La NASA ha encargado a SpaceX desarrollar una nave para desorbitar y destruir la Estación Espacial Internacional cuando termine su vida operativa en 2030.
Será una especie de remolcador espacial que soltará la infraestructura internacional en la atmósfera para que se desintegre en un lugar alejado de cualquier población, previsiblemente sobre el océano Pacífico. SpaceX cobrará por ello 834 millones de dólares.
Desde 1998, la Estación Espacial Internacional ha sido operada por cinco agencias espaciales: CSA, ESA, JAXA, NASA y Roscosmos, cada una responsable de administrar y controlar el hardware que proporciona.
Después de 24 años de operaciones continuas, la estación espacial ha permitido a la tripulación realizar más de 3.300 experimentos en microgravedad en diversas disciplinas, como ciencias de la Tierra y el espacio, biología, fisiología humana, ciencias físicas y demostraciones tecnológicas imposibles en la Tierra.
La Estación Espacial Internacional, después de paulatinas expansiones, pesa en la actualidad 420 toneladas, con unas dimensiones de 73 metros de largo y 109 metros de ancho. Se encuentra orbitando la Tierra a una altitud superior a los 400 kilómetros.