Crítica y Análisis de la película Teorema Zero
PopularTeorema zero es una cinta del 2013 dirigida por Terry Gilliam: Ya veis de lo que estamos hablando,¿ no? ¿Os suena Brazil? Ciertamente, Gilliam tiene un estilo y estética muy peculiares... También dirigió la fabulosa 12 monos, y El imaginario del Doctor Parnassus... (entre otras).
Todo ello, con una puesta en escena, escenarios, y tecnología... imposibles. Nada creíbles, para qué nos vamos a engañar. Completamente estridentes y sumamente extravagantes. Rozando lo grotesco... Pero que sin embargo, seducen a su manera. Incomprensiblemente, hacen de su extrema particularidad, virtud.
Bombardeos de publicidad personalizada atestan las paredes de los edificios, coches como los Smart actuales circulan por las calles, y una tecnología trasnochada retro-futurista de lo más curiosa, colorida y hasta hortera, hacen que de esta cinta algunos hayan dicho que se trata de la peor película de Gilliam (no sé si influye en esto, el hecho de tener el menor presupuesto de todas las anteriores cintas del director). Bueno, a mi no me parece lo mejor Terry Gilliam, pero tampoco lo peor.
Os cuento un poco el argumento:
Mancom es una omnipresente empresa controlada por la misteriosa y poderosa Dirección (cameo de Matt Damon al canto), que se dedica a dar sentido a la vida de la gente a través de su singular tecnología anacrónica.
Entre su plantilla se encuentra Qohen (Cristopher Waltz), un espiritual, solitario y maniático matemático, al que se le encarga la resolución del aparentemente irresoluble Teorema Zero, cuya respuesta, presumiblemente explicaría el significado de la vida y del universo.
Durante ese fatigoso proceso, la vida del informático se verá sacudida por pintorescos personajes... Principalmente, por una chica de la que acaba enamorándose (bien, esto sería spoiler, si no fuera tan evidente desde el principio).
No hay más. El argumento, obviando detalles, es este: Un tipo raro al que le encargan un complicado trabajo matemático y durante el proceso, se enamora de una chica. Fin. Visto así parecer una mierda, pero voy a explicarlo un poco más...
Qohen camina perdido a través de las sombras y la soledad, en busca del santo grial de la salvación espiritual y del sentido de la vida, mientras espera recibir una misteriosa llamada desde hace mucho tiempo que cambiaría su destino.
Privado del pelo y de la expresividad de las cejas (y por si fuera poco, con su peculiar costumbre de hablar en plural), la angustia vital que se refleja en su rostro y sus acciones, te pierden en el torbellino filosófico que acecha en cada recoveco del film.
Su sencilla, austera y monótona vida, contrasta con el mundo ruidoso y excéntrico que le rodea.
Es tal su animadversión hacia las otras personas, que prácticamente no sale de su casa.
Pide que le encarguen un trabajo exclusivamente realizable desde su domicilio, que termina siendo el de resolver un teorema imposible que determinará si la vida tiene sentido: El dichoso Teorema zero.
Este teorema es un proyecto que acaba quemando a cualquiera que trabaja en él. Muchos lo han intentado, y todos acaban tarados... ¿Será en su caso diferente? ¿Logrará descifrarlo?
No os voy a contar si lo resuelve (ni lo que eso significaría), obviamente, pero sí os diré que el famoso teorema que da nombre a la película, para mi es completamente secundario. Apenas unos pocos minutos se le ve trabajando en él en toda la cinta; por lo que si os imaginabais ver una ardua e insistente tarea de suposición matemática y laboriosa evolución deductiva, os vais a llevar una gran decepción. Esta película es mayormente, una historia de amor.
Como os decía antes, aquí lo que da vida a la cinta son los personajes que Qohen trata y conoce: Su supervisor (David Thewlis), una app psicóloga encarnada por Tilda Swinton, un jovencísimo jacker que es el actor Lucas Hedges; y sobre todo (muy por encima de los demás), una chica de la que se enamora, que es la actriz Melanie Thierry.
Pero estos personajes, a diferencia de las demás películas, no son desarrollados en absoluto en el plano individual (ni tienen secuencias propias), sino que solamente aparecen cuando interactúan con el protagonista. Y es que la presencia de Qohen se come absolutamente la película entera, apareciendo en todas y cada una de las escenas. Algo muy inusual.
Visto el tráiler y reconocidas las señas de identidad del director, uno respira hondo y abre la mente esperando ver una obra de brillante fantasía futurista.
Esta película es muy diferente a lo habitual, y si os queréis arriesgar... quizá os guste.
En conclusión: Para saber si esta película te va a agradar, debes responder esta pregunta: ¿Te gustó Brazil? Si la respuesta es sí, probablemente puedas pasar un buen rato con Teorema zero. Por cierto, he de decir que para mí (cuestión de gutos), lo más flojo es el final.
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Opiniones de los usuarios
2 opiniones
Magnífico final
Pues para mí lo mejor es el final. El final convierte todo lo anterior, incluida la historia de amor en irrelevante. Estuve toda la película pensando que dependiendo del final la película sería buena o mala. Final fantástico. Película fantástica. Me ha sorprendido ver que todas las críticas que veo en internet no han comprendido para nada la película. Por eso, a mi juicio, la valoran como floja. Sí, sí, algunos podrán decir que mi interpretación subjetiva del significado de la película me hace creer que es buena. Pero, a esto tengo que responder algo que creo es irrefutable: el mensaje que veo en el final de la película es novedoso para mí (por tanto, no es una proyección que yo haga desde mi cabeza hacia la película). Además, el mensaje que me transmite la película es novedoso y revelador.
Supongo que la premisa no era mala... pero el guión es flojo, carece de verdadera intención y eso se ve en el final.
sinceramente no me gusto nada, me suelen gustar las películas de psicología y diferentes pero esta no tiene sentido, ademas de un final obvio y cubre.