*** LITERATURA, CHOCOLATE Y CABALLOS ***

Estoy hablando con Jenny por teléfono. Ella me llamó y ahora me pregunta qué estoy haciendo. Le digo que estoy comiendo chocolate. Me pregunta por qué estoy comiendo chocolate y le digo que no lo sé. Pero estoy mintiendo.

La razón es porque fui a reunirme con Jenny esa mañana temprano y estuve en nuestro punto de encuentro mientras me congelaba el culo de frío. Estuve esperando allí, vestida de astronauta, Dios sabe a cuántos grados bajo cero, el viento ahullaba como un demonio y yo pensé que estaba en las malditas Montañas blancas de la Locura. Salvo que en realidad estaba en las montañas de Italia, los Alpes. Que viene a ser lo mismo. Los italianos son gente loca, si alguna vez has visto la Torre de Pisa sabes a lo que me refiero.

Jenny no aparecía por ningúna parte. Tampoco es que yo pudiera ver mucho a través de la blanca bruma de nieve o como se llame. Pensé entonces y allí mismo que Jenny y yo estábamos locas también. ¿Qué demonios estaba haciendo yo allí? Luego me acordé: estaba allí porque era joven y rica, igual que Jenny. Nosotros los jóvenes y ricos hacemos cosas así, supongo.

Yo había conocido a Jenny un año atrás en una fiesta de la facultad. Ella estudiaba lo mismo que yo. No recuerdo bien lo que era. ¿Marketing o Farmacia? Bueno, ella estaba allí de pie sola junto a la piscina con un vaso de mojito Acapulco en la mano y parecía aburrida y cansada. Me sentí mal por ello. Era mi fiesta después de todo. ¿Para qué molestarse en tener una Mansión de catorce cuartos de baño si no puedes hacer que la gente se sienta cómoda en ella? Así que me acerqué, sonreí y dije: Hola, soy Carla. Ella me miró tan intensamente, como si yo fuese algún alien que acabase de aterrizar en un platillo volante, que tuve que reprimir la urgencia de continuar diciendo: Llévame hasta tu líder, pero en su lugar le pregunté si lo estaba pasando bien. Ella dijo que estaba bien, sólo un poco cansada.

Entonces nos sentamos y charlamos durante un rato y me dijo que el día anterior había estado en una fiesta de disfraces vestida de caballo. Yo le pregunté por qué había ido a una fiesta de disfraces vestida de caballo y me dijo que ella no quería ir a una fiesta de disfraces vestida de caballo, que fue un chino al otro lado de la línea de teléfono el que no entendió bien el pedido. Ella dijo que la fiesta fue en el estadio de carreras de caballos de Montecarlo y que cuando se agachó para atarse un zapato, de pronto un jockey bajito le saltó a la espalda y empezó a gritarle. Yo me sorprendí y le pregunté que es lo que hizo ella entonces. Ella dijo que hizo lo que pudo y que llegó tercera a la meta. Yo le dije que admiraba su compromiso con el personaje. Que desde siempre me había gustado la interpretación. En retrospectiva, puedo decir que Jenny podía ser muy cabezota a veces. Pero ambas nos llevamos muy bien desde aquel día.

Sé lo cabezota que podía ser porque me convenció ayer para volar a Italia y hacer ese estúpido vídeo para nuestro canal de Youtube. Yo ni siquiera sabía que teníamos un canal de Youtube. Ella me dijo que creía que yo lo sabía cuando hizo aquellos vídeos de cámara oculta de mí y Roberto. Yo le pedí que no lo volviera hacer y le dije que menos mal que Roberto también era rico, de lo contrario se podría haber cabreado mucho por eso.

Bueno, yo estaba allí esperando a Jenny en las Montañas de la Locura vestida de astronauta cuando por fin veo su casco espacial asomar por el borde del acantilado en el que yo estaba congelándome el culo. La ayudé a ponerse de pie y le pregunté qué demonios quería filmar con aquel temporal, apenas nos veíamos la una a la otra a tres metros de distancia. Por supuesto, no escuchó una palabra de lo que yo estaba diciendo y señaló con el dedo el lateral de mi casco. Yo subí la mano, encendí mi intercomunicador por radio y le pregunté lo mismo. Al parecer, estábamos allí para hacer una llamada de alerta sobre el cambio climático y ayudar a la gente a entender lo que le pasaría al planeta si seguíamos usando los coches y quemando petróleo en torres en llamas y tirando plásticos al mar y cosas así

Así que ahora estoy hablando con Jenny por teléfono y viendo nuestro vídeo online de una hora de "Salva El Planeta" mientras me como el chocolate. Estoy comiendo chocolate para poder recuperar el millón de calorías que he perdido esta mañana salvando el planeta. Jenny me pregunta si quiero ir con ella a Montecarlo mañana. Le digo que no quiero verla correr en las carreras de caballos. Ella me dice que quién ha dicho nada de carreras de caballos. Quiere que conozca a su novio chino. Yo le pregunto si es astronauta. Ella me dice que tendré que ir para saberlo. Le pregunto si puedo llevarme a Roberto conmigo, Ella dice que sí y yo me quedo en silencio un segundo. Luego le digo que vale y cuelgo.

Y me termino mi chocolate.

FIN

Estilo inspirado en el relato de Kelly Link "La Mayoría de Mis Amigos Son Dos Tercios Agua" (Most Of My Friends Are Two Third Water) de la Antología "Cosas Más Extrañas Pasan" (Stranger Things Happen) disponible GRATIS en Cosas Más Extrañas Pasan de Kelly Link