Cómo sería "hablar" con extraterrestres...

Cómo sería "hablar" con extraterrestres...

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Lo primero que quiero decir, es que este vídeo parte de la base que todavía no hemos contactado con seres extraterrestres.
Si eres de los que piensan que existen los reptilianos, que hay alienígenas disfrazados de políticos que nos gobiernan en la sombra, o que cada día naves extraterrestres abducen incautos humanos para meterles sondas por cualquier orifico, este vídeo no te va a gustar.

Dicho esto, voy a mencionar un par de cosas que ya he dicho en anteriores vídeos (pero que repito para los nuevos):
La primera es con respecto a la detección de exoplanetas que puedan albergar vida.
Los telescopios controlan la cantidad de luz recibida de muchas estrellas, y buscan lo que en astrofísica se denomina un tránsito, es decir, una pequeña disminución en su brillo, que puede ser producida por el paso de un planeta a través del disco de la estrella (oscureciendo así parte de su luz). A partir de esa observación, se detectan diversos componentes que se consideran esenciales para la vida.

La primera observación a considerar, es que llevamos 50 años enviando decenas de misiones a Marte (que han llegado físicamente al planeta), y lo han (y están), escudriñando in situ; en el lugar. Y ni con esas, hemos sido todavía capaces de determinar si Marte alberga vida. ¿Cuántos años más vamos a necesitar para saber si en Marte hay vida? ¿Y cuántos necesitaríamos para saberlo de un exoplaneta lejano?
Claro, teniendo en cuenta esto, es difícil convencerse de que podemos encontrar vida en un exoplaneta que se encuentra años luz y con el que nos es imposible llegar (más cuando en plena era tecnológica, se pierden aviones en nuestro propio planeta y no los encontramos...).

Si los biomarcadores se centran en encontrar elementos de los que deriva la vida, los tecnomarcadores son un teórico método para hallar civilizaciones alienígenas avanzadas (esto es; mediante la detección de sus construcciones tecnológicas).

En este sentido, se habla principalmente de la detección de satélites y chatarra espacial análoga a la nuestra, que pudiera orbitar un exoplaneta.
Pero volvemos a topar con la realidad: Resulta que no hemos confirmado todavía, ninguna luna orbitando un exoplaneta (que sería algo, mucho más grande que meros satélites artificiales...)

Además, si este método funcionara, podríamos saber que hay alrededor de la famosa estrella Kic. Sí, esa de la que todavía se habla, podría estar contenida en una gigantesca esfera de Dyson.
¿Cómo vamos a pretender detectar un cinturón de pequeños satélites orbitando un exoplaneta, si ni siquiera podemos aclarar si en Kic hay una todopoderosa y descomunal megaestructura de Dyson cubriendo una todopoderosa estrella?

Demasiadas contradicciones, para una conclusión desalentadora: Nuestra tecnología actual parece ser más primitiva de lo que aparenta... (solo en mi opinión)

Pero si nosotros no somos capaces de momento de encontrar lo que buscamos, puede que sí seamos objeto de ser descubiertos por alguien más evolucionado y con más recursos tecnológicos: Algo como lo que vimos en la película La Llegada.
Y en este caso, es en lo que me voy a centrar ahora: Que unos seres extraterrestres vengan, y pretendan establecer un contacto con nosotros (o por decirlo llanamente, que quieran charlar para ver qué tenemos que contarles).
Voy a basarme en parte en la opinión de Itziar Laka, catedrática de Lingüística, y directora del grupo de investigación La Mente Bilingüe en la Universidad del País Vasco.

Pretender entender un mensaje extraterrestre, dependería obviamente de cuánto se nos parecieran sus emisores.
Primero, tendrían que concebir la comunicación como nosotros (porque si se tratara de formas de vida que no tengan que ver ni con el carbono, seguramente no entenderíamos jamás sus mensajes).

En las películas, generalmente son los alienígenas los que quieren comunicarse con nosotros, y de este modo, asumimos que han hecho un esfuerzo previo para entender nuestro sistema de comunicación.
Es una buena premisa, porque realmente nosotros dejamos mucho que desear en cuanto a descifrado de mensajes. Una escritura de la civilización minoica de Creta, sólo ha podido ser descifrada en una pequeña parte (y eso que fue concebida por humanos).

Los pájaros, los delfines, los chimpancés y nosotros, estamos hechos de la misma pasta. Compartimos mucho, y aún así es muy difícil. Se puede establecer cierta comunicación básica, y hasta cierto aprendizaje mecánico en función de recompensas, pero el lenguaje de los delfines, por ejemplo (mamíferos como nosotros), nos es prácticamente desconocido.

Todos estos son ejemplos de cómo nosotros, máximos exponentes de la evolución de este planeta, somos incapaces de descifrar el lenguaje de otros animales inferiores.

