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  1. #11
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    Post Jim Munroe: Todos de Silicio, Nicky (V)

    (11) Jim Munroe: "Todos de Silicio"
    Bajo licencia Creative Commons Attribution-
    NonCommercial-ShareAlike License.

    ************************************
    Nicky (VI)

    Nicky había planeado su paseo a casa para el máximo placer y mínimo peligro. Aunque el aire sería más limpio con un poco más de lluvia, estaba feliz de tener una franja de días secos tras el húmedo invierno. Respirando profundamente, se preguntaba por la milésima vez si debía ponerse una máscara...

    ("Muy de maldita tonta.")

    ...concluìa por milésimoprimera vez.

    Paseaba por el límite del barrio Acres Placenteros. Los árboles frondosos sobresalían de las barras de la verja de 6 metros de altura. Eran unos cuantos bloques en los que podía oler el verde e imaginar el oxígeno deslizándose hacia su corriente sanguínea.

    ("Mejor que un O-tubo."), pensó, ("El oxígeno robado siempre sabe mejor.")

    Dejó atrás la garita en las puertas de entrada y miró en el interior con curiosidad. Vió el perfil de un CocheLoco frente a una casa, sus aletas le otorgaban una silueta reconocible. La primera vez que había visto anunciado el diminuto coche; que mostraba una docena o así de payasos saltando fuera de él aunque, claramente, sólo tenía espacio para uno; se había figurado que acabaría muerto en el agua, a pesar de alcanzar ciento treinta kilómetros hasta la recarga.

    ("Supongo que por eso no soy una cazadora de tendencias...")

    Un bloque o así más allá de la garita, vió a una persona junto a la puerta, con una gran bulto de algo sobre el suelo a su lado. Se oyó el familiar "kracl" y el bulto, que era una persona cubierta con sábanas, saltó con el flujo de la electricidad.

    ("Oh mierda."), pensó Nicky deteniéndose de inmediato.

    El guarda devolvía su táser a la funda y regresaba perezosamente hacia la garita. La descubrió y echó mano al láser.

    Nicky miró al bulto-persona que brillaba y se retorcía.

    -"Ellos, sabes, sólo están aquí porque el aire es mejor. Dos personas murieron el año pasado por privación de o-dos, sabes," dijo ella repitiéndose en su nerviosismo.

    El guarda se detuvo frente a ella, la visera del sobrero le ensombrecía los ojos.

    -"Ella no tiene permiso para acampar en la propiedad, señorita." se alejó paseando.

    Nicky continuó, insensibilizada. Luego giró en redondo.

    -"¡Como si electrocutarla fuese a ayudar!" gritó sintiéndose débil.

    Sus palabras no tuvieron efecto perceptible en las larguiruchas zancadas del guarda.

    Mientras Nicky pasaba el convulsivo cuerpo, pudo oir un llanto, pero siguió caminando.

    ("Al menos no está muerta...")

    Acres Placenteros llegaba a su fín y estaba separado del Enclave de la Alegría por una autopista. Decidió pasear por el lateral de la vía, ya que, de lo contrario, tendría que pasar bajo ella a través de un apestoso y horripilante túnel subterráneo.

    ("Jodida seguridad. Torturar a una anciana para proteger un puñado de casas vacías.")

    Siguió el pequeño sendero durante un par de nerviosos minutos junto al flujo de silbante metal hasta que se hundía bajo la autopista. Le dijo a su reloj que encendiera su campo de halo y, por un segundo, creyó que ya había usado todos sus minutos, pero entonces brilló lo suficiente para ver. Estaba feliz de tenerlo, por la luz y también por la protección, normalmente había algunas personas durmiendo allí. Ninguna esa noche, sin embargo.

    Como siempre, a Nicky le agradó salir de la sombra del puente de la autopista, incluso aunque el patio ferroviario tampoco era el lugar más seguro. Pero podía continuar por espacios abiertos amplios aquí fuera, donde no había muchos lugares desde los que hipotéticos atacantes pudieran embestir. Imaginó que sería capaz de encender el campo defensivo a tiempo si alguién llegaba corriendo a través del campo, de modo que apagó el halo.

    -"Ni siquiera está tan oscuro", dijo Nicky desdeñosamente a su mitad asustada.

    De hecho, parecía más iluminado de lo normal. Podía ver las rocas individuales tiznadas hasta el carbón entre las largas pistas muertas, las ramas de un arbusto que parecía como trigo.

    En frente vió un vagón que tenía una leve aura alrededor. Caminó hasta el coche y se detuvo a escuchar. No podía oir nada y decidió proceder campo a través para ahorrar minutos.

    Rodeó el artefacto y descubrió un foco entrenado sobre él, iluminando un extraño diseño. El diseño parecía nuevo: una imagen colorista de un gordo sentado sobre una bola de baloncesto fumando un canuto enorme.

    "Pásalo, gordito, Pásalo, gordito, Pásalo a los chicoz-b y las chicaz-b"

    Eran algunas de las palabras que Nicky leyó sin entender. Lo que implicaba que era un puzzle; quien lo había puesto allí era uno de los grandes.

    No pudo reconocer ninguna marca.

    ("Quizá Nike, con el baloncesto... quizá Marlboro, no, los de Phillip Morris siempre lo deletrearían "Phásalo"...)

    Algo sobre las connotaciones negativas de la obesidad que recordó de las clases. Y la imagen era tan tosca, la pintura no era sólida en algunos lugares...

    El miedo la sacó a tirones de su ensueño cuando recordó dónde estaba. Se giró en redondo con rapidez, dejando el sólido muro del vagón a su espalda y miró alrededor lo mejor que pudo con el foco en su cara. Un poco a su derecha notó otro vagón iluminado y lo que parecían ser dos figuras de cara a él.

    ("Eran ellos las personas tras esas cosas?") , pensó aprensiva pero curiosa.

    - "Campo defensivo" dijo y el mientras el halo la rodeaba, se dirigió hacia ellos.

    ("¿Qué estaban haciendo?")

    Parecía como si estuvieran trabajando en un cuadro similar al otro. Mientras se acercaba, pudo oir un siseo empezar y terminar y el murmullo de sus voces. El barbudo se detuvo y agitó algo que hacìa un sonido de "clink", viendo a Nicky mientras lo hacìa.

    -"Buenas noches," dijo él con una formalidad burlona.

    -"Hey," dijo Nicky entrando en la zona del foco.

    El otro la miró, su cara negra angular no mostraba nada.

    El primero, que llevaba su pelo dentro de gruesas ropas marrones, preguntó:

    -"¿Te gusta el espectáculo?"

    -¿Un espectáculo? Ella notó que no estaban pintando desde cero, sino que trazaban sobre un diseño previo.

    - "¿Porqué estáis haciendo ésto?" preguntó ella, se sintió estúpida pero preguntó de todos modos.

    -"Estamos restaurando algo de la mejor arte de Vancouver," dijo el hombre negro calvo con cara seria. "Estas obras datan de principios de los noventa."

    -"Son pinturas," dijo Nicky, comprendiendo.

    Se alegró de no haber preguntado si eran anuncios. La pintura de formas entrelazadas en la que estaban trabajando llenaba la superficie entera excepto por un pequeño trozo donde se ajaba alrededor de las letras NC. Pero entonces, Nicky se dió cuenta de que no eran formas entrelazadas después de todo...

    ("Eran letras.")

    -"Virus," leyó en voz alta. "¿Virus NC?"

    -"Nacional Canadiense es la marca del vagón," dijo el hombre calvo. "Virus es la etiqueta." tiró la lata que estaba sosteniendo y se alejó caminando.

    -"Los artistas de Graffiti tenían nombres en código, o etiquetas, que usaban para firmar sus obras," dijo el hombre de la barba. "Tráeme otra naranja, ¿quieres, Andre?"

    Andre estaba abriendo una tienda verde pequeña junto al vagón: "Si tenemos una."

    -"Estas pinturas son realmente difíciles de encontrar. Krylon dejó de hacerlas cuando el radiado se hizo grande," dijo el barbudo. Bostezó y tiró de sus ropas del pelo como para mantenerse alerta.

    -"¿Porqué simplemente no radiáis estas cosas?" dijo Nicky. "Se puede escanear y ajustar los niveles de color."

    El de la barba soltó una carcajada, un vistazo de dientes tatuados. Andre volvió y le entregó una lata. Le quitó el tapón él mismo.

    - "Hey Andre, quiere saber porqué simplemente no radiamos estas cosas."

    Andre resopló ppr la nariz. Nicky sintió que su cara empezaba a arder.

    El hombre de barba alzó las manos como si hubiera detectado su molestia creciente. "Vale, había unos artistas de graffiti en los ochenta, noventa... Usaban la ciudad como un lienzo. Hacían estos murales, a veces con permiso de los dueños del muro, a veces sin él."

    -"Nornalmente sin," añadió Andre entre sus siseos de lata.

    -"Sí bueno, algunos decidieron que no era justo guardar todo este talento en la ciudad...así que se colaban en los patios ferroviarios por la noche." Señaló la pintura con el pulgar. "Y pintaban enteros algunos trenes de carga."

    Nicky esperaba el mensaje. "Aajá."

    -"Bueno, me refiero a que... pintaron los que estaban activos. Y la gente que conducía los trenes no tenía tiempo para repintar por encima...no podían, simplemente, radiarlos como ahora. De modo que, imagina ésto: Vas camino a, no sé, tu silo de grano. Vas en tu camión por mitad de Saskatchewan. Ves las vías del tren y te paras porque hay un tren llegando."

    -"¿Y estos vagones van en el tren?" supuso Nicky.

    -"¡Exactamente!" dijo hombre con barba, chocando ambas manos. "Así que este tipo está sentado allí, recibiendo un espectáculo artístico sorpresa. De modo que estos artistas de graffiti básicamente exportaban cultura urbana al campo."

    Andre miró a su amigo, sus dientes blancos mostraban una ligera sonrisa.
    -"¿Exportando cultura urbana?.Exportando ego, más bien." Nicky se rió.

    -"¡Lo digo en serio!" dijo el hombre de barba con ojos brillantes.

    Nicky vió que no era tan viejo como había pensado al principio. No estaba acostumbrada a ver gente jóvenes con barbas.

    -"Sé que era ego, también, y ellos no pensaban en ello de esa forma, exactamente...pero esa es la belleza del asunto. Todo era un poco accidental. Y para llegar a tu cuestión, la escena del grafitti original murió con la tecnología de radiado porque era super difícil conseguir pintura y, aunque llegaras a completar una obra, sería borrada por radiado en un segundo. Hubo algunos escritores que probaron hacer obras radiadas..."

    Andre negó con la cabeza; "No es lo nismo, no es lo mismo."

    -"Ya," el de barba encogió un hombro. "Estaba bastante acabado."

    -"Por eso sería un sacrilegio radiarlas," supuso Nicky.

    -"¡Exactamente. Exactamente!" dijo el hombre de barba. Puso una mano en su pecho. "Mi nombre es Simón," dijo. "Este es Andre."

    -"Nicky." saludó, aún no preparada para apagar su campo y estrechar manos.

    -"Bueno, Nicky," dijo Simon. "Me alegra que vinieras a nuestro expectáculo de arte.¿De dónde eres?"

    Nicky sonrió al entenderlo por primera vez: "Un espectáculo de arte."

    Los tres se rieron por eso.

    -"Tú debes de ser una artista," dijo Andre sin girarse.

    -"Parecido," dijo Nicky. "No como ésto, en realidad. Nada de pintura.. Hago animalillos."

    Les hubiera mostrado el gecko pero siempre se ocultaba cuando su campo estaba activado.

    ("No es representativo de mi estilo, de todas formas.")

    Sintió una necesidad de impresionar a esta extraña pareja pero se le trabó la lengua. Como siempre.

    -"Oh vale," continuó Simon cuando quedó claro que ella no iba a elaborar. "¿Clonado, cortado, esa clase de cosas?" Su mirada mostraba interés.

    -"Sí. Tengo unas series de cortes de perros cobaya de tipo temática mítica," dijo ella tratando de no titubear.

    ("Dios, eso ha sonado pretencioso.")

    "Suena ñam," dijo él apreciativamente. "¿Expones el agún sitio?"

    -"No no," dijo Nicky, ya deseando no haber dicho nada. "Sólo estoy mareando. No he tenido oportunidad de patrocinio. Nadie toca los biológicos."

    -"Bien por tí." dijo Andre. "Eso indica que tú eres lo real."

    Nicky temió que estuviera burlándose de ella, incluso aunque Simon estaba asintiendo con la cabeza, y ella no tenía energía para averiguar de qué demonios estaban hablando.

    -"Tengo que irme," dijo ella de repente con una débil sonrisa. "Adios."

    Se alejó paseando fuera del extraño círculo de luz hacia casa.

    * * * * *
    CONTINUARÁ
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  2. #12
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    Post Jim Munroe: Todos de Silicio, Doug (III)

    (12) Jim Munroe: "Todos de Silicio"
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    ************************************
    Doug (III)

    Tan pronto como Doug cerró la puerta tras él, sintió que algo le golpeaba en la parte inferior de su cuerpo. Algo blando. Curioseó y la levantó.

    -"Olivia," dijo mirando sus ojos verdes. "¿Intentas matarme?"

    -"Hola papá," dijo ella con una tranquila sonrisa que desmentía su estado de proyectil humano momentos antes.

    Ella se lanzó hacia adelante y le plantó un beso.

    - "¿Qué me has traido?" dijo Doug dejándola en el suelo.

    -"SB papá, SB," dijo ella abrazándose las piernas.

    Sólo Bromeando o no, no era lo que él quería oir con el gas del McDonald's con turbulencias en su tripa.

    ("Debería haberle traído uno de esos juguetes de allí.")

    Caminó hacia el salón fingiendo que Olivia no estaba escalando por su pierna. Su esposa estaba viendo una comedia.

    -"Hey cariño," dijo ella mirándole brevemente.

    -"Parece que he cogido un parásito en algún sitio, Cheryl," dijo con voz seria. Olivia soltó risitas apagadas.

    Ahora tenía la atención total de Cheryl. Su cara, relajada de mirar el programa, hacía ahora un ciclo entre asombro y fingida preocupación.

