Los giros argumentales en la ciencia ficción son elementos clave que pueden sorprender y transformar por completo la percepción del espectador sobre la trama. A menudo, estas sorpresas no solo redefinen la historia, sino que plantean preguntas profundas sobre la naturaleza humana, la realidad o el futuro. Hoy vamos a ver 7 de los mejores giros argumentales en películas de ciencia ficción, comprendidos entre los años 1968 y 1999. Lógicamente habrá spoilers.
El planeta de los simios (1968)
Un astronauta aterriza en un planeta donde simios inteligentes esclavizan a los humanos.
El giro argumental más notable sucede al final, con la revelación de que el "planeta alienígena" donde los humanos son subyugados por simios inteligentes es, en realidad, la Tierra en un futuro post-apocalíptico.
El momento en el que el protagonista Taylor (Charlton Heston) ve la Estatua de la Libertad semienterrada en la arena cambia por completo la percepción de la historia, revelando que no ha viajado a un planeta lejano, sino a su propio mundo devastado por una guerra nuclear.
Cuando el destino nos alcance (1973)
En un futuro distópico donde la humanidad vive en pobreza extrema, la única fuente de alimento es un producto llamado "Soylent Green".
El escalofriante giro inesperado que se revela es que el alimento "Soylent Green" está hecho de carne humana.
Este giro impacta moral y emocionalmente, revelando la desesperación y crueldad de una sociedad que ha llegado al canibalismo masivo para sobrevivir.
El giro es una crítica directa al capitalismo y al abuso de poder en tiempos de desesperación, revelando el canibalismo institucionalizado como una solución extrema para la crisis alimentaria.
Star Wars: El imperio contraataca (1980)
La segunda película de la trilogía original sigue a Luke Skywalker mientras se entrena para convertirse en un Jedi.
Durante su enfrentamiento final con Darth Vader, Luke descubre que Vader no solo es el villano principal, sino también su propio padre, Anakin Skywalker.
Este giro redefine el conflicto central de la saga, transformando a Darth Vader de un villano unidimensional a un personaje trágico con vínculos personales directos con el héroe. La escena es uno de los momentos más citados y discutidos en la historia del cine.
12 Monos (1995)
Un prisionero del futuro es enviado al pasado para detener la propagación de un virus mortal que acabará con la humanidad.
El mayor giro Argumental es que El hombre que el protagonista vio morir cuando era niño es, en realidad, él mismo en el futuro.
Cole (Bruce Willis) creía que su misión era evitar el brote de un virus mortal, pero la revelación de que su muerte fue algo predestinado genera una sensación de inevitabilidad en la historia, resaltando los temas de destino y causalidad.
Abre los ojos (1997)
Un hombre sufre un accidente que lo desfigura y se enfrenta a una realidad distorsionada mientras intenta descubrir la verdad sobre lo que le está ocurriendo.
La película sorprende cuando vemos que los eventos que ha vivido son parte de un sueño inducido por una empresa de criogenización, mientras su cuerpo real está congelado.
El giro es impactante porque pone en duda todo lo que el protagonista (y el espectador) creía que era real. La película transita de una historia psicológica y emocional sobre el trauma y la redención, a un complejo relato sobre el control de la realidad, la percepción y la tecnología.
Dark city (1998)
En una ciudad perpetuamente nocturna, un hombre huye de la policía y de unos seres misteriosos que manipulan la realidad.
El protagonista descubre que la ciudad en la que vive no es real, sino una construcción creada por alienígenas que manipulan los recuerdos de los humanos para estudiarlos. La ciudad es una simulación creada por alienígenas, donde los recuerdos de los humanos son constantemente alterados. Al igual que en Matrix, este giro cuestiona la naturaleza de la realidad y la identidad humana bajo control externo.
Matrix (1999)
Un hacker llamado Neo descubre que la realidad que percibe es una simulación creada por máquinas que dominan a la humanidad.
Neo (Keanu Reeves) descubre que la realidad en la que ha vivido toda su vida es una simulación creada por máquinas que dominan el mundo, mientras los humanos son cosechados en el "mundo real".
El despertar de Neo es crucial porque cambia por completo la percepción del mundo que el espectador y el protagonista habían creído real. Matrix juega con conceptos filosóficos profundos, lo que la convierte en una película paradigmática de la ciencia ficción.