Fabrican dispositivos para que se estropeen pronto

Fabrican dispositivos para que se estropeen pronto

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Los objetos materiales que consumimos, cada día duran menos en vez de durar más. Están diseñados concienzudamente parta estropearse al poco tiempo, y una reparación suele costar más que la compra de un producto nuevo.
Antes un frigorífico duraba treinta años, ahora seis. Unas medias de nailon prácticamente irrompibles, se dejaron de fabricar. Mientras, las empresas obtienen grandísimos beneficios al vender productos de baja calidad que al poco tiempo, las personas tienen que volver a comprar de nuevo y se tienen que volver a fabricar.
Con ello, dañamos el planeta, no evolucionamos, y cada vez tenemos que ser más productivos en esta cadena en la que solo ganan unos; las Empresas.
Nos ven como Unidades de Consumo, no como a Seres Humanos. El motor secreto de nuestra sociedad de consumo es la obsolescencia programada; el fin de la vida útil de un producto o servicio de modo que —tras un período de tiempo calculado de antemano por el fabricante o por la empresa de servicios durante la fase de diseño de dicho producto o servicio— éste se torna obsoleto, no funcional, inútil o inservible.

programada

Existen bombillas patentadas que duran hasta 100.000 horas, pero ninguna ha llegado a comercializarse. Y es que un artículo que no se desgasta, es una tragedia para las empresas fabricantes. Hasta han amenazado de muerte a un español que inventó una bombilla más ecológica y que apenas gasta y dura toda la vida.
Muchos economistas dicen que la única forma de crear empleo es a través del crecimiento (fabricar y fabricar, cada vez más). Pero si creas un producto que dura mucho, tendrás un mercado de segunda mano y florecerán también los negocios de reparación y mantenimiento.
Un grupo de personas demandaron a Apple y ganaron al demostrar que sus iPod estaban fabricados con obsolescencia programada. Pero prefieren pagar las demandas que dejar de fabricar con ese sistema.
Las impresoras las programan introduciendo un chip contador: cuando llega un determinado número de copias, deja de funcionar (y comprar una nueva es más económico que repararla). En realidad, todos los componentes electrónicos los fabrican las mismas tres o cuatro empresas en el mundo.
La solución para desmontar esta locura del usar y tirar compulsivo no la propiciarán los políticos, deben ser los ciudadanos quienes impulsen el cambio. Y no es tan difícil; tenemos las redes sociales y hemos de ponernos de acuerdo y hacernos escuchar. No olvidemos que al fin y al cabo, los gobernantes que están ahí es porque la gente los ha votado. Tienen que rendir cuentas a la gente e impulsar leyes que nos favorezcan.
En este documental se revela como la obsolescencia programada a definido nuestras vidas desde los años 20 del siglo pasado, cuando los fabricantes empezaron a acortar la vida de los productos, para aumentar las ventas y obtener más beneficios.


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