    -"Aquí abajo en mi pierna," dijo Doug apoyando las manos en las caderas.

    Cheryl se inclinó sobre el brazo del sofá y vió a Olivia.

    - "Uh oh," dijo ella sonriendo. "Eso tiene muy mal aspecto, Doug. Porque, casi parece....casi parece una niña pequeña."

    -"¡Soy una niña pequeña!" dijo Olivia. "No un paracaídas."

    -"Sí," dijo Doug. "Creo que es el parásito niñapequeñus otra vez. Voy a tener que operar."

    Él agitó sus largos dedos de pianista y descendió sobre Olivia. Le hizo cosquillas métodica y despiadadamente.

    -"¡Papáaaaaaaa!" gritó.

    -"Dios, el parásito hace mucho ruido ciertamente," dijo Cheryl con una mueca.

    -"Probablemente sólo es gas siendo liberado," explicó Doug parando por un segundo.

    Olivia aprovechó el momento para agarrarse más fuerte.

    -"Hmm. Este es de los resistentes. ¿Me echarías una mano con la operación?"

    -"¡Claro!"

    Al ver a su madre levantarse del sofá, Olivia cedió la derrota y se soltó.

    -"El crecimiento se ha detenido por sí solo." anotó Doug.

    -"El crecimiento," Cheryl resopló mientras iba a la cocina.

    Doug, de inmediato, se acercó a la televisión y desactivó la ampliación de imagen. Cheryl sienpre llenaba la habitación a su propia elección, pero a Doug le gustaba pequeña. La imagen se encogió cómicanente hasta unos treinta centímetros. Él se pavoneó alrededor de la mesa mientras la audiencia invisible rugía. Cuando quedó en silencio, dijo: "...Y por eso siempre me cito localmente."

    La audiencia explotó y Doug bajó el volumen un poco.

    Olivia se había lanzado sobre el sofá. Su cuerpecito estaba estirado para ocupar el mayor espacio posible.
    ("No era mucho.")

    Doug se sentó en el otro lado.

    -"¿Bueno?" dijo él. "¿Qué ha pasado hoy?"

    -"Cosas estúpidas. Nada" dijo ella con sus rubios rizos enmarcando su cara y los brazos a los lados como una muñeca.

    Doug esperó.

    -"Como... ir a la escuela. Hoy había una chica nueva con zapatos feos."

    Eso era extraño. A mitad de curso.

    -"¿Es que se cerró su escuela también?"

    -"A lo mejor. No lo sé. Esta nueva escuela es tan estúpida. Ni siquiera tienen juegos en el recreo, los niños tienen que hacerlos por su cuenta."

    -"Eso es una lástima," dijo Doug vagamente.

    Recordó haber leído en la carta a los padres que iban a tenerlos tras la mudanza a Frisco. La escuela iba expandir sus opciones de juego en el recreo:

    "¡La mudanza nos permitirá comprometernos con sus hijos, tanto en las tareas como en los juegos, de una forma inimaginable de aquí en adelante!"

    Doug se había dicho a sí mismo que sólo era la copia del anuncio, o una "extensa en palabras" copia del anuncio mejor dicho, pero aún así se sentía culpable.

    Había un nuevo cómico de escenario hoy. Un tipo realmente viejo con ligera joroba.

    -"Bueno, ¿qué pasa con Usted?", estaba diciendo mientras extendía la palma de la mano.

    Doug se dió cuenta, más por la voz que por el lenguaje corporal, que era Jerry Seinfeld.

    -"Pues que firmas por ese plan y te transportan instantáneamente a ese lugar....ese lugar que parece como San Francisco, suena como San Francisco pero, en realidad, es sólo una caja guardada en alguna habitación en algún lugar. Yo entendí esa parte: e como enviar por e-mail tu cerebro."

    La audiencia rugió al chiste del viejo Jerry y él alzó una mano para silenciarla.

    Doug suspiró.

    -"Pero... ¿qué pasa con tu cuerpo?. Supuestamente, se lo llevan a alguna localización secreta... y le hacen algo. Perdónenme pero, ¿no suena eso a algo por lo que deberían pagarte a tí por hacerlo? ¡En mis tiempos sacabas una cena y un par de copas, al menos!"

    Doug soltó una carcajada a pesar de sì mismo. Olivia le miró con cara pétrea.

    -"Es gracioso, ¿eh?" dijo Doug.

    -"Graciosa apariencia," dijo Olivia rebotando una de las líneas favoritas de Doug.

    -"Envio," dijo el reloj de Doug.

    Doug se levantó, preguntándose quién era. Pidió a su reloj que le mostrara lo que había allí fuera y vió una foto, lanzada hacia su ojo, de un chico joven chino con una caja.
    Abrió la puerta y, por un horrible momento, se dió cuenta de que no podía pagarle. A punto estuvo de cerrarle la puerta pero quedó de pie paralizado cuando el chico le entregó la caja y se marchó.

    ("Cheryl ya había pagado, gracias a dios.")

    Cerró y pasó la cerradura tras él. Se quitó los zapatos, insensible y mecánicamente.

    Mientras caminaba hacia la cocina con la caja empezó a enfadarse con Cheryl.

    ("¿Porqué estaba pidiendo la cena? ¡No tenía nada más que hacer salvo la cena! ¿Le restaba tiempo para ver la TV?")

    Le entregó la caja sin palabras y observó cómo la vaciaba en el wok. Gruesos tallarines negros se deslizaron entre la siseante mezcla de verduras.

    -"Sólo tenía tallarines finos," dijo ella.

    Doug asintió respirando por la nariz.
    -"Parece rico," se forzó a decir.

    Quería decir algo constructivo, algo como...

    ("¿Sabes, Cheryl?, no me importa recoger algo camino a casa. Los envíos son tan caros.")

    Pero el envío nunca había sido caro antes. Ella cocinaba porque le gustaba y pprque tenía tiempo, no para ahorrar dinero.

    ("¿Y si comenzaba a sospechar sobre el problema financiero que tenían, sobre cómo había fastidiado él las cosas?")

    -"¿Cómo te fue en el trabajo?", preguntó ella alzando la vista mientras espolvoreaba pedacitos de
    anacardo en la sartén.

    -"Estresante, ese chico nuevo de Chan es un completo idiota."

    -"¿Y qué?" dijo Cheryl sorprendida. "Probablemente te estará besando el culo ahora mismo."

    -"Mmm," dijo Doug, sacando un anacardo de la sarten.

    ("Chan huele sangre en el agua".)

    -"Todo irá bien," dijo Cheryl con una confianza que casi le rompe el corazón a Doug. "Tienes 20 años de experiencia bajo el cinturón."

    -"Bueno, el cinturón está apretando un poco," dijo Doug.

    -"Tendrás que hacer un agujero nuevo, entonces," dijo Cheryl con una sonrisa distraída.

    -"Heh," dijo Doug, molesto.

    Esperó unos segundos y dijo, como si no tuviera relación alguna, "¿Sabes...?, alguien me anunció en el ascensor hoy."

    Sabía que estaba mal pero no pudo evitar extender la ansiedad un poco.

    Ella buscaba algo en la nevera.

    -"¿En el trabajo? El ascensor del trabajo. No nuestro ascensor."

    -"Nuestro ascensor. Justo hace unos minutos."

    Ella no dijo nada. Doug sintió un conato de culpa y sacó un par de platos.

    -"Probablemente no es nada," dijo él.

    -"Hmm," dijo ella sirviendo la comida en los platos a cucharadas.

    -"Wow, esto huele estupendo," dijo Doug confiando en levantar la nube sobre la cara de su esposa. "Hablaré con seguridad sobre ello,"

    Rebuscó por el cajón de los cubiertos por algunos palillos.

    Ella asintió y dijo: "Olivia, la cena."

    * * * * *
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  3. #13
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    Post Jim Munroe: Todos de Silicio, Doug (IV)

    (13) Jim Munroe: "Todos de Silicio"
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    ************************************
    Doug (IV)

    ("¿Porqué tenemos que tener esas jodidas cosas los Viernes?") pensó Doug sabiendo la respuesta.

    Las reuniones semanales solían programarse los Lunes, pero Harris ahora se reunía con el equipo Frisco los Lunes.

    ("Pero no necesita estar conmutando la hora. Prácticamente, podía estar en ambos lugares al mismo tiempo, ¿no era esa la belleza del asunto?")

    Doug empujó atrás la silla de su escritorio y se reclinó hasta donde pudo, esperando que le llamaran para la reunión.

    Estiró las piernas pero no se atrevió a poner los pies encima de la mesa. Con los brazos cruzados y la cabeza ladeada, miró a través del trozo que faltaba en la ventana hacia las montañas.

    ("¿Se podría escalar tan arriba?")

    Imaginó el aire crispado, los senderos ventosos y el panorama...¡el panorama! La ciudad parecería algo ridículo, colocado en su lugar por la distancia y la geografía monolítica. Más que en el silencio, más que en el aire limpio, fue pensar en este lugar encogido hasta la nada lo que dejó a Doug más calmado.

    -"Patterson," dijo Lauden asomando su cabeza por la puerta. "Harris está aquí. Vamos a ello."

    Su sonrisa bien podría haberse caído al suelo y rodado hasta algún lugar inalcanzable porque la cara de Doug fue una mueca para el resto del día.

    Recogió sus documentos rápidamente...

    ("El idiota no me cogerá con los pantalones bajados de nuevo.")

    ...y lanzó una mirada hacia las montañas antes de cerrar la puerta.

    ("¿Qué es lo que me ha impedido ir allí?")

    Era ridículo que hubiera vivido aquí la vida entera y ni siquiera hubiera ido a pasar una tarde.

    ("Conduciré hasta allí arriba con Olivia and Cheryl algún día, sólo para ver lo alto que se puede llegar.")

    ("Asumiendo que haya carreteras y asumiendo que aún tuvieras un coche, imbécil")

    Caminó ppr el pasillo, casi tambaleante, torpe y sordo.

    ("Claro que, nunca pensaste en ir allí cuando tenías coche.")

    Se asombró al notar en sí mismo una carencia de aliento...

    ("¿Es un ataque de pánico?. Ridículo.")

    Sintió un golpe en el hombro. Era el chico nuevo, también caminando a la sala de reuniones.

    -"Lo siento, Doug," dijo con su casi tímida sonrisa. Su pelo parecía un poco alborotado. Le recordó a Doug a la nuca de su sobrino. "Hey, fuí un idiota el otro..."

    -"Sip," le cortó Doug tirando para abrir la puerta y sujetándola para darle paso, observándole, con su torpeza desapareciendo a cada momento.

    ("El idiota se está haciendo listo. Harris, probablemente, le ha metido en cintura.")

    Para cuando tomó asiento, su respiración volvía a ser normal. Miró alrededor a sus compañeros de trabajo y notó niveles de tensión más elevados de lo normal.

    ("¿Porqué no podíamos hacer estas cosas los Martes, al menos?")

    Recordó las viejas reuniones matinales de los Lunes, la gente apartando bizcochos mientras entregaba sus informes con una semana entera por delante para llenar los agujeros.

    Stevens fue el último en sentarse. Doug no lo había visto desde que se trasladó. Parecía más delgado pero no tanto para que fuese realmente obvio.

    ("Ha adelgazado gradualmente.")

    Stevens sabía hacer las cosas apropiadas y por mucho que él soliera burlarse por ello, Doug entendía la diferencia entre él estar aquí y Stevens en Frisco.

    Recordó una coversación que habían tenido cuando Frisco era sólo una novedad vacacional para los ricos. Stevens estaba quejándose de que su esposa le presionaba para ir.

    - "Piensa que estamos hechos de dinero. Ella no entiende que tenemos que ser productivos como pareja. No podemos simplemente repartir mitad y mitad. El mercado está bien ahora pero..." había mirado a Doug con envidia. "No puedo entender cómo lo consigues sin que tu esposa trabaje."

    Doug, entonces, había sonreído misteriosamente, ignorado la adulación nerviosa que siempre aparecía en su estómago cuando pensaba en sus finanzas. Funcionaba, siempre lo hacía. Pero ahora Stevens le miraba como si le hubiera mentido.

    "¿Porqué no estás tú en Frisco?", parecía estar diciendo. ¿Qué tienes fucionando aquí?"

    Stevens no era muy listo.

    Pero Harris lo era, en un sentido brusco. Stevens lo averiguaría bastante pronto. Realmente, él no sabía porqué no arreglaba las cosas
    con su jefe. No llevaría mucho tiempo.

    -"Mi esposa dejó el empleo para criar a nuestra hija y cuando quiso volver, los empleos se habían ido a Frisco. De modo que decidió esperar hasta que nos mudáramos allí. Pero no tengo suficientes ahorros para el pago de un paquete Oro y no hay forma de conseguir empleos decentes sin él. Como mucho conseguiría un empleo decente en un traje barato y mala colonia..."

    Stevens ya estaba en mitad de su informe y Doug no había notado ni que había empezado. Eran números, en su mayoría y los números le aburrían.
    ("Parte del problema, ¿verdad Patterson?")

    Cuentas del billón de dólares habían sido impresionantes cuando era un joven de 17 años como Chan y como, ciertamente, el idiota, que tenía una mirada de interés en la cara. Aunque parecía cansado mientras navegaba ocioso por sus notas.

    -"Aún no me has dicho si estamos aumentando nuestros números en términos de clientes-carne contra los clientes-Frisco," dijo Harris. Se peinó el lateral de la cabeza y Doug percibió que no tenía orejas.

    -"Bueno, sólo un poco. Nuestra división de ingreso es 80/20, pero nuestra división de trabajo aún es 75/25," dijo Stevens alzando una mano de precaución.

    Doug no pudo resistir mirar de nuevo a Harris. Había oído que era una apariencia popular entre los ejecutivos de Frisco y le daba una apariencia pulcra, contundente.

    ("¿Se había cambiado los ojos también? ¿Habían sido grises los ojos de Harris?")

    Doug presintió que saberlo, comentarlo, podía significar la diferencia entre mantener y perder su empleo.

    Lauden dió el siguiente informe.

    -"De las cuatro subculturas en el área de Vancouver sobre las que hemos amasado datos, estamos viendo un retorno del 10%..."

    Harris no parecía impresionado al tonar sus notas ocasionales.