Si esto nos sucede a nosotros, unos seres superiores podrían tener el mismo problema a la hora de comunicarse con simples humanos.
En “La llegada”, hay un momento en que la lingüista se da cuenta simplemente de que tomamos turno. Es algo que damos por sentado, pero es complicado. Fijaos en cómo hablamos los humanos: yo estoy hablando un rato, tú estás otro rato; yo estoy un rato, tú estás otro rato… No concebimos otra manera de comunicarnos, pero podría haber alienígenas que conversaran simultáneamente (siendo perfectamente posible además, que lo hicieran sin palabras sonoras o incluso sin imágenes).

Teniendo en cuenta todo lo dicho, en mi opinión resulta difícil imaginar que los mensajes que llevan las sondas Pioner y Voyager puedan ser descifrados correctamente por extraterrestres, pese al optimismo de sus difusores.
Un contacto con extraterrestres que hubieran llegado a la tierra, podría ser decepcionante. Pero una comunicación interestelar a distancia, podría ser prácticamente imposible.
A todos los impedimentos anteriormente citados, se les une el canal de comunicación a usar (que debería ser de radio, para resultar entendible para nosotros).
Una comunicación a distancia por radio con otra civilización, resultaría muy frustrante (pues un diálogo en el que en el mejor de los casos se tardarían decenas de años en responder a cualquier cosa, es decepcionante).


Las primeras transmisiones de radio datan de 1894, y no fueron algo muy potente.
La retransmisión de los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, fue la primera señal de radio suficientemente fuerte como para abandonar la Tierra.
Viajando a la velocidad de la luz, estas señales representan una burbuja de transmisiones que se extiende a través del espacio desde la Tierra.
Podríamos decir que las señales de radio humanas, están contenidas en una esfera de unos 82 años luz de diámetro. La Vía Láctea tiene un diámetro aproximado de 100.000 años luz.
Y si alguien las empezó a detectar en algún momento, no habrá entendido nada (pues no tienen un diseño entendible o estructurado para establecer una conversación), sino que son una maraña de datos prácticamente indescifrable de consumo humano interno.
Civilizaciones que como nosotros emitan ondas de radio para su uso (y no para lanzar un inequívoco mensaje), podrían haber más, cierto. Pero de detectarse mutuamente, lo más probable es que no haya comunicación alguna (sino una mera detección en plan "Ah, allí hay algo, pero menudo lío").
Como decía antes, el mero hecho de establecer turno (y desgranar la paja de autoconsumo, de un mensaje conciliador dirigido hacia alguien), es una auténtica odisea. Sería un verdadero diálogo de besugos. 

Sea como sea, hasta el momento ni ondas de radio que no sean naturales, hemos sido capaces de detectar (pese a las regulares noticas rimbombantes anunciando señales alienígenas, que posteriormente se desmienten).

El científico Evan Solomonides, explicó ante la Sociedad Astronómica Americana que "el espacio es muy grande. Se necesita mucho tiempo para llegar a cualquier receptor, incluso a la velocidad de la luz"
Por ello, señaló que la comunicación con extraterrestres tardaría un mínimo 1.500 años. Es el tiempo mínimo que tardaría una respuesta a las primeras señales espaciales.
Solomonides ha calculado la burbuja de las comunicaciones potenciales que se producirían en toda la galaxia.
Él encontró que, a partir de hoy, sólo un 0'1% de la Vía Láctea, podría estar cubierta por señales de comunicación inteligentes.
Pero según él, incluso si en los próximos 2.000 años los seres humanos todavía no han escuchado de otras formas de vida inteligente, eso no va a significar que la vida avanzada no exista en toda la galaxia.
Porque claro, otra posibilidad es que las civilizaciones avanzadas no estén dispuestas a responder, porque prefieren evitar el contacto...

La búsqueda de una señal inteligente proveniente de fuera de la Tierra, comenzó en los años 60. Pero desde esa fecha hasta ahora, no ha habido ningún resultado positivo.
Por ese motivo, el proyecto METI está enfocado a enviar transmisiones de radio intencionadas y poderosas a las estrellas, con la esperanza de captar la atención de nuestros hipotéticos vecinos en el Universo y que sean ellos quienes nos descubran.
Algunas voces importantes del mundo científico, señalan que no conocemos nada acerca de esas posibles civilizaciones con las que intentamos contactar, por lo que no podemos aceptar de base que estén impulsadas por el altruismo y la cooperación (por mucho que sean científicamente superiores). ¿Estamos jugando con fuego?

¿Qué te parece todo esto?
¿Es buena idea enviar señales para que los extraterrestres nos encuentren?
¿Quizá los extraterrestres nos esquivan? ¿Por cuál motivo?
¿O estaremos en realidad, más solos de lo que imaginamos?

Fuentes:

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