A priori puede parecer un mierda, pero no lo es. El film fue recibido con críticas favorables y recaudó aproximadamente 235 millones de dólares (costó 100 millones).
Tras los títulos de crédito finales, aparece una frase que dice "Para Stanley Kubrick" (pues el proyecto era inicialmente suyo, y luego lo rescató su amigo Spielberg).
Hoy voy hacer una crítica distinta de las habituales, porque os voy a explicar parte del argumento de la película (aunque sin entrar en demasiados detalles, y dejándolo en un punto de suspense importante por si os entran ganas de verla).
Esto va de una pareja que tiene a su hijo como criogenizado, debido a una enfermedad. Están destrozados, y al marido se le ocurre comprar un niño robot para que les haga compañía.
Pero no os imaginéis un robot de hojalata, se trata de un androide de apariencia y comportamiento sumamente humano.
Estos niños robots son diseñados para hacer de hijos, y David (cuyo actor es Joel Osment, el de "El sexto sentido"), tiene una impronta programada que lo hace amar y busca ser amado.
La primera parte de la película, muy interesante, son básicamente las interacciones entre David y la madre: cómo se conocen, como evoluciona su relación, etc...
Pero resulta que el hijo biológico sana, y el niño robot empieza a sobrar: porque además el niño humano no se lleva muy bien con él, y después de un incidente en una piscina las cosas se vuelven insostenibles.
El caso es que la madre se lo lleva en coche hacia un lugar apartado, y lo abandona (como quien actualmente abandona un perro).
A partir de aquí se inicia una nueva etapa, en la que David intentará sobrevivir sin el calor de un hogar. Conoce a más robots, conoce el miedo y la barbarie de los humanos... pero también, conoce la amistad (de la mano de un robot sexual encarnado por Jude Law).
El razonamiento de David, es que la madre lo abandonó porque no era humano (y tiene razón), así que en su lógica digital, florece la idea de que ha de convertirse en un niño de verdad (y que cuando lo sea, su amor por ella será correspondido).
Se le ha metido en la cabeza que el hada azul que dio vida a Pinocho por petición de Geppetto, puede convertirle en humano.
Pero necesita respuestas, necesita soluciones... Y Jude Law le sugiere preguntarlo a una especie de programa que todo lo sabe. La pregunta es: ¿Cómo puedo convertirme en un niño de verdad?
Esa pregunta es traslada al programa, cuya base de datos ante tal difícil respuesta es sugerir una ubicación en los confines de la civilización.
A partir de ese momento, se inicia otra nueva etapa: La búsqueda incesante del hada azul...
Muy bien. Todo esto explicado así, no parece gran cosa. Pero la premisa troncal del film es muy interesante: ¿Hasta dónde llegaría un robot diseñado para amar, para ver correspondido su amor?
No voy a continuar con el relato de la historia (por si la queréis ver), pero no puedo callarme un par de detalles importantes:
Esta película abarca cientos de miles de años (algo que personalmente, pocas veces he visto en otro filme; y resulta verdaderamente épico y emotivo).
La otra cosa a destacar, es un final lacrimógeno que te deja con una sensación de misterio y de ganas por saber cómo sigue, verdaderamente único.
Un hermoso y trágico cuento de un “pinocho del futuro”, podríais decir... Pues sí, en muchos aspectos lo es, pero desde una perspectiva meditada y sedimentada en un sólido argumento de ciencia ficción.
En conclusión: Una película ambiciosa para pensar, que no te puedes perder si te gustan las singularidades.
¿Te gustó esta película? ¿Te han entrado ganas de verla?