    Stevens recibió una llamada. Su boca se movía en silencio mientras Lauden continuó durante un rato y concluyó con su mantra: "produce investigaciones posteriores."

    -"¿Puedes venir mañana para terminar la investigación?" dijo Harris sin mirar a Lauden. "Buscamos perfiles no estudios prometedores."

    Otra razón por la que las reuniones en Viernes apestan: el Sábado se quedaba sentado allí como una virgen vestal temblorosa, esperando ser sacrificada a los dioses de la terminación.

    Los labios de Lauden se abrieron ligeramente como si no pudiera creer que le arrebataban otra vez su fin de semana. Inerte, asintió. "Claro." Doug admiró la nota de desánimo.

    Harris llevó los ojos directamente hacia Doug.

    -"Bien. No vamos a aceptar nuevas cuentas que no sean de Frisco para el siguiente mes. Para manejar las que tenemos, mantendremos una plantilla esquelética...Lauden liderará el equipo aquí y será, estrictamente, investiación, nada de análisis."

    Lauden se lamió los labios.

    -"Bueno," dijo en un tono de 'seamos francos'. "Si no hay clientes no queda mucho que investigar."

    Harris asintió. "Cierto. Sin embargo, hay algunos grupos antiguos sobre los que nuestros clientes en Frisco pueden informarse."

    El silencio fue incómodo. Las cejas de Chan se habían arqueado de incredulidad pero no dijo nada. Doug sólo sonrió amargamente.

    ("Los Infiltrados. Perfecto.")

    La mirada de Harris barrió la sala como una ametralladora. Sus maneras joviales habituales habían desaparecido. Doug sólo lo había visto de este modo durante los fusilamientos masivos.

    ("Lo cual podría significar...")

    -"Las cosas se están calentando en Frisco," dijo mirando directamente a Doug. "Las cosas son muy interesantes y muy competitivas. Las subculturas se están manifestando por sí solas en nuevas formas inclasificadas y tiene a la industria en un alboroto. Alex dice que necesitanos a todos nuestros analistas en Frisco..." hizo una pausa. "...para la semana que viene."

    ("Oh, joder.")

    -"¿Doug?" dijo Harris.

    Doug negó con la cabeza. "Aún hay algunos cabos sueltos..."

    -"Siempre los hay," dijo Harris secamente, "¿David?" miró a Chan.

    Chan sonrió ampliamente. "Allí estoy. Mañana si me necesita."

    ("Pues claro."), pensó Doug observando la textura de pino de la mesa. ("Pues claro que el jodidillo está preparado. Sin obligaciones, sin esposa, sólo esa ojiplática tarta que arrastra por todos lados.")

    -"El Lunes estará bien, David,", dijo Harris. Suspiró y Doug quedó sosprendido del nivel de cansancio en él. Su cara estaba fresca, sus ojos eran ágiles...pero los hologramas nunca tenían que parecer cansados.

    ("¿Cómo cambiaba eso las negociaciones, ahora que el lenguaje corporal no era un factor?")

    -"Necesitaremos, al menos, un hombre experimentado si vamos a hacer cualquier tipo de investigación decente aquí," dijo Lauden, asintiendo y mirando a Doug.

    ("Mi buen viejo Lauden. Somos dos viejos lobos enfermos vigilándonos el culo el uno al otro.")

    -"Muy bien, entonces. Tengo que prepararme para otra reunión. En realidad, las reuniones se han apilado durante las próximas 12 horas." dijo Harris con su risa indescifrable. "Ya no haré comprobaciones semanales con vosotros pero nos reuniremos el próximo Viernes para terminar los detalles de nuestros nuevos objetivos de investigación."

    ("Nuestros disminuídos nuevos objetivos, querrás decir."), pensó Doug y casi inmediatamente se recriminó ppr ello. ("No seas tan capullo orgulloso. Tienes suerte de conservar el empleo.")

    -"Muy bien, tened un buen fin de semana," dijo Harris y desapareció.

    No fue hasta que lo hizo que Doug notó lo cuidadoso que había sido en otras reuniones de esperar hasta que todos se hubieran marchado para desconectar.

    ("Me pregunto... ¿se está acostumbrando o es que ya no le importa el shock que puede provocarnos?")

    -"Buen fin de semana," dijo Lauden. "No es muy probable."

    -"Petardos para tí, tío," dijo Chan. "Aún así, probablemente tenga algo que ver con el hecho de que todo el mundo trabaja 14 horas al día allí."

    -"¿En serio?" dijo Doug.

    Chan se levantó. "Sí. bueno-bueno-bueno, tenemos que ser competitivos,
    todos los demás trabajan 14 horas, no necesitas dormir tanto" dijo de camino a la puerta.

    Acabada estaba la timidez mostrada una hora antes, tan acabada como el mismo Chan estaría el Lunes.

    -"No te envidio, Chan," dijo Lauden tras él. "Será duro."

    Chan soltó una carcajada. "El futuro, tío. Lo mueves o lo pierdes." desapareció por el pasillo dejando a Lauden y a Doug a solas.

    Lauden sólo negó con la cabeza e hizo rodar los ojos. Doug se rió. Para Lauden, esto era el equivalente del asesinato del protagonista.

    -"Muy bien, lobo de operaciones, nos quedan un par de horas," dijo Doug guiando el camino de vuelta a sus oficinas.


    * * * * *
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    (14) Jim Munroe: "Todos de Silicio"
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    ************************************
    Doug (V)

    El TrenCeleste salió de la estación con una pequeña sacudida, empujando a todo el mundo de un modo coreografiado que nadie resintió.

    ("Quizá se pueda ser así con la vida. Aceptar los golpes como si fueran enviados sin intención por una máquina.")

    Ciertamente, ahora se sentía un poco de esa forma. Cuando el TrenCeleste traqueteaba por sus vías ningún desastre del día le preoucupaba. Había conseguido un asiento en el tren incluso con una vista parcial de la ventana a través de la cual veía una mezcla serendipitosa de gente pequeña con los brazos en ángulo recto. Una vaga sonrisa jugaba en sus labios mientras observaba el sol reflejado en los edificios, los cables del puente sobre el agua...

    ("Quizá es sólo por esto por lo que pagan.")

    ...la dorada vieja canción de Eric B.Rakim "Pagado al Completo" sonando en su cabeza.

    Recordó el escarnio que Olivia había expresado cuando él había destrozado unos cuantas rimas un tiempo atrás: "Papi, el hip hop es música de viejos."

    ("Culpable de los cargos.")

    * ain't nothing but sweat inside my
    hand.>

    no hay nada salvo sudor dentro de mi mano>

    La siguiente parada bloqueaba su vista pero un puñado de chicos entraron y resultaron muy entretenidos. Esta parada estaba cerca de St. Edmond, una escuela absurdamente cara que estaba henorragiando alumnos hacia Frisco. Doug podía saber ésto sólo por el disminuído tamaño de los grupos que cogían esta parada. Pero era, resolutivamente, una hemorragia contínua.

    ("Mientras que otras escuelas se derrumban más rápido que un castillo de naipes.")

    Y sabía porqué. La escuela de Olivia era de buen precio mientras que la de St. Edmond sacaba beneficios con tres alumnos por clase. Podían permitirse llevar dos escuelas a la vez.

    A él no le gustaba eso. Recordó cómo se sentía siendo el chico nuevo y la cantidad de puntos de identidad duramente ganados que volvieron a cero.

    Su mamá le había trasladado desde una las últimas escuelas con fondo público a la escuela de Kits North y le había llevado un año entero recalibrarse.

    Cuando su antigua escuela se cerró, el influjo de viejos colegas de clase lo empeoró todo. Él ya no encajaba en ningún cliché: demasiado pobre para uno o demasiado rico para el otro. Le había dado, sin embargo, los inicios de una carrera de observación y análisis de la cultura de la juventud.

    ("Mi carrera."), pensó Doug mirando a los chicos frente a él y anotando mecánicamente sus pequeños indicadores. ("Vaya carrera. Chupar la sangre de inocentes y hacer que me llenen el estómago.")

    Pero pensó ésto con cierta ecuanimidad: reconocía que él era sólo crítico sobre la caza de tendencias cuando el trabajo iba mal.
    Aunque la idea de ser el parásito en la cadena alimenticia era más difícil de despachar cuanto más viejo se hacía.

    ("Quizá Harris sabía ésto, eso era lo que estaba detrás de la urgencia.")

    Pero debido a su negligencia financiera, su total negligencia, había sido incapaz de coger la indirecta. En realidad, era un milagro que Harris hubiera parado para darle este empleo fingido, tan ridículo y risible como lo era la misión de Los Infiltrados.

    Un Doug más joven se habría burlado de la sentimentalidad de su jefe, quizá incluso la hubiera explotado, pero ahora sólo sentía la gratitud de un animal sarnoso al que le tiran un hueso. Y, en serio, sería un idiota si esperara que Harris no esperaba alguna clase de retorno por su inversión.

    Miró a los chicos que tenía delante y se preguntó si habrían oìdo alguna vez algo sobre Los Inflitrados o si ésto se había vuelto un conocimiento oscuro de su profesión.

    Los Infiltrados eran una subcultura, probablemente mítica, que inventaron las subculturas para vender a los cazadores de tendencias, para así invertir ese dinero y hacer realidad esas subculturas. Luego, más tarde, vendían al mejor postor la prueba de que esas subculturas eran falsas.

    Cuando Doug estaba destacando en los años '20s, muchos de sus colegas se habían secado, preocupados de que cada nueva pista les condujese a una trampa camuflada. Justo cuando la industria se habìa habituado a un nivel de estabilidad como comentaristas culturales, una colección de descontentos les había metido el miedo de Dios en el cuerpo: su etiqueta, una "i" dentro de un círculo que surgía por todos lados y parecía que su número era infinito. Doug, sin reputación que perder, lo despachó como una campaña de marca encubierta y fue descarado y valiente allí donde sus colegas habían sido cautos. A Harris le había gustado su moxy y le asendió rápidamente.

    Doug pensó en la cara de Harris de hoy y suspiró.

    -"Kinsey sólo es un culoborde," dijo un chico regordete con su cara moteada con manchas rojas. "Si él puede tener esos estúpidos pinchos en su ceja, ¿porqué no puedo yo perforarme las orejas?"

    El chico al que estaba hablando asintió, un chico delgado de ojos grandes con una mochila absurdamente grande. A su izquierda, una chica alta dijo;

    - "Bueno, el Sr. Kinsey tampoco lleva uniforme y eso es norma."

    -"Lo sé pero, porqué," dijo el regordete. "Por otro lado, tienes a todos esos profesores sabelotodo que consiguen hacer todo lo que quieren."

    Otra chica, a su lado, añadió: "Sí como el Sr.Randall y su espada..."

    -"Exacto," dijo el regordete, "¡Un ejemplo perfecto! Randall consigue llevar por ahí un arma..."

    -"Tú puedes sacar un ojo con tus orejas," dijo la chica alta.

    El chico regordete hizo un sonido exasperado.

    -"...O puedes sacas una oreja con tu ojo," añadió el delgado con tímida sonrisa.

    La chica alta sacudió la cabeza y soltó una risita. Las cejas del regordete se arquearon un poco con el descarrilamiento conversacional, hasta que la chica a su lado le dió un codazo. "Es broma, Steve, no seas tan estirado."

    Steve se tocó el brazo en el lugar del impacto, mirándola, sonrió reluctante.

    -"Aunque es injusto," dijo el delgado, "La escuela es demasiado estricta."

    El tren se detuvo y el cuarteto se inclinó adelante un poco para permitir el flujo. Doug miró a otro lado, espiando ocasionalmente al grupo. Le alegró haber traído sombrero, el de borde afilado no era ni de cerca tan práctico para el espionaje como su fino pate.

    Steve miró a la chica a su lado. Podría haber sido su hermana. Ambos tenían el mismo pelo rubio y manchas.
    -"¿Lo hiciste todo bien en el test de historia?" preguntó ella bajando la vista. Ella era unos centímetros más alta.

    -"Sí. El de opciones múltiples fue fácil. Pero la cuestión de ensayo era difícil. ¿Que necesitó el desmantelamiento del gobierno durante los años '20s? ¿Qué pusiste tú?"

    La chica marcaba los puntos en el aire con la mano sin sujetar la barra. "Necesitaba una economía más eficiente, Combatír la corrupción, sin tomar la acción militar contra los terroristas ecológistas... uh. . . creo que eso era todo lo que puse."

    -"Mierda, olvidé lo de la corrupción," dijo el delgado.

    -"Y yo olvidé todas." dijo el alto y todos se rieron. "Pero ¡esa era una pregunta tan injusta! Apenas dimos nada sobre el gobierno en clase. Era casi todo Fondo Monetario Internacional. Sí, ¿cuándo se convirtió el IMF en el Concilio de Intereses Corporativos Unidos?"

    -"2023," dijo Steve.

    -"No, eso fue cuando el CICU se trasladó a la Casa Blanca," dijo la chica con pecas. "Cambiaron el nombre en el 2008."

    El delagado asintió. Doug lo había identificado como el chico nuevo: las arrugas de su uniforme y si timudez general le delataban.

    -"Bueno, el CICU no es impprtante hoy..." dijo Steve expansivamente. "Hoy es todo sobre... ¡el GEDS!" miró alrededor, asintiendo y sonriendo.

    Pasaron unos segundos antes de que lo rubia lo descifrara y dijo: "Guerrero Elfo: Disputa Sangrienta." Todos rieron.

    "Aajá," dijo el delgado.

    -"¡Eso iba yo a decir!" dijo la alta. "¡No me acordé de eso en el test!"

    Doug notó un adolescente de más edad, vestido con una chaqueta moteada,
    burlarse por la mención de la serie popular de fantasía. Ninguno de ellos captó su mirada y Doug quedó extrañamente aliviado.

    No podía realmente oir a los adolescentes ahora pero su lenguaje corporal era interesante. La chica alta y su exagerada carencia de pistas, sus agarres obvios al brazo del delgado. Steve y su blanda mirada hacia la rubia. La seria observancia de la rubia. El delgado... el delgado estaba, en realidad, mirándo justo hacia él.

