero si un buen espectáculo suficientemente entretenido si quieres darle una oportunidad.
Como os decía al principio la vi hace mucho y no sé si ha envejecido bien, pero la falta de efectos especiales la hacen una buena candidata para verse, a día de hoy, con corrección.
Pero en fin, como siempre os digo, esto del cine es una cuestión de gustos. A algunos les agradará esta cinta y a otros no (y no pasa nada).
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