Primer prostíbulo de muñecas hiperrealistas

Primer prostíbulo de muñecas hiperrealistas

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La noticia de hoy es una de esas cosas previsibles que tarde o temprano tenían que suceder: Han abierto el primer prostíbulo en España de muñecas hiperrealistas (concretamente es en Barcelona).
Los objetos de deseo en cuestión son las llamadas Sex Doll, la evolución de las tradicionales y muñecas hinchables, convertidas ahora en una especie de maniquíes hiperrealistas construidos con los más avanzados polímeros y cauchos. Estas muñecas realistas están equipadas con curvas más o menos pronunciadas, a gusto del consumidor. Su precio en el mercado puede superar los 6.000 euros.
 

El prostíbulo ofrece, por el momento, los servicios sin límites de cuatro Sex Doll. Las tarifas están marcadas por periodos de tiempo. La hora con una muñeca cuesta 120 euros, la hora y media cuesta 150, y dos horas a 170 euros.
Parece ser el primer servicio de estas características en Europa, y ofertan cuatro tipos de muñecas de distintas razas y características: Katy, una europea. Leiza, una africana. Lily, una asiática. Y la que más me ha llamado la atención es Aki, un personaje de anime japonés (Miku Hatsune).
 
dumidolls
 
Ellos garantizan a sus clientes que con estas muñecas podrán cumplir sus fantasías “sin ningún límite”, en una experiencia totalmente realista puesto que las cuatro muñecas cuentan con los mismos orificios que una mujer de verdad.

Como es lógico, garantizan las medidas de higiene desinfectando a todas sus ‘trabajadoras’ después de cada cita (aunque a pesar de ello, recomiendan el uso de preservativos).
Más cosas: Miden entre 1,60 y 1,70 metros, pesan 40 kilos y el esqueleto contiene unas varillas metálicas flexibles que les permiten articularse y ponerse en posturas realmente curiosas. Cada muñeca tiene 3 orificios de 17 centímetros de profundidad: en la boca, vagina y ano.

Este peculiar burdel hace todo lo posible por evitar que el encuentro íntimo con una muñeca, se quede en una experiencia fría y aburrida: "cuidamos hasta el más mínimo detalle", explican. En cada habitación, hay una gran televisión de plasma donde se puede reproducir una serie de películas que el propio cliente puede elegir a su gusto. "Junto a la tenue luz de las velas y con la SexDoll al lado, será una experiencia única", aseguran.
Además, el cliente puede elegir con qué ropa o en qué postura o situación quiere que le reciba su muñeca...

Bueno, no sé si os habréis hecho una idea de todo este tinglado, pero a mí se me ocurren unas cuantas reflexiones:
No es la primera vez que hablamos de sexo con robots y muñecas. En este caso, estas muñecas no presentan características técnicas avanzadas y son solo eso: muñecas que no hablan, pero nos sirven igualmente como modelo de lo que nos viene en el futuro.

Conxa Borrell, es presidenta de la Asociación de Profesionales del Sexo, y está convencida que este nuevo negocio no hará la competencia a la prostitución tradicional: “Las sex doll no van a sustituirnos, cumplen su función como fantasía pero no amenazan nuestra profesión”.
Yo no opino lo mismo: pienso que son clara competencia para las prostitutas humanas, y que con el transcurrir de los años y su perfeccionamiento, supondrán un peligro para las empleadas en este sector.

Moshe Vardi es profesor de Ciencias de la Computación en la Universidad de Rice en Estados unidos, y ganador del premio Gödel en el año 2000 (que es un premio para los destacados en el área de la informática teórica). Pues bien, según sus palabras: "Ni siquiera quienes viven de la prostitución, están a salvo de que los robots les roben su empleo". Y estoy de acuerdo con él.
Los robots, los androides,  están cada vez más cerca (y asumirán roles y funciones antes reservadas para los humanos).

Y si se pudieran construir robots tan sensibles y considerados como los humanos, ¿te gustaría tener uno?
En ese caso, "podrían llegar a ser parte tan integral de nuestras vidas que hasta podríamos enamorarnos de ellos", advierte el Dr. Blay Whitby, especialista en ética de las tecnologías.
"Y por ello mismo, ya es hora de que empecemos a pensar seriamente en nuestra relación con los robots, en lo que pueden hacer por nosotros y lo que pueden llegar a significar", advierte.
Bien. En Europa ya se está haciendo. Pronto se publicarán las leyes de la robótica en el ámbito de la Unión Europea (y ya os lo digo, no se parecen en nada a las de Asimov).

Es algo que estoy siguiendo desde hace meses, y cuando se aprueben definitivamente, lo trataré como se merece. Las leyes tienen como objetivo regular la convivencia con robots, que no es poca cosa. Hay varias que me llaman la atención, pero hay una que pone de manifiesto la preocupación de los políticos, con respecto a los lazos afectivos que los humanos podríamos establecer con los robots en un futuro inmediato. 
Se conoce como una prohibición para crear vínculos emocionales con los robots e inteligencias artificiales, aunque más que una ley, básicamente es un recordatorio que nos dice que la Inteligencia Artificial no es capaz de amar y que por tanto, no deberías pensar lo contrario. La sugerencia es no establecer lazos afectivos con las máquinas. Bien, esto va a ser difícil a medida que evoluciones y formen cada vez más, parte de nuestras vidas... Pero no vayamos a enmarcar todo esto en parámetros de personas adultas:
 
La idea de desarrollar robots adorables capaces de interactuar con los niños mientras sus padres trabajan, ciertamente no es descabellada. En realidad, ya está sucediendo. Empezamos a tener robots avanzados como Nao, que hacen las delicias de los pequeños (hasta son terapia de niños con trastornos).
Vamos a ser realistas: esta nueva generación de pequeñines habrán crecido con el calor de un amistoso y divertido robot, por lo que de mayores, su apego con las máquinas y la inteligencia artificial será muchísimo mayor que la nuestra. No podemos imaginar cuánto.
Estos niños de adultos, no verán nada de malo en enamorarse de una máquina sensible que además, encuentras estéticamente agradable.
Y el salto, se habrá dado. El punto de inflexión, se habrá consumado... El apego de los humanos por máquinas avanzadas, será un fenómeno totalmente común.

Las razones éticas o morales que pudieran impedir eso... serían similares a las que hemos visto siempre hasta ahora:
En muchos de los estados del sur de EE.UU., por ejemplo, el matrimonio interracial no fue legalizado hasta 1967.
Y, hasta ese año, las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo eran consideradas ilegales en Reino Unido.
De hecho, los esfuerzos por darle a las relaciones estables entre personas del mismo sexo los mismos derechos que a los matrimonios heterosexuales, son muy recientes.
Y en pleno 2015, las relaciones homosexuales todavía son consideradas ilegales en varios países (en algunos casos, hasta el punto de acarrear la pena de muerte).
Sí, cuesta cambiar... pero lo hacemos. Cada generación y su nueva visión de las cosas, empuja a los cambios. Y una generación que ha mamado los robots desde el mismo instante de su nacimiento,  parece sugerir que la convivencia futura con ellos, podrían obligarnos a redefinir en un futuro no muy lejano, qué puede ser considerado amor (y con quién puedes tenerlo).

¿Tendrías sexo con una muñeca? ¿Y con una sofisticada androide sensible e inteligente? ¿Veremos casamientos entre humanos y androides? ¿Cuándo?
 
ACTUALIZACIÓN: Este burdel cerró por razones legales. Más información AQUÍ.

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