    Doug mantuvo la mirada hasta que el chico miró a otra parte y, luego, evitó mirarle. Steve dió un leve brinco, bromeó con blandir una espada y dijo: "¡Venid, valientes!" El adolescente hipster hizo rodar los ojos ante ésto y el delgado lo captó. Doug observaba, casi con tristeza, como el chico devolvía la mirada a Steve con nuevos ojos, ojos que sospechaban que su nuevo amigo Steve no era tendencia. Doug miró al hipster, se preguntó si sabía lo corrosivo que era, se preguntò si él estaba corrompido de cinismo hasta el núcleo. Quiso agarrar al hipster y zarandearlo, decirle que conocía a alguien que trabajaba para la persona que diseñó la campaña para hacer de esas estúpidas chaquetas la nueva ola de tendencia urbana.

    En vez de eso, caminó hacia la puerta.

    Siguió a los chicos, sintiéndose ligeramente bobo pero mayormente en lo cierto sobre perseguir su urgencia de salir varias paradas antes de casa.

    ("...las partes atraídas al inmaculado entusiasmo de los Guerreros Elfos y las repelidas por hipsters de chaqueta pre-empaquetada de sarcasmo.")

    Tomó nota mental para llevarle algo a Olivia después. Alzó la mano del reloj hasta la cabeza para usar el fono y dijo: "Cheryl."

    Para cuando salió de las escaleras, ella respondía:"¿Trabajas hasta tarde?"

    -"Sí," dijo Doug. "¿Porqué no os adelantáis, tú y Olive. Voy a comer algo aquí."

    Los chicos se encaminaron al cine.

    -"Muy bien," dijo su esposa en acuerdo. "Suerte que has llamado antes de que empezara a cocinar."

    -"Oh, lo sé," dijo Doug escaneando los carteles de comida. "Sé lo que es bueno para mí."

    Se despidió y desconectó, tratando de decidir sobre la cena mientras la gente se arremolinaba en torno a él.
    KFC estaba regalando un juguete con sus cenas, de modo que pulsó por un cuarto de carne de pollo usando su pañuelo porque la pantalla estaba grasienta y esperó. Tuvo que aguardar lo justo para contemplar lo anti-higiénico que, probablemente, sería el interior de la máquina si el exterior estaba tan sucio. Cuando la caja humeante salió hacia él para llevar, casi olvida el juguete, que había caído en un contenedor separado.

    Sentado a una mesilla naranja y beige con vista a la entrada del cine, colocó su sombrero en el asiento contiguo y comenzó su cena. Mientras masticaba un muslo de pollo, leyó la fina impresión de advertencia en el lateral de la caja:

    PUEDE CONTENER TRAZAS DE CACAHUETE Y ADN HUMANO,

    Doug hizo rodar los ojos.

    ("¿Y qué no?")

    Miró el juguete, que era más o menos como una bolsa de plástico de algodón blanco.

    ("Recién recogido de la plantación del Coronel!"), escupió el cerebro de Doug.

    Sin embargo, al girarla, reveló ser una peluca, barba y gafas de moldura negra.

    ("Oh, perfecto."), pensó Doug amargamente.

    Aunque Olivia podría parecer mona como el Coronel, justo unas semanas antes, ella le había pedido a Cheryl que recortara sus cejas porque parecían como "las de un chico". Aunque a él le gustaron las gafas. Las sacó y se las puso. Tenían lentes limpias hasta que, naturalmente, las embadurnó con sus dedos con pollo.

    Percibió a un hombre algunas mesas más allá, bebiendo algo y observándole. Cuando se levantó, vió y reconoció la atenta mirada en la cara colorada del viejo y, en lugar de llevar la caja a la papelera, la dejó allí. Caminó hacia el cine, parando para absorver el holoclip del Guerrero Elfo: Disputa Sangrienta sobre la entrada. Una diminimuta figura se doblaba sobre un camarada slain.

    La cámara avanzó despacio mientras la figura estaba de pie, encuadrando su cara angulosa y sombría, ampliando más cerca. Cuando sólo el ojo reluciente era visible, el avance se detuvo. Sólo se oyó su respiración ronca por un momento y, luego, dentro del ojo, un fuego explotó a la vida.

    Doug no vió la secuencia de venganza Acuchilla Y Rebana que siguió después, sólo alzó su reloj hasta la placa de pago. Miró atrás hacia el patio del KFC y notó que el hombre se habìa acercado hasta su mesa sin que el guarda de seguridad lo percibiera. Hubo un suave "ping" y el registrador de dinero le informó de que la campaña estaba ya acabando: ¿Continuar?. Doug dijo que sí y se produjo un resplandor de luz como si tomara su foto. Apareció una versión élfica giratoria de Doug, con gafas y todo. Era asombroso pero no lo que quería. Navegó por la configuración por defecto hasta que encontró uno que no era tan viejo.

    Se quedó con un joven elfo de ojos grises con bermudas de piel de ciervo y un arco cruzando el pecho. El registrador preguntó si quería armas extra: se podía conseguir desde un carro con catapulta hasta una electro-cimitarra, pero tras comprobarlas se quedó con su arco y daga de plata. Había un montón de otras cuestiones sobre atuendo y comida, pero él sólo escogió lo básico.

    Le dijo el número de cabina y la encontró, usando su reloj para abrirla. La puerta se cerró tras él y se hizo la más completa oscuridad de modo que tuvo tantear en busca del yelmo que colgaba desde arriba.

    Mientras se ajustaba el yelmo a su altura, escuchó voces que surgían desde otras cabinas de techo abierto.

    El sol apenas estaba elevándose cuando la banda de aventureros caminó a través del claro de un bosque. Uno de ellos, un rechoncho elfo con ballesta, mantenía la mano alzada. Los otros: un mago encapuchado, una gerrera elfa con cota de malla y una elfa bajita con una uzi, se detuvieron.

    El elfo rechoncho apuntó su ballesta a un arbusto que crujía levemente y conectó la mira láser: "Sal o sé muerto."

    El arbusto crujió algo más y, al fín, se separó para revelar a un joven y esbelto elfo con las manos separadas en súplica.

    -"¿Qué armas tenéis vos?" dijo el elfo rechoncho.

    El elfo pulsó la cuerda del arco y giró para mostrar la daga que llevaba en la espalda, encajada en el cinto de sus bermudas de piel de ciervo.

    -"Por favor, guerreros, mi nombre es Doug. Deseo unirme a vuestra partida."

    El elfo rechoncho miró a sus camaradas. Ellos se encogieron de hombros pero él no estaba plenanente satisfecho por ésto.

    -"¿Cómo sabemos que no es un agente del Mineral Sobreengendrado?"

    -"¿Porqué no pruebas tu hechizo de Revelación, Mike?" preguntó la elfa de la cota de malla.

    -"Ya OK," dijo la figura encapuchada buscando en un zurrón de cuero y lanzando polvo brillante sobre Doug.

    Doug se sintió un poco incómodo, confió que no mostrase su cara real. Fue como si pudiera sentirlo miestras giraba a su alrededor aunque sabía que ése no podía ser el caso. Cuando llegó a su cabeza, unas palabras de fuego surgieron sobre él:

    NEUTRAL. CASA
    CIUDAD: Brentwood Mall.

    -"Bien hallado, amigo Brentwoodiano," dijo Steve, golpeándole sobre el hombro. El personaje de Doug se tambaleó por el impacto aunque Doug permaneció firme en la cabina. Steve apoyó los puños en sus caderas y asintió mientras miraba al elfo más pequeño.

    -"Vos debéis venir con nosotros ya que acabamos de venir de Brentwood. O, más bien, acabamos de escapar de Brentwood."

    -"¿Escapar?" dijo Doug. "¿Qué significáis vos con ésto?" puso una mirada alarmada y miró cara por cara.
    -"El bastardo Sobreengendrado mató a cada último de nuestros buenos conciudadanos," dijo la elfa con cota de mallas. "Y, luego, antes de que pudiéramos darles adecuado funeral, les maldijo para atacarnos...como muertos vivientes."

    -"¡Gran Zeus!" dijo Doug sabiendo que estaba fudging sus mitologìas y confiando en que no les importara. "Te refieres a...¿Zombies?"

    -"Seguían viniendo y viniendo," dijo la otra elfa disparando una salva de su uzi al aire. "Fue totalmente asombroso."

    -"Conserva tu munición," dijo Steven severamente mientras los otros se reían. "Asombrosamente terrible, eso es. Nuestros propios hijos, amigos, familia, manipulados por fuerzas malignas hasta el punto que tuvimos que...abatirlos..." negó con la cabeza y se giró hacia Doug con los puños aún en las caderas. "Esta es Elsie, por cierto. Nuestro usuario de magia responde al nombre de Mike, la amazona de las coletas es Christina y yo soy Steven. Siempre nos viene bien un alma valiente."

    Doug asintió con cuidado de no sonreir pues el yelmo recogía movimientos faciales misteriosamente bien.

    Habiendo hecho las presentaciones, continuaron el camino al que se dirigían, Christina y Steven iban en cabeza y los otros tres iban juntos.

    -"¿Has jugado mucho antes?" dijo Elsie. "Yo no. Por eso tengo la uzi. Para... como...compensar lo cutre que soy."

    Doug negó con la cabeza, mirando en tirno al bosque. "No, no desde...no mucho. Ninguna de las series de Guerrero Elfo."

    El detalle era muy crisp y, aunque que la gente tenía un raro titubeo ocasional, eran enteramente creíbles.

    -"He completado dos de ellas," dijo Mike. "Steven las ha terminado todas."
    -"¿Cómo llegaste a ser usuario de magia?" preguntó Doug.

    Más adelante, Christina estaba comprando su brújula y diciéndole algo a Steven.

    -"Bueno, Steven dijo que iba conmigo. Dice que soy misterioso," dijo Mike riéndose un poco. "Creo que me gusta la magia."

    -"Sí, yo iba a ser usuaria de magia también," dijo Elsie mirando a Mike. "Son lo más. Pero entonces Mike me mostró todo el asunto del lanzamiento de hechizos." giró su mano espasmódicamente. "Y me quedé como...olvídalo...demasiado complicado."

    La mano de Mike se movió en rápidos gestos y una bola de fuego surgió brillando lentamente a la vida. Sus ojos resplandecían mientras el hechizo se completaba.

    -"Lo más," dijo Doug.

    Mike deshizo el hechizo con los mismos gestos en orden inverso y el fuego se desvaneció.

    Elsie aplaudió, sus manos eran un poco borrosas por la velocidad: "¡Asombroso!"

    -"Es mucho más sensible en el servidor," dijo Mike con una sonrisa. "Cuando lanzo desde casa tengo que repetirlo como tres veces antes de que funcione. Mi configuración es tan cutre y el retardo es, como, olvídalo."

    El bosque se había despejado y había una ciudad de torres retorcidas en la distancia. Doug se les quedó mirando, pensando sobre las montañas que podía ver desde su oficina.

    ("¿Era eso humo saliendo de ellas?")

    Doug levantó la mano para darse sombra en los ojos y sintió su mano real golpear el yelmo. Su cuerpo dió una extraña sacudida.

    -"Cuidado," dijo Mike. "Puedes reiniciarlo si lo golpeas lo bastante fuerte, son muy sensibles."

    No era humo, era algo volando. Volaba hacia ellos.

    - "Hey, uh, ¿véis vosotros eso, tíos? Hey, Steven," dijo Doug.

    Pero Steven ya estaba en ello. Había sacado un telescopio de bronce de su mochila, lo extendió y lo llevó hasta su ojo. Todo el mundo se detuvo.

    -"¿Qué es eso?" dijo Christina con voz grave.

    Steven estaba cerrando el telescopio, lo guardó sin decir nada. Fue como si el...

    ¡Shing!

    ...cuando desenvainó su espada ancha fuera a ser su única respuesta.

    Pero luego dijo: "Minerales." Un segundo después, cuando los animales aladimos eran casi discernibles, miró a las caras de todo el mundo. "Minerales montados en dragones."



    Mientras todos en torno a él estaban listos para la batalla, Doug se dió cuenta de que no había comprado flechas para su arco. Tomó la daga en su mano, una diminuta hoja plateada para pelar pescado y esperó la muerte.

    * * * * *
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    ************************************
    Eileen (IV)

    Eileen estaba en la oscuridad. No literalmente pues su traje nunca paraba de transmitir visuales de los túneles por los que estaba corriendo,bien iluminados y detallados en sus retinas. Pero no tenía nada del resto de flujo de datos a los que estaba acostumbrada. Sin el enlace satélite, todo lo que tenía para continuar era la información que ella misma había reunido.

    Continuó por el túnel, eligiendo una dirección al azar. Una vez que había intuído lo que estaba haciendo, apareció una solicitud que ofrecía tomar el control de los movimientos repetitivos de sus piernas. Ella lo permitió pero después, casi lo estaba lamentando pues no había nada más que hacer. A diferencia de cuando estaba con enlace satélite, no había información fresca sobre sus objetivos que leer, ni mapas que consultar, ni co-agentes con los que charlar.

    No es que ella fuera de mucho charlar. Eileen había sido siempre más del tipo trabajadora perseverante, pero le gustaba el murmullo de voces humanas de fondo mientras navegaba por los nuevos datos. Siempre era más feliz cuando estaba ocupada, cuando sus manos estaban activas.

    Ahora, con nada que observar salvo los muros deslizándose ante ella, empezaba a sentirse un poco desconectada de su cuerpo, como si fuese un extraño artefacto sobre el que montaba. Se obligó a concentrarse, a sentir el latido de sus miembros, a notar la forma de los charcos del suelo frente a ella.

    El silencio era mejor que la charla casual, supuso. Recordó una misión en Uganda sobre la destrucción de alguna planta de embotellado que no cumplía con las nuevas normativas. Mary había estado hablando a una dura novata llamada Karen, burlándose de ella un poco.

    -"¿Porqué has pintado una calavera en tu máscara, Karen?" había dicho Mary por el comunicador.

    No hubo respuesta.

    -"¿Es porque te justa joder calaveras, Karen?" dijo Mary con voz dulce.

    Karen ignoró también ésto. Los cuatro corrieron en silencio durante algunos segundos en una fina línea negra.

    -"Quiero decir, no hay problema si te gusta ese tipo de cosas, Karen... "

    La calavera giró hacia ella: "Cierralabocasoperr..."

