¿Queremos robots con conciencia y sentimientos?

¿Queremos robots con conciencia y sentimientos?

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Hace un par de años, un robot Nao superó una prueba de consciencia de sí mismo (llamada, prueba de  Los hombres sabios). En este caso, demostró que sabía cuándo estaba hablando.
A tres robots les dijeron que a dos de ellos se les ha dado una pastilla que les deja sin habla. En realidad, solo les habían pulsado el botón para silenciarlos, pero ninguno sabía cuál podía seguir hablando. Eso es lo que tenían que averiguar, y uno de ellos se alzó y habló. Al oír su propia voz robótica, entiendió que no podía estar silenciado, y dijo: "¡Lo siento, ahora lo sé! Puedo demostrar que no me dieron la pastilla".



Nico, un robot de investigación de la Universidad de Yale, es capaz de reconocer su propia mano en un espejo, mientras que Qbo (un proyecto español de código abierto), está programado para tareas de reconocimiento facial o de objetos, y también se reconoce a sí mismo frente a un espejo.

Estos experimentos son un primer paso hacia la creación de máquinas que tienen consciencia de sí mismas y entienden su lugar en el mundo, pero, ¿qué es lo que queremos conseguir, exactamente?

La palabra “robot” deriva de la palabra checa que significa “trabajador”, y apareció por primera vez en la obra teatral de 1920 R.U.R de Kaerl Capek. Este buen hombre ya concibió en ese tiempo, la construcción de una nueva raza de seres mecánicos idénticos a los humanos, con el fin de aligerar la carga de trabajo de las personas.
Pero su servilismo se fue al traste cuando los humanos los maltrataron. Entonces, los robots se rebelaron (destruyendo la humanidad), y se convirtieron en los dueños del mundo.
Esta es una idea que incansablemente, nos ha mostrado el cine y la literatura, y que en mayor o menor grado, todos tenemos en mente.
Claro, cuando concibes una forma de vida (vamos a decir), desde la idea de que sea tu esclavo, se nos presenta un problema: ¿Hasta qué punto debes desarrollarla, para que no se vuelva contra  ti?. O dicho de otro modo: ¿Cuán parecida debería ser a nosotros, como para que no acabe  resultando ser una amenaza?

En la actualidad, la mentalidad de los desarrolladores de inteligencia artificial está dividida:
Por un lado, tenemos a aquellos que tienen claro que los robots deben ser una mera herramienta al servicio del hombre (alimentando la idea del robot, entendido como un esclavo).
Y por otro lado, los que aspiran a crear algo así como un ser artificial equiparable a un  humano en cualquier sentido (y pretenden una convivencia de igual a igual, con iguales derechos y obligaciones).

Todo esto es un lío, como comprenderéis, porque muchas personas por ejemplo, empatizan fácilmente con otros seres y no ven con buenos ojos que los androides del futuro, sean herramientas sujetas a los caprichos humanos.
Pero... ¿Nos queda otra alternativa?

Vamos a situarnos en el caso que se desarrollen androides equiparables a personas: conscientes  de existir, con emociones... ¿Alguien se fiaría de un androide con sentimientos humanos? Yo, en principio no.
Si algo podemos rescatar de la mediocre Alien: Covenant, es la personalidad de amos androides "clónicos".
En el film tenemos 2 claros ejemplos de androides fruto del ingenio humano.
Por una parte, David: La primera versión humanizada capaz de desarrollar sentimientos y emociones humanas... ¡Un claro peligro, a mi entender!
Y no estoy diciendo con esto que sea malvado y merezca morir (seguramente otras circunstancias y experiencias, lo hubiesen transformado en algo muy diferente), pero... Veis en lo que se convierte, ¿no?
Determinado contexto, puede hacer de un androide demasiado humano, algo muy peligroso.
Una escena interesante de la película, es cuando David le dice a Walter que si sacrificó su mano para salvar a Daniels, fue por amor. A lo que Walter, impertérrito, le responde: No, fue deber (su programación).

Y pienso que esto resume muy bien lo que debe esperarse de los robots del futuro, si no queremos tener serios problemas de convivencia: que sean inteligentes, que piensen, conscientes de existir, que sean capaces de hacer cualquier cosa, pero... sin sentimientos y emociones humanas.
Porque ya veis lo que nos cuesta convivir meramente entre nosotros, ¿no?
Ahora imagina otro agente (y de proyección evolutiva mayor), en la ecuación.
Casarte con un androide y que pueda desarrollar celos... no quiero ni imaginármelo.
O que se enfurezca de cólera, o que odie, sea envidioso, hum... Mal asunto.
No voy a negar que hay emociones humanas sanas: cooperación, solidaridad, amor incondicional, etc, pero insisto: si los robots pueden desarrollar sentimientos negativos, pueden ser una serie amenaza (y más, si acaban superándonos con el tiempo).

Una solución a esto, es imitar y desarrollar solamente emociones positivas en los robots (al estilo Data).
Pero no sabemos si esto es posible. No sabemos si cada emoción se consolida a partir de su antagonista. En realidad, no sabemos apenas nada de las emociones humanas (por lo que a corto o mediano plazo, no pienso que tengamos posibilidad de recrearlas; y menos mal).
Sea como sea, la idea de los robots humanos con derechos equiparables a las personas, es algo con lo que pronto tendremos que convivir. Ya que pese a que no sean para nada como una persona, esa empatía de la que hablaba antes, hará que mucha gente se encariñe de ellos y los humanice.
Películas como el Hombre bicentenario, alimentan estos comportamientos. En ella, un androide con una chispa que lo hace especial, va desarrollando una personalidad humana y acaban considerándolo un igual.
 
Para resumir un poco lo dicho, yo diría que podemos aspirar (sin temor a ingratas experiencias), a que las máquinas sean inteligentes, razonen, e incluso, sean conscientes de sí mismas. Pero lo que debemos evitar a toda costa, es que tengan emociones y sentimientos (ya que podrían desarrollar apegos o rencores imprevisibles, que podrían amenazar nuestra existencia).
A partir de aquí, podemos hablar de derechos, obligaciones, y lo que queráis (se verá en su momento, según los lazos que tengamos con ellas), pero la emoción biológica natural del ser humano, es algo que no desearía reproducir en unos seres artificiales que como digo, seguramente nos superen con el tiempo. 

Bien. Hasta ahora he hablado de todo esto, como si fuera posible recrear conciencia en máquinas, pero hemos de recordar las preguntas recurrentes que siempre nos hacemos en este canal:
El desarrollo de la inteligencia artificial actual se basa en imitar las acciones humanas, y copiar sus procedimientos para reproducirlos en soportes alternativos. Esto nos hace pensar que determinada complejidad, podría hacer aflorar la conciencia...
Pero la pregunta es si la consciencia es más una cuestión de lo que hacemos, o de lo que estamos hechos.
¿Podrá una máquina basada en silicio (u otro elemento) producir consciencia, o son sólo las criaturas hechas de carbón con nuestra configuración material biológica, las que pueden producir la experiencia consciente? ¿Existe un alma que nos hace únicos y conscientes?

Fuentes:

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