    Hubo un "thwock" enfermizo y el traje de todos se aceleró al 500%. El de todos excepto el de Karen pues estaba de rodillas con un machete dividiendo su cabeza. Eileen fue hacia ella y mientras desenganchaba el cuchillo...

    ("Francotirador")

    ...,se sintió atontada. ¿De quién fue la culpa? No fue de Karen por mirar hacia otro lado. No fue del jefe por proteger su inversión. No fue de Uganda por proteger sus intereses. No fue de Mary por nacer siendo una bocazas. Y no fue de ella por no decirle a Mary que cerrase el pico.

    Simplemente, fue.

    Nada parecía ser un corte limpio para Eileen y ella había asumido que siempre sería de ese modo.

    Pero él había crecido en su interior. Cuando el doctor le había dicho que el bebé había sido exitosamente embrioclonado como un chico, esa fue la primera patada en su interior. Cuando lo vió luchar por respirar en la atmósfera esterilizada de la incubadora clónica, empezó a creer. Y cuando habían limpiado el gel, nunca demasiado gentilmente y le habían pasado a su mismísimo niño de ojos arrugados, carne de su carne, ella lo supo. Había una cosa en la vida de lo que estaba segura.

    ("Jeremy me necesita. Y si piensan que pueden mantenerle en algún infierno electrónico mientras estoy viva...")

    Una alerta surgió y los impulsos eléctricos que contrajeron los músculos de sus piernas la deceleraron hasta parar frente a una sucia escalera.

    -"¿QUÉ CAMINO?"

    La alerta estaba parpadeando y ella la desactivó.

    ("Ésta es una de la veces en las que tener un mapa con el que cruzar referencias sería verdaderamente útil."), rumió Eileen para sí, mirando el túnel que continuaba.

    Nunca había volado a ciegas antes y recordó que había algo en su entrenamiento sobre ello.

    ("¿qué era? Eso es... el odómetro interno.")

    -"¿Distancia cubierta?"

    -"Ocho punto cuatro kilómetros," respondió su traje.

    -"¿Dirección?"

    -"Ocurre al Noroeste."

    Eso está bien. No demasiado lejos del objetivo. Arriba y fuera. decidió agarrando los horribles peldaños.

    Eileen emergió del túnel sintiendo el aire nocturno y el tropel de sonidos a su alrededor. Estaba al 200% de velocidad normal, siguiendo por las aceras y curvas, agradecida de que no estuviera en un barrio con paseantes de perros o corredores.

    En el momento en que pisó la acera, redujo al 150%, mirando alrededor en busca de ojos acechantes. Nada. Una furgoneta completó una curva y la alcanzó. Eileen la fijó como objetivo y mantuvo su ritmo. Observó una señal:

    CENTRO DE LA CIUDAD- 1KM.

    Sonrió bajo la máscara.

    -"Los pollos van a casa para el asado," dijo con la voz de Megan.

    O, para ser más precisos, la voz de Megan como sonaba llegando a través del enlace del comunicador: aplanada y digitalizada, algo que tenía que ver con que ciertos alcances de sonido eran más detectables por el enemigo. Eileen sospechaba que lo habían echo para hacerles sonar como robots, incluso entre ellos.

    Había muchas cosas que hacían así, cosas que habían parecido bobas para Eileen al principio pero, tras algunas misiones, comenzó a ver que ayudaban.

    Ahora estaba en el sector minorista y tenía que competir con las aceras, coches aparcados y luces brillantes. Ella, o más bien, esa maldita máscara en la que Mary había dibujado, estaba llamando la atención y girando cabezas. Iba contra el protocolo ser tan visible pero no le importó. Era bastante imparable en una multitud como ésta incluso si un equipo de seguridad era activado para lidiar con ella.

    Captó visión del mercado de Usted en el que había estado ayer. Tuvo una súbita fantasía de capturar a aquel pequeño bastardo de jefe allí en carne y hueso. Sacaría información de él. Disfrutaría haciéndolo. Se deslizó en el callejón junto al mercado y se ocultó tras una pila de cajas alineadas con el edificio. Le parecieron extrañas dado que Usted no tenía realmente productos. Movió con rapidez sus cuchillas y abrió una. Vacía.

    Su traje, al notar la proximidad de una puerta, le indicó que tenía una cerradura magnética de combinación de fácil apertura. Ella lo hizo así y se deslizó dentro hasta una sala bastante diáfana. Tenía unas cuantas cajas como las que había visto en el callejón, tras algunos golpes vió que también estaban vacías. Aumentó la entrada de audio pero no escuchó voces.

    Entró en un recibidor bien alfombrado que conducía a la oficina delantera donde había estado ayer, incluso podía ver a la gente pasar por la ventana y se sintió vulnerable en su traje negro contra el interior mayormente blanco.

    Pero reptó por el pasillo mirando por los umbrales alineados.

    La CABINA DEMO #3 y #2 estaban vacías, salas totalmente despejadas pero la #1 era una oficina con un hombre sentado en ella. Ella deceleró a velocidad normal.

    El hombre le daba la espalda pero la invitó a entrar.

    -"Entre," dijo él mientras consultaba unas páginas.

    Hambrienta de datos, Eileen las escaneó pero estaban encriptadas o eran galimatías. Miró por la sala, incluyendo los estantes de libros, el escritirio gigante de roble, la vista como sería desde un edificio de cincuenta plantas.

    ("¿Era esa la Estatua de la Libertad junto al Puente Golden Gate?")

    El hombre rió.

    -"Toda una vista, ¿eh? Especíalmente desde la primera planta."

    Ella se giró para mirarle. Era un hombre de amplios hombros, con sus mangas enrolladas para mostrar unos brazos carnosos. Su cara era un constante patrón cambiante, un borrón de facciones. Ella le pidió al traje que la descifrara. Su traje le respondió que allí no había nadie.

    -"¿Porqué no se sienta? Esa de ahí es bastante cómoda," dijo él.

    Ella la tocó para asegurarse de que estaba allí. Nadie allí.

    -"Así que, ¿Teniendo problemas con Usted?" dijo el hombre levantándose del asiento.

    Ella se sintió igual que con aquel jefe de ayer. Esto era ridículo. Ella no había venido aquí para que la arrastraran adelante y atrás entre intermediarios.

    -"Así estamos," concluyó el hombre. Puso las palmas sobre la mesa. "Quizá podamos solucionar algo."

    Ella se sentó con el audio abierto desconectado.

    -"Quién eres," dijo ella, su voz digitalizada desentonaba la pregunta en una afirmación.

    -"Me llamo Paul," dijo él.

    -"Trabajas para Usted."

    -"No."

    Eileen hizo una pausa. Él cruzó los brazos y esperó. Ella cerró los puños y continuó.

    -"Entonces porqué estás aquí."

    -"Reunimos datos sobre Usted. Uno de los míos te vió en la entrada trasera y decidí que sería bueno conocerte."

    Eileen miró alrededor, escaneó en busca de micros y resultó todo limpio.

    -"Este lugar estará monitorizado por Usted."

    Paul negó con la cabeza. "Estos mercados son células sin conexión con las operaciones reales de Usted. He estado usando ésta como base de operaciones durante un mes, ahora. Es bastante conveniente, estas salas son muy caras de instalar y llaman la atención. Es como ocultarse a plena vista."

    Eileen miró alrededor, tratando de averiguar si Paul era de alguna utilidad para ella. Sus ojos cayeron sobre la Estatua de la Libertad, percibió una pequeña "i" en un cìrculo sobre los libros que la dama sostenìa.

    -"No confío en tí," dijo ella.

    Paul se rió, una llana risita.

    -"Extraños compañeros de cama. Si hubiera sabido hace 15 años que estaría negociando un trato con uno de vosotros, merodeadores de medianoche... vosotros, psicóticos esquiroles..."

    Él se reprimió y soltó la misma risita.

    -"Pero aquí estoy. Y aquí estás. Y sé que no trajiste ese traje negro del retiro para dar una vuelta a la manzana."

    Ella se congeló ante la mención del traje negro.

    Paul hizo un gesto de restar importancia.

    - "Ahora sabemos mucho sobre tí que habría sido muy útil... entonces."

    Paul miró por la ventana.

    -"Mira, todo trata sobre información. Supusimos que eráis ex-soldados. Si hubiéramos sabido que érais civiles, un grupo en constante cambio, habríamos tenido una estrategia enteramente distinta."

    Eileen estaba mirando por la ventana, concentrándose en una sección de la ciudad. Amplió la imagen y la ilusión se destruyó, los diminutos puntos de los coches permanecieron siendo puntos, pero mayores.

    ("¿Estrategia? ¿Trataba él de convencerla de que él era parte de...")

    -"Pero los soldados habrían sido muy caros. Porque sabrían que la velocidad del traje tenía un precio...estarían perdiendo años de sus vidas. Aunque tú no sabías eso. No sabías que serías una bruja seca y marchita a los cuarenta." Paul hizo una pausa y Eileen pudo sentir sus ojos sobre su cuerpo, huesudo y lacio. Humillación y rabia latían a través de ella.

    -"Así que por eso usaron civiles. Pero ese no es el motivo de que usaran mujeres infértiles."

    Se obligó a sí misma a responder.

    - "Eramos mejores en multi-tarea que los hombres y no teníamos demandas familiares que tenía la gente...normal," dijo odiándose por haber usado la palabra normal.

    -"Las demandas de familia."

    Eileen vaciló. "Sí."

    -"Lo que habìa de especial sobre las mujeres estériles, Eileen, era que érais fácilmente manipulables. Para que cuando estuviérais en vuestro veinte aceptáseis la idea de que no podríais tener hijos. Pero había algo más."

    Eso era cierto. Eileen había estado en una pista de carrera, trabajando como una manager en formación para el Gap. Incluso había superado su irascibilidad adolescente hasta el punto de que podía ir a ver a sus amigas enseñarle sus bebès. Fue su doctor quien le había hablado sobre el puesto cuando ella había acudido para ver si su cuerpo había cambiado lo suficiente en el último año para hacer viable un implante de útero.

    -"Es un tipo de empleo de seguridad," había dicho el doctor. "Están buscando mujeres sin hijos de tu edad.", se encogió de hombros. "Es diferente de doblar jerseys. Y pagan muy bien. En realidad creí que era un error la primera vez que lo leí."

    Había estado sentada en la mesa de examen: "¿Me puedo vestir?"

    -"Sí, sí," dijo él, paginando su pad mientras se vestía. "¿Eileen?"

    -"¿Sí?" dijo ella imaginando que vería algo de esperanza en la pantalla, aguardó ansiosa.

    Pero él no estaba pensando en su útero: "Si contactas con ellos, asegúrate de decirles que te hablé.de ello. Yo me llevo una comisión."

    Esto había sido sólo una de las muchas indignidades a que nacer sin útero la había expuesto. Pero cuando la piel de Jeremy se había secado lo suficiente para tocarla, piel suave como nada sobre la tierra...

    -"Valió la pena," dijo en voz alta. Su voz robótica cargaba una autoridad que ella no sentía.

    ("Si no recuperaba a Jeremy, ¿aún habría valido la pena?")

    Paul, también perdido en su ensueño, alzó la vista. Con voz medida de enfado, dijo: "Supongo que tienes que creer éso. ¿Cómo si no... podrías vivir habiendo matado...no sé, ¿cuál fue tu marca de muertos al final de tus diez misiones?"

    -"Yo no llevaba la cuenta," dijo Eileen.

    Otros habrían dicho que muchos, pero ella nunca tuvo particular orgullo en ello. Pero toda esta charla sobre cómo podría ella vivir con ello era tonta. Los objetivos eran personas de los que nunca había oído hablar en países de los que nunca había oído hablar. Siemore había serias amenazas al libre mercado, dictadores que tasaban más de lo que las corporaciones podían permitirse.
    A veces el mercado necesitaba una pequeña ayuda para mantener el equilibrio y ellas eran esa pequeña ayuda.

    -"No llevabas la cuenta." la voz de Paul era reflexiva. "Nosotros tampoco. No eran realmente los números, era el miedo. Cada vez que conseguíamos ir a algún lugar, los trajes aparecían. Porque, claro está, estábamos bajo el fuego de los topos. Pero hemos aprendido. Hemos aprendido a dar tenias a los topos. ¿Sabías que si le das una tenia a un topo, su dueño destruirá hasta 25 topos perfectamente sanos?"

    Eileen no sabía de qué demonios le estaba hablando y permaneció en silencio.

    Paul sacó una calculadora sobredimensionada de su escritorio.

    -"¿Qué tal ésto, entonces... sabías que las probabilidades de nacer sin útero cuando se es concebida en un radio de 50 kilómetros de un vertedero radiactivo es de uno a cien? La solución para una fuente bastante considerable de empleados..."

    Estaba cansada de aquello.

    -"Dónde almacena Usted los cuerpos."

    Paul dejó la calculadora sobre su mesa con un "click".

    -"¿Buscas a alguien?"

    Ella asintió con un rápido golpe.

    Él la evaluó.

    -"¿Es hijo o hija?"

    -"Nieto. Jeremy Ellis — "

    Paul le indicó ahora que callase. Tras una pausa continuó.

    -"No sé dónde está. Probablemente, Usted tampoco sabe dónde está. Registran cientos de reclamaciones sobre personas desaparecidas por día. Pero raramente de partes tan capaces y concentradas como tú, Sra. Ellis."

    -"Eileen," dijo de inmediato, se sintió ridícula al hacerlo.

    -"Eileen."

    Paul se sentó en el escritorio, juntó sus manos sobre una rodilla y la estudió: "Eileen, Tengo una propuesta. Tú continuas tu búsqueda de tu nieto y nos dejas ayudarte."

    -"Porqué harías eso."

    -"Estás buscando la misma información que nosotros pero tú tienes motivación y un conjunto de habilidades único gracias a tu traje y experiencia. Si nos dejas, conectaremos un alimentador de datos a tu traje. Veremos a través de tus ojos. Oiremos a través de tus oídos porque queremos averiguar más sobre Usted, porque tenemos un gran interés en guiarte hacia tu nieto. Además, podrás hacer conexión satélite con uno de nuestros portales anónimos."

    -"Portales anónimos...no existe tal cosa," dijo ella.

    Paul suprimió una carcajada: "No, tienes razón. Es aún mejor: te disfraza totalmente como un usuario medio. Créeme, no queremos que tus viejos jefes sepan que estás activa. Eres más útil para nosotros si estás viva."

    Eileen no quiso considerar lo que ese ominoso "nosotros" haría con la información o si estaban de algún modo conectados con los insurgentes de los años '20s.

    ("pero sea cual sea su objetivo, van en serio y están bien organizados. Este Paul tiene el mismo hábito autoritario y confiado de Oscar, mi enlace de campo en Operaciones Negras.")

    Y, la verdad sea dicha, ella no tenía realmente ninguna pista más. El rastro de Jeremy se había secado y, sin enlace satélite, ella estaba muy limitada.

    -"Muy bien," dijo ella. "Conectadme."
    * * * * *
    CONTINUARÁ
    Última edición por Artifacs; 19-May-2018 a las 13:03
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  6. #16
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    (16) Jim Munroe: "Todos de Silicio" Bajo licencia Creative Commons Attribution-
    NonCommercial-ShareAlike License.

    ************************************
    Eileen (V)

    Cuando Eileen salió de la oficina un rato después, sintió que no había negociado muy bien. Ni siquiera sabìa realmente si había tenido la oportunidad de regatear. Su amiguito Paul la había tratado como si estuviera contratándola para un empleo.

    Salió por dónde había entrado, sujetando en la mano el dispositivo, un adaptador redondo diminuto y escaneó el callejón. Nada salvo algunas ratas.

    ("¿Sería prudente hacerlo aquí?")

    Escaneó el aparado y el traje le dijo que aquello no estaba en su base de datos y que instalarlo antes del enlace satélite era extremadamente peligroso.

    ("Si tuviera enlace satélite sería capaz de identificarlo...parcialmente, al menos. Probablemente no es un algo estándar. Por lo que sé, incluso podría controlarme. Pero tampoco puedo hacer enlace satélite antes de instalarlo.")

    Eileen aceleró y salió calle abajo. Aún había una buena cantidad de tráfico de peatones así que, bajó al 250% y tomó la carretera. Estaba lo bastante oscuro para que su cara enmascarada se interpretase como un producto de la imaginación.

    ("Un hombre interesante.")

    No la había tratado como una anciana inútil. Reconocía que ella era valiosa. La charla sobre las mujeres estériles no había sido placentera pero, hasta dónde ella sabía, podía haber sido cierta.

    Para cuando hubo terminado su décima misión, se había sentido menos como un comando veterano y más como alguien que había escapado por accidente de un molinillo de carne. Pero le habían dado dinero e incluso la oportunidad de un trabajo a tiempo parcial. Ella les había dado las gracias pero se había negado, quería concentrarse en su nueva vida como madre. Habría rellenado su zócalo espinal pero era irreversible y, además, no tenía que verlo a diario ni nada parecido. A veces le picaba un poco pero eso era todo.

    La calle cambió a una sección aún más adinerada, con concesionarios de coches diminutos y tiendas de ropa,como la del Ejercito de Salvación; y su antiguo lugar de trabajo: Gap Auténtico. Una joven peliroja empujó la puerta del mercado de Tommygirl y se alejó caminado animadamente, miraba a su alrededor con ojos como dardos. Una sonrisa se extendía por su cara segundos antes de que el sujetador que había robado ardiera en llamas. A la velocidad a la que Eileen estaba yendo, vió la sonrisa pasar a un grito con minucioso detalle.

    Eileen hizo lo que había sido entrenada a hacer cuando la gente se moría a su alrededor: seguir corriendo. Tras unos agonizantes segundos, la puerta del Tommygirl se abrió y empleado salió corriendo despacio con el extintor. La mujer ardiente desapareció tras una nube blanca pero Eileen sabía que era demasiado tarde. El químico antirobo había hecho su trabajo.

    (...)

    Eileen estaba un bloque más allá, Vió que el Puente Burrard etaba adelante y vió su cubo-agujero.

    ("Perfecto.")

    Bajo el puente encontró un pasadizo sobresaliendo de una de las masivas jácenas y descendió por él. Fuera de toda vista, escuchó el viento y la reverberación de los cables y trató de averiguar cómo iba hacerlo. El diminuto dispositivo se posaba en su mano como una peligrosa semilla. Paul había dicho que todo lo que tenía que hacer era acercarlo a su zócalo y el aparato haría el resto.

    Posicionó el adaptador en una pequeñita grieta de la jácena, moviendo su mano con cuidado. Justo cuando lo dejó, una ráfaga de viento lo hizo rodar hacia el borde. Afortunadamente, ella aún estaba acelerada y lo cogió a tiempo.

    ("¿Habría sido tan difícil poner bolsillos en estas cosas?"), se preguntó buscando alrededor un lugar mejor.

    Acabó colocando el dispositivo bajo el trasero, asumiendo que, si fuese un aparato muy delicado, Paul se lo habría mencionado.

    No estaba deseando llegar a la siguiente parte. Recordaba la desconexión bastante vivamente por sus días más jóvenes y estaba en entornos más placenteros entonces: a unos pasos del cuarto de baño o la cama de un hospital si la misión había sido particularmente desafiante.

    ("Bueno, probablemente, Jeremy tampoco está en entornos placenteros.")

    Tras reducir hasta el 100% y modificar todas sus otras configuraciones para ser lo más humana como pudo, se quitó la máscara. Su visión del agua cambió del digital vivo a la mancha miope pero un sonoro olor de metal y mar la golpeó. Respiró algunas veces y arqueó la espalda, sintiendo el zócalo.

    ("Jeremy podría estar marinado en algún tanque en algún lugar o algo peor. Rápido ahora, inclínate... ")

    Yank.

    De inmediato, tuvo que dejar de respirar: era como fuego. Pero no podía parar de respirar.

    ("Fuego fuego o dios mío mis brazos mis articulaciones o dios o dios")

    El viento era como un millar de latigazos helados y ahora sus ojos, sus ojos eran dos carbones ardiendo.

    ("oh mierda ojoder")

    Sintió ceder su vejiga, no había sabido que tenía esa necesidad.

    Cuando el traje silenció el dolor, lo almacenó lejos de ella.
    Su mano, buscando bajo su nalga, levantó el dispositivo como un pedacito de carne.

    ("empiezo a ver blanco no puedo dejar que el blanco me coma Jeremy no le dejes".)

    Levantó el guisante y lo soltó sobre la espalda de su traje, su codo hacía el giro de una marioneta y el dolor le azotaba la cara

    ("un camión blanco gigante.")

    El guisante rodó entre el traje y el zócalo y cayó dentro como la bola número ocho.

    -"Conexión eatablecida, trasmitiendo..." dijo una voz baja.

    * * * * *
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  7. #17
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    Post Jim Munroe: Todos de Silicio, Paul (III)

    (17) Jim Munroe: "Todos de Silicio" Bajo licencia Creative Commons Attribution-
    NonCommercial-ShareAlike License.

    ************************************
    Paul (III)

    Paul estaba sentado en su oficina. Observaba varias ventanas aparecer al mismo tiempo. Una graficaba los datos recibidos: un pico incrementando. Otra informaba con señales vitales: rápidamente medicadas a la estabilidad. La ventana de visuales mostraba el hormigón y la jácena: la máscara de Eileen seguía chafada y arrugada bajo ella. Oyó el vago sonido de las olas del océano.

    Un ángel surgió sobre su hombro: "Recuerda," decía a coro, "Tienes una reunión en Barriguilla Amarilla con..."

    Paul se sacudió el recordador y desactivó su mezclacaras. Tras ésto, se reveló su cara de ojos grises sin orejas y se portó hacia un bullicioso restaurante.

    Un camarero gordo tremendo sirvió una copa sobre el mantél blanco: "Bienvenido de vuelta, señor."

    -"Gracias. Estoy esperando a alguien."

    El camarero asintió y se marchó.

    Paul alzó la copa y dió un sorbo, tenía gusto a hierro y arándanos. En otra mesa había un par de mujeres charlando intensamente. Una de ellas sujetaba con una mano una consola plana que señalaba con la otra. Era una tabla física con pantalla táctil. Se la entregó a la otra mujer y le indicó algo.

    Paul observó el lenguaje corporal de la primera mujer y dedujo que era comercial. Cuando miró a la segunda, notó que sus labios estaban cambiando. Ella ponía sus dedos en ellos y sonreía mientras pasaba un ciclo de opciones de labios diferentes. Al final, alzó la vista hacia la vendedora con una pregunta en sus ojos.

    Paul dió un largo sorbo de su copa pensando sobre lo interesante que era que hubiera sido creada una versión Frisco del espejo de maquillaje con su asesor y todo. Incluso el diseño de la tabla era interesante: parecía uno de esos antiguos lectores de libros más que las ventanas normales en mitad del aire. Deseó tener tiempo de seguir esas cosas en lugar de reunirse con un ejecutivo del Marlboro para hablar sobre cómo mejorar sus antiguos productos.

    ("Doug Doug Doug. Te necesito aquí, Patterson. Aquí hay demasiados malabarismos para mí solo.")

    Al principio pensó que Doug se resistía para negociar un aumento de sueldo pero estaba actuando demasiado raro para eso.

    ("¿Planeaba acaso desertar a otra agencia? Quizá el motivo es más simple."), pensó Paul sacando inmediatamente un archivo sobre Doug que había compilado años atrás.

    El PIN de La cuenta bancaria aún era el mismo. Navegó por él y encontró una letanía de pecados financieros, pagos atrasados y números negativos.

    ("Sólo un asunto económico.") pensó en de darle efectivo para los gastos de mudanza.

    Pero eso podría causar tensiones con el resto de empleados. Y Doug podía ofenderse con bastante facilidad. Así que tendría que darle el dinero a la moda de la mano izquierda.

    Y una vez tuviera a Doug aquí, podría realmente iniciar los preparativos para el Sesquicentenario.

    -"¿De qué te estás riendo ahí, Paul?" dijo un hombre sentado frente a él con una mueca traviesa fingiendo mirar las ventanas delante de Paul. "¿Fotos sucias?"

    Paul, sabiendo que el ejecutivo de Marlboro no había visto nada, abrió la ventana horaria para que pudiera ver lo tarde que era.

    -"Ya sé, ya sé," dijo. "Perdón."

    -"¿Atasco en el tráfico?" dijo Paul con una sonrisa ladeada, deslizando las visuales de Eileen a un lado y las finanzas de Doug al otro.

    -"Ésa era una de mis favoritas," dijo el ejecutivo con una carcajada.
    "Soy demasiado viejo para inventar una nueva colección de excusas."

    * * * * *
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  8. #18
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    Post Jim Munroe: Todos de Silicio, Nicky (VII)

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    ************************************
    Nicky (VII)

    Nicky despertó de buen humor. Era uno de esos días en que el sol compensaba cualquier dormitorio mal pintado y daba a las casas más sencillas un brillo contagioso.

    Quedó tendida sobre su futón durante unos minutos, vagando de un lado a otro. Eventualmente, su reloj explotó.

    -"¡So perra perezosa! ¡Arriba! ¿Quieres dormir todo...?"

    Silenció la alarma de un manotazo.

    ("Dios, mi voz es estridente. ¿Quién querría despertarse con ella?")

    Mirando a su cama vacía supuso que nadie. Pero su humor era tal que sonrió a su auto-compasión.

    Le dijo al reloj que tocara Ojos Ausentes, una banda centavo-core con un cantante de voz dulce angelical. La escuchó por los altavoces en lugar de su clóquea directamente ya que el bajo pesado hacía vibrar sus huesos auditivos de forma desagradable.

    Convirtió el futón en un sofà, gruñendo por su peso. Lo dejó sin hacer con la esperanza de que, en algún lugar y de algún modo, estaría volviendo loca a Kath.

    (...)

    Caminó fuera de la habitación, saltando con Ojos Ausentes y su propia electricidad.

    Encendió la ducha y se desnudó, entrando cuando el agua fue lo bastante cálida. Se recogió el pelo antes de empaparlo y tuvo que pensar durante un minuto dónde había estado la pasada noche. Caminó mucho, recordaba, sintiéndose culpable al pensar en lo que su mamá habría pensado de su desenmascarada y despreocupada existencia.

    ("Mamá incluso había llevado la máscara por la casa los días de Alerta Gris.")

    Se dió un lavado rápido de cara y (...) cuando estaba empezando la espalda, la ducha se apagó con un "click".

    -¡Joder!

    Se apoyó en el muro de la ducha con loa ojos cerrados con fuerza por la fustración. Su piel se erizó de inmediato.

    -"Maldita..." dijo agarrando la toalla y secándose.

    ("...venga ya, ahora hay mucha menos gente que usa agua, ¿poque no nos dan un poquito más? Avaros madafakas.")

    Diez minutos al día parecía suficiente a la oficina de alquiler pero, en realidad era un visto y no visto.

    -Recogió sus ropas y volvió a su habitación tratando de recuperar el buen humor de unos minutos antes pero la luz de la ventana ahora era más reclamatoria que hospitalaria.

    Cogió un sujetador de la silla y se lo puso mientras miraba por la ventana, retando a cualquiera a mirar: su ritual diario, misma parte de indiferencia que de exhibicionismo. A menudo había alguien paseando ahí fuera, como aquel tipo allí ahora con su perro. Sólo que nunca nadie miraba hacia arriba. Se puso una camiseta amarilla y un par de espinilleras altas.

    Se trenzó el pelo con diestros movimientos de sus dedos. Ver al perro le hizo pensar en el trabajo con sus chiripas.

    ("Sí, debería ponerme a ello...después del desayuno")

    Terminó sus trenzas. Comprobó que quedaran bien simétricas. Parecía que caían bien, los chicos pensaban que eran bonitas y las chicas se asombraban por la habilidad del trenzado: era sencillo para ella pero no para todo el mundo.

    Bajó las escaleras pensando sobre la noche anterior.

    ("Esas dos exposiciones de arte..."), suspiró sacando unos cereales y un pan.

    ("Lo raro es que...no me inspiraron en absoluto. Me estaban drenando.")

    Roció el pan y se sirvió algunos Encantos Afortunados.

    ("Esa horrible exposición de Mike Narc, joder. ¿Es eso lo que se tiene que hacer? ¿No podrían simplemente darte el dinero basándose en tu obra y no en lo bien que presentas tu imagen?")

    Se sentó a la mesa de la cocina y observó al gecko que movía su lengua hacia ella con rapidez desde la jaula. Se metió una gran cucharada de cereales en la boca y observó la caja.

    ("¡Colecciona Todos los Colores y Gana!"), sugería la caja de cereales.
    Antes de poder leer más, notó que el gecko tenía una pata fuera y trataba de enganchar un trozo de cereal extraviado. Ella lo acercó con la cuchara y miró cómo intentaba comérselo.

    ("Y esos tipos del patio ferroviario...era guay pero...un poco psico.")

    No podía imaginarse trabajar así...allí fuera, sin nada ni nadie tras eso.

    ("Mas o menos como lo hace JK.")

    Eso era la parte atractiva de JK, originalmente, pero nunca pensó en degradar su trabajo de esa forma.

    ("Bien para él, quiero decir, obviamente tiene a alguien que paga su alquiler...")

    Cuando terminó la tostada, dejó los platos en la pila y sacó una lata de café del armario. Su reloj comenzó a sonar justo cuando se sentó en el sofá del salón.

    ("Seguramente será...sip, Mamá, justo a tiempo.")

    Su mamá llamaba un par de veces a la semana, casi siempre a las 11. Era casi como si esperara por las pocas ocasiones en las que podía llamar sin parecer necesitada, pero la exactitud de las llamadas era enervante.

    ("Debe de ser difícil lidiar con todo ese tiempo extra, sin tener que dormir."), pensó con cierta culpabilidad..

    Su reloj había parado de sonar y ella abrió el café. Puso los pies sobre la mesa y observó a las chiripas agitarse por ahí en la caja con su irritintante gimoteo.

    -"Oh, os daré de comer pronto," dijo ella.

    Se preguntó si debería hacer mudas a las chiripas míticas y decidió que eso haría de una galería un lugar menos difícil de soportar.

    ("Tampoco es que haya expuesto en una galería."), pensó amargamente.

    Se preguntó porqué al ver la exposición de Narc; que tenía temática similar incluso aunque odiara admitirlo; no le había dado esperanza.

    ("Parecerá como que le estoy imitando...")

    Ese pensamiento la puso enferma.

    Nicky pasó el resto de la mañaba alimentando a sus animales y limpiando un poco. Luego, decidió que sorprendería a su madre con una visita a Frisco y, tras un parco examen del laboratorio, despegó hacia la estación del TrenCeleste.

    ("La familia primero."), pensó mientras tiraba de la puerta para cerrarla.

    ("Lleva allí meses y no le he hecho una visita apropiada.")

    El TrenCeleste estaba a unos pocos bloques de su casa. Había cinta amarilla a lo largo de la entrada y un letrero decía que el servicio se había limitado a la hora punta sólo en esa estación.

    Nicky suspiró y se quedó allí por un momento sopesando la opción del paseo de 30-minutos con la opción de volver al laboratorio.

    ("A mamá le alegrará verme...y quizá pueda pedirle algo para el taxi de vuelta a casa.")

    Casi caminó hacia Gastown pero decidió que no. Le habría gustado ver el viejo barrio. JK le había dicho que era muy diferente ahora que no había ninguna construcción, pero no quería caminar entre Hastings y Main para llegar allí pues tendría que pasar por encima de la gente que dormía por todas las aceras, gente enferma y triste, sin dinero, que esperaba la muerte. Nicky nunca había podido insensibilizarse del todo ante ellos.

    ("Vale, había hecho inversiones estúpidas pero también eran desafortunados.")

    Su papá era de los resistentes. Esto fue una de las primeras cosas que había dicho sobre Frisco: "Ninguno de esos arruinados viene pidiendo cuando caminas hacia algún sitio."

    Eso molestaba a Nicky pero no podía discutir del todo cuando era él quien manejaba sus inversiones, su dinero para emergencias.

    Nicky empezó a sentir calor a pesar del aire frío, las sombras del mediodía eran muy cortas para ofrecer cobijo. Estaba en un barrio residencial bastante abierto, sin muchas comunidades valladas. Por la ventana de una de ellas vió un letrero en negrita:

    "Cerrado y Activado a Prueba de Ladrones".

    Unas cuantas casas más allá había otro. Parecía ser una elección popular de los que se mudaban a Frisco. Sonaba familiar...

    ("¿Se fue Mamá con ellos?")

    No se acordaba, sólo se acordaba de la descripción excesiva de alto calibre que había persuadido a su madre.

    ("Ojalá hubiera meado antes de salir.")

    Podía sentir ahora los efectos de esa lata de café. Bueno. tendría que aguantarse. Recordó, como hacía a menudo en esas circunstancias, la Perfercción de Mave Slamstein. Era una de esas obras de arte genético que vió una vez en una clase de inatituto sobre tendencias artísticas aplicadas.

    Era un bebé humano, un recién nacido rosa, tumbado sobre un cojín gigante púrpura. Dando pataditas y mazazos con sus puñitos como bellotas pero en total silencio. La cámara rotaba despacio alrededor y enfocaba su casa. Toda la clase jadeó al unísono pues el bebé no tenía orificios en absoluto. Ni boca, ni ojos, un bultito donde debería estar la nariz.

    Luego, la profesora cambió al siguiente vídeo. Le llevó un rato con esas viejas máquinas y apareció otra vez la cara del bebé...

    -"¿Le cuesta un poco respirar?"

    ...preguntó una voz conocida. Una máscara pequeñita surgió en la cara del bebè y se dibujaron en ella dos ojitos de colores.

    La clase había reído.

    -"El GE Humomaster sienta...bien, ¡a todo el mundo!"

    Y se oyó una risita de bebé.

    En vez de aprender las partes destacadas de esa lección...

    ("Que el mercado jugaba una parte importante en el desarrollo de, incluso, el arte de impacto y cómo esa campaña en particular inclinaba la opinión pública sobre la experimentación con clones.")

    ...Nicky se había quedado hipnotizada ante la primera visión del bebé.

    ("Perfección.")

    Había investigado la historia de la artista en busca de pistas sobre si era sincero o irónico el título, los detalles sobre cuánto tiempo sobrevivió el bebé, cómo financió un proyecto con ADN humano...

    Nicky habría adorado trabajar con la arcilla original, tal como era, y estaba amargada de que sólo los billonarios pudieran permitirse los permisos del genoma.

    Pero aquello había sido cuando tenía 15. Ahora era lo bastante mayor para apreciar la belleza y asequibilidad de un lienzo pequeño.

    ("Dame una chiripa cualquier día.")

    Quizá algún día pero, por ahora, ella prefería los milagros menores a los frankensteins. Sabía que tendría que desarrolarlos algún día pero si se sentía mal cuando una chiripa no estaba sana...

    ("¿Cómo podía lidiar con un clon humano?. Los clones humanos nunca estaban del todo sanos.")

    -¿Es eso un...¡sí!"

    Nicky vió un par de arcos dorados sobre el horizonte y lo invertió mentalmente en forma de WC.

    -¡Cuarto de Baño, yuju!

    Aceleró tratando de ver si había gente dentro. Cruzó en diagonal hacia el restaurante, aliviada de ver gente moviéndose en el interior.

    ("Extraño...no hay puerta en este lado...")

    Luego, vió el letrero:

    -"Este McDonald's es de uso exclusivo de la comunidad de Acres de Arces. Sólo acceso subterráneo. Lamentamos el inconveniente."

    Nicky se quedó mirando por un agujero a un ancianito sedado bebiendo su té cerca de la ventana y, luego, siguió andando. Escuchó la risita de Perfección del bebé en su cabeza: ¡No necesita hacer pis!, ¡No hay basura dentro, no hay basura fuera!

    Para cuando giró hacia la Calle Robson estaba a punto de explotar.

    -"¿Cuánto falta para llegar?", preguntó a su reloj.

    -"La oficina de Usted está a 65 metros," dijo el reloj.

    -"¿Cuánto falta para que mi vejiga explote?"

    -"El RistReloj Deportivo no monitoriza ese órgano en esta versión. ¿Quieres que te avise si esta función queda disponible?"

    Nicky entró en la oficina de Usted. Marchó directa hacia el primer escritorio que vió y forzó una sonrisa.

    - "Hey, vengo a una sesión de charla con mi mamá pero primero necesito usar su aseo."

    La mujer tras la mesa le brindó una sonrisa de disculpa.

    - "Lo siento..."

    ("Y yo siento que no entiendas la palabra NECESITO, perra.")

    Nicky no dijo nada y caminó hacia una puerta que conducía a un pasillo blanco con habitaciones a ambos lados. Estaban vacías, de modo que siguió hacia la habitación de atrás.

    - "Señorita," llamó una voz.
    "No hay..."

    Nicky empujó la última puerta y salió a un callejón.

    -"Oh."

    Miró atrás y vió a la chica del mostrador agitarse un poco en el umbral antes de cerrar la puerta.

    ("Creo que los Friscanos no necesitan toilettes.").

    Miró el extremo del callejón hacia la calle.

    ("No hay mucha gente.")

    Nadie parecía estar mirando entre las tiendas. Meditó unos segundos antes de agacharse detrás de algunas cajas.

    Observó su pis recorrer el asfalto, alrededor de las cajas rectangulares con el logo de Usted. Se subió la cremallera y caminó con cuidado por el callejón hacia la puerta delantera otra vez. Tomó aliento y entró caminando en la oficina.

    ("Toma dos.")

    Afortunadamente, la mujer estaba ocupada con algunos clientes, una familia entera. Nicky fue hacia el hombre, que apartó la vista de los documentos que estaba escaneando y le ofreció un asiento.

    -"En realidad, vengo a hablar con una Friscana. Mi mamá. Me ha dado un cupón."

    -"Miraré si tenemos sitios libres", dijo alzando la mano.

    Nicky sonrió y decidió no decirle que había tres salas libres.

    -"Ah, bien, tiene suerte, sí tenemos una cabina disponible ahora mismo. Normalmente están reservadas. ¿Puedo ver el cupón, por favor?" le indicó la placa de pago.

    Nicky lo buscó en su reloj y lo acercó a la placa.

    Un hombre de mayor edad, de unos sesenta, entró. El vendedor le saludó.

    -"Eataré con usted cuando la haya atendido."

    Nicky no miró a la vendedora pero oía su parloteo cuando el hombre la conducía hacia la puerta de la cabina. Una de las salas estaba en uso, un hombre, una mujer y un convincente traje de oficina en ella.

    - "Entrevistas," dijo su guía. "Asuntos sin atención adecuada."

    Señaló a una puerta: "La llamada está destinada al emisor del cupón...tiene 15 minutos."

    ("Eso ha sonado como en una prisión."), pensó ella mientras entraba en la blanca sala.

    Cerró la puerta y quedó a solas en la sala, vacía salvo por una silla. Esperó a que empezara y justo cuando empezaba a ponerse nerviosa, una voz dijo:

    -"Nodo conectado, resolviendo entorno."

    La sala parpadeó a la vida, escaneando el espacio en busca de objetos. La silla y Nicky se bañaron del fuego cruzado del escáner. Nicky escuchó un tintineo y el murmullo de voces.

    -"No puedo verla.", oyó la voz de su madre.

    Luego, todo se llenó de color. La resolución aumentaba y su madre, que miraba alrededor ansiosamente, la vió de repente.

    -"¡Nicky! Estoy aquí."

    -"Hola mamá," dijo Nicky.

    Se sentó y miró alrededor. Estaban en un café con decoración de jungla. Un loro aterrizó en la mesa y graznó.

    -"¡Bienvenida al Café Lluviaforestal! ¡Graa!"

    Cuando aleteó para volar, una pluma cayó lentamente y Nicky pensó que era un detalle bonito.

    -"Nuevo peinado, ya veo," dijo su mamá.

    -"Y tú eres ahora rubia," dijo Nicky.
    ("Y unos 20 años más joven.")

    -"Estaba tan contenta de que llamases, ¡Pensé que nunca ibas a usar el cupón!"

    Nicky ignoró el tono recriminante. Miró a las otras mesas: algunas familias, algunas parejas. Incluso había una mesa con gente jugando al bridge. Todo el mundo parecía joven como su Mamá. Podrían haber sido hermanas.

    - "¿Vienes aquí a menudo?"

    Su mamá rió: "Sí, durante unas cuantas horas al día. Es divertido para los ex-Vancouveritas...con todo eso de la lluvia y demás."

    -"Unas cuantas horas,¿eh?" dijo Nicky sonriendo. "Suena como a mi vida."

    Su mamá sonrió sardónicanente: "Supongo...."

    -"¿Trabaja mucho papá?"

    La mamá asintió: "Más que antes. La semana pasada no vino a casa. Transición, expansión. Ahora tiene dos secretarias," dijo con una risilla. "Parece realmente...energizado por todo eso."

    Nicky no quería oir más sobre eso. El modo en que su mamá decía "secretarias" le recordaba cuando Papá le había hablado sobre sus aventuras, aunque ella no le entendió en aquel momento: "A veces las fusiones son acuerdos exclusivos," había dicho él sujentándole la mano. "Y a veces no lo son." él había mirado hacia la puerta del cuarto de baño donde su mamá se había encerrado. "Pero no significa que la fusión original no tenga beneficios." le había apretado la mano y Nicky había asentido mientras repetía lo que recordaba que había oído en la clase de negocios de sexto grado. "Lee sienpre la letra paqueña", él había sonreído ampliamente entonces y la había abrazado.

    Un chimpancé apareció con una tetera pero su mamá declinó. El "chimpa" emitió un grito de ofensa, alzó su brazo y se marcho

    -"¿Qué tal le va a tu grupo de Mah-Jongg?" dijo Nicky.

    Los ojos de su mamá se iluminaron:"Oh, es estupendo. Ahora jugamos en un entorno fantástico...somos gigantes en la China antigua o algo así. Cuando jugamos una ficha, se aplastan esas aldeas de campesinos y si nos cansamos, ¡nos apoyamos en una montaña! Es tan divertido. En realidad, estaba en mitad de una partida cuando llamaste, por eso me llevó un rato llegar hasta aquí. Todo el mundo estaba molesto." soltó una carcajada y cuando vió la cara de culpabilidad de Nicky, dijo, "No por que yo dejara el juego; somos una banda de viejos jugadores, ellos también tienen hijos; sino por que estaban celosos."

    -"¿Cómo lo sabes...?" dijo Nicky, "¿que son viejos? ¿No decías que los habías conocido aquí?"

    -"Oh, se puede saber a los primeros cinco minutos. Por cómo hablan, los estilos, a veces. Nadie tendría un peinado como el tuyo, por ejemplo. Y no todo el mundo quiere parecer joven. Jonah, un viejo cabra cabezota, dice que es exactamente el mismo. To le creo. Aunque es distinguido, mientras que las mujeres parecemos sólo viejas." otra carcajada que agotaba a Nicky. "Tu aspecto es maravilloso, Nicky, incluso con esas... ese peinado único. Ha pasado tiempo desde nuestro último cara-a-cara, empezaba a preocuparne. Con ese estilo de vida que llevas."

    Nicky suspiró.

    ("Aquí viene de nuevo...")

    -"Mamá, mi estilo de vida no es nada sobre lo que tengas que preocuparte. Suena aburrido comparado con la destrucción de aldeas de campesinos."

    -"Es sólo que hablas como tu tío... con el estilo de vida del artista, pensando que está bien simplemente pasar el tiempo. Ya sabes lo que le ocurrió a él."

    -"Sí, Mamá," dijo Nicky. "Pero yo no estoy empezando una revolución, exactamente."

    -"Ni él lo estaba," dijo su mamá rápidamente. "Él sólo estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado socializado con el tipo equivocado de gente."

    -"Ah, venga ya," dijo Nicky, burlándose de la negación de su mamá. "Él trabajaba para la compañía donde encontraron las lanzaderas."

    A ella siempre le había divertido la idea de que su Tío Max era parte del grupo insurgente. Incluso habían hecho una película unos años atrás sobre las Palancas Inofensivas.

    -"¿En realidad crees...," dijo su mamá empujándola con el dedo, "...que un pariente de tu padre sería parte de un grupo terrorista que destruyó equipo por millones de dólares y puso en peligro cientos de vidas sólo para evitar que levantaran otra valla publicitaria?"

    Nicky arqueó una ceja y se encogió de hombros: "Bueno, no era sólo otra valla. Era la Luna."

    -"Aún así," dijo Mamá. "Tu..." fue interrumpida por un rugido repentino.

    -"Uh oh amigos," dijo un anunciante. "Parece que va a ver un....¡Retumba la Jungla!"

    En la sala, un lateral se apartó para revelar una inmensa extensión de sabana. Había una manada de leones descansando a un lado y, aproximándose con paso casual, varios simios grises. Un león rugió de nuevo y un gorila respondió con un osado grito de colmillos.

    Una comadreja saltó sobre su mesa. llevaba un casco puntiagudo y un bloc de notas: "Hagan sus apuestas," chillaba por ahí con un grueso puro.
    "Dos a uno contra los grises."

    -"Ooooh, Me gustan esas apuestas," dijo su mamá. "Pondré $500 en los leones."

    La comadreja asintió brevemente y saltó fuera de la mesa.

    - "Les queda un minuto," dijo una voz.

    -"Oh, Mamá," dijo Nicky llamando su atención. "Mi tiempo se acaba. Tengo que irme."

    Ella titubeó. "Pero te vas a perder el show. Es muy bueno...puedes escoger un campeón que cabalga contigo y todo. Ver la pelea desde su perspectiva."

    -"La próxima vez, supongo."

    -"Se acabó las apuestas, amigos. Para esos con problemas cardíacos se aconseja que... ¡salgan corriendo de aquí!" dijo el anunciante.

    Nicky notó que era una pitón que había reptado hasta el pedestal del micrófono. Sintió ganas de ver el comienzo de la pelea pero le preocupaba que si se quedaba por más tiempo, comenzarìan a cobrarle automámticamente. Y eso, simplemente, no iba a suceder..."

    Con las manos frente a ella, caminó hacia donde recordaba que estaba la puerta y tanteó hasta encontrar el pomo. Se tropezó con el grupo de bridge al hacerlo y se disculpó. A ellos no pareció importarles.

    * * * * *
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  9. #19
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    Post Jim Munroe: Todos de Silicio, Nicky (VIII)

    (19) Jim Munroe: "Todos de Silicio" Bajo licencia Creative Commons Attribution-
    NonCommercial-ShareAlike License.

    ************************************
    Nicky (VIII)

    A Nicky le alegró ver que Gassy Jack aún reinaba sobre Gastown. La desgastada estatua de plomo la obervó caminar hacia el apartamento de JK. Le impactó lo silencioso que estaba. JK no había mentido sobre la ausencia de construcción.

    Llegó hasta su vestíbulo y lo llamó.

    - "Hey, Estoy abajo en las escaleras."

    -"¡Hey, yo también!" JK entró al vestíbulo cargando una enorme bolsa de harpillería y su bici colgando torpemente del brazo.

    -"Mal momento, supongo," dijo Nicky levantando la bici de sus manos.

    -"En realidad, un muy buen momento."

    Sacó la bolsa de tela a la calle y la apoyó suavemente en el bordillo. Señaló su reloj.

    - "Direcciones para las fiestas de esta noche."

    -"¿Esta noche?" dijo Nicky. "¡Genial!"

    -"Díselo a todos los que conozcas. Yo voy a estar corriendo de aquí para allá preparándolo todo." comprobó su reloj. "Chase se pasará, se supone."

    -"¿En coche?" dijo Nicky tratando de ayudar a que JK mirase a la carretera.

    -"No sé, por eso llevaré el caballo," dijo señalando la bici. "Mierda, debería llevar...", alzó la vista hacia su apartamento. "No," decidió sonriendo a Nicky levemente. "Perdón, Soy un poco desastre. Siempre un patata antes del estreno. ¿Qué hay de nuevo?"

    -"Nada, sólo que pensaba que quería ver el viejo barrio. Es de locos lo silencioso que está."

    -"Sip. Sobre todo de noche. Este fue uno de los barrios que se vació del todo." JK se sentó en su bolsa. Llevaba un mono ancho y sus manos estaban marrones de polvo.

    -"¿Son esas las semillas?" preguntó ella.

    JK le dió un manotazo a la bolsa, asintiendo "Iba a ser mayor, pero hay suficientes."

    -"Amigo, has hecho un buen montón." dijo Nicky. "Estoy celosa."

    Ella pensó en sus chiripas y las elaboradas formas que había usado para evitar tabajar en ellas ese día.

    -"Yo estoy celoso de tí," dijo JK, "Vagando ppr la ciudad. Llevando peinados dulces."

    Ambos se rieron por su jerga adolesente.

    -"Quiero decir, ¡mírame!" dijo indicando sus manos marrones y aplaudiendo para limpiarlas. "He estado demasiado ocupado para comer, imáginate para vestirme. Ha pasado un buen tiempo desde que caminaba por ahí contemplando a... nadie, como la artista de moda estafadora Truco Nicky."

    Nicky sonrió. "Ya. lo sé. Lo he he estado pensando. Es que, no sé, asusta ver a la gente sacar su arte por ahí. Es como si hubiera un enorme vacío entre trabajar en mis chiripas y mostrarlas en algún sitio."

    JK asintió. "Es un asunto de equilibrio." miró hacia la carretera empujando las gafas sobre su nariz. "Entre no tener tiempo y tener demasiado. Sólo tienes que trabajar en ello."

    Nicky notó una grieta en una de las lentes que no había visto antes pero no le preguntó sobre ello en caso de que lo hubiera hecho èl mismo a conciencia. Miró hacia la carretera en vez de al coche que se aproximaba y JK se levantó. Era un Nissan Piraña, azul y pulcro. Paró delante de ellos. Al menos no era uno de esos estúpidos CocheLocos.

    Él sopesó su bolsa: "Muy bien, te veo esta noche. Truco."

    La ventana de Chase se volvió transparente y activó el altavoz exterior: "¿Te llevamos a algún sitio, Nicky?"

    Ella negó con la cabeza y notó que aún tenía la bici de JK. Levantó la bici interrogativamente.

    JK estaba poniendo el saco en el asiento trasero:"Uh, ¿te importa quedarte con ella, Nicky? no quiero joder este tapizado"

    -"Voy a tener que cobrarte una tasa de almacén.," dijo con una sonrisa.

    -"¡Estupendo!" la saludó y desapareció dentro del coche. "Envíame la factura."

    Chase aún estaba esperando por si ella necesitaba un chófer.

    - "No, gracias." dijo ella señalando a la bici.

    La mirada sorprendida de Chase fue muy satisfactoria.

    Ella no pretendía en realidad montar en la bici pero, unos bloques después de calles silenciosas y ligera torpeza la convencieron de era bobo cargarla. La desplegó y, tras un coche que pasaba, se subió encima y pedaleó.

    Observó la carretera gris bajo ella, deleitada por la velocidad.

    ("Al diablo con el TrenCeleste")

    Echó la cabeza hacia atrás y sintió el viento golpear, tirando de sus coletas. Oyó que un coche venía tras ella y se echó a un lado para detenerse cuando pasara. Aminoró un poco y pasó. Ella puso mirada inocente mientras se balanceaba de puntillas sobre la bici, consciente de su extravagancia.

    ("¿Dónde consiguió JK esta cosa, por cierto??

    Sintiéndose audaz, decidió correr por Hastings y Main, la ruta más directa a casa. Robó miradas hacia la bici cuando se hizo camino hacia Hastings: ladeando las ruedas elásticamente, un marco plateado oscuro tan convolucionado y fino que la hacía marearse al mirar, dos grandes botones de freno y otros dos bajo ellos.

    ("Hey, ¿para qué son éstos?")

    -"¡Ahhhgg!" gritó el anciano con las manos frente a la cara temiendo que Nicky pasara por encima de su cuerpo de metro y medio.

    Apretó los pulgares y oprimió también los misteriosos dos botones...

    ("no frena no frena empieza a hundirse...")

    .. los liberó y la bici...¡dió un salto en el aire!. Voló sobre el anciano, aterrizó más adelante y la entrepierna de Nicky quedó incluso más cerca del duro asiento.

    ("Ouch ¡joder! Gracias a dios estoy OK ou magullada pero OK"), pensó mientras apretaba los frenos y desmontaba aturdida.

    ("Qué vergüenza, ¿lo ha visto alguien?")

    La calle lateral que mostraba la vista de Hastings tenía algunos sin techo echados aquí y allá.

    Nicky miró alrededor y plegó la...

    ("estúpida trampa mortal de...")

    ...bici, pero nadie parecía ni ligeramente interesado en ella. Nicky giró hacia Hastings y comprobó la escena. Las había visto peores, una docena de bultos por la calle pero sólo un par de zombies revolviendo por ahí.

    ("Quizá los más móviles encuentran alguna sombra durante el día...), pensó, pero luego notó que habían desbandado el rebaño.

    Había una furgoneta negra con tres o cuatro peesonas fuera de ella.

    -"Eric Palmerson, tu deuda a sido comorada por by Sony Holdings Ltd.,", entonaba uno con voz aburrida. "¿Estás por ahí? ¿Puedes pagarla hoy?"

    El hombre, presumiblimente Eric, con una triste y asombrada mirada en su cara trató de alejarse caminando pero le frenaron.

    -"En ese caso, Sony Holdings Ltd. ha solicitado que sea realicado en una fábrica de su elección hasta que la suma laboral iguale la deuda. Gacias por su cooperación."

    Ayudaron a Eric a subir a la parte de atrás de la furgoneta, diciendo algo que Nicky no pudo oir.

    Nicky pasó andando y uno de los guardias, la mujer, la miró durante un momento demasiado largo. Nicky se rascó la ceja mostrando su reloj y la mujer buscó a otro candidato.

    Justo cuando se relajó, sintió una mano en su hombro.

    Las historias que había oído sobre gente solvente que era recogida por gente de seguridad que trataba de llenar sus cuotas le inundaron la mente, la hicieron retroceder, desplegar la bici y ...

    -"Nicky, ¿verdad?" el tipo de seguridad se quitó las gafas y sonrió.

    -"Sí."

    Era aquel tipo del último año en la UBC.

    ("¿Cuál era su jodido nombre?")

    -"Soy John. John Steiner."

    -"Oh me acuerdo. ¿Cómo va?" Nicky se sintió estúpida de inmediato por la pregunta automática.

    Se encogió de hombros y jugueteó con las gafas.

    -"Muy bien, supongo. Esperando poder hacer la mudanza en un par de meses, trabajando hacia eso. Un colega me consiguió este empleo extra, me gustaría irme con un paquete Plata, al menos." '

    -"Oh ya," dijo Nicky mitando tras él cuando le dió el pulgar de OK a su coleda. El resto de gente de seguridd estaba levantando un bulto en la calle. "¿Cómo es eso?"

    -"Oh, está bien. Buenos días y malos. Los llevan a fábricas en West Indies, precioso clima allí, sin Alerta Gris debido a los sistemas de presión de aire i algo así. Vacaciones pagadas si me lo preguntas."

    -"Vacaciones laborales," dijo Nicky.

    -"Bueno, exactamente," dijo él sin sarcasmo. "Te hace pensar, Muchos de ellos van allí porque pusieron todos sus huevos en una cesta, hicieron inversiones bobas. Diversifica o muere no es sólo una cita reclamo."

    Nicky seguía entre la ansiedad y el menosprecio.

    Alguien enfadado le llamó: "Me voy.", dijo torpemente, pero se quedó allí.

    En sus ojos, Nicky vió las señales de un intento de invitación a cenar y a una copa, tan claramente como que las nubes se reunen. Ella sonrió y se despidió.

    -"Te veo por ahí," dió media vuelta y se alejó caminando. "Buena suerte en Frisco."

    * * * * *
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  10. #20
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    (20) Jim Munroe: "Todos de Silicio" Bajo licencia Creative Commons Attribution-
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    ************************************
    Doug (VI)

    -"No es por que esté siempre allí," dijo Doud metiéndose algunos CacahueteZ más en la boca. "Quiero decir, la oficina va bastante suave sin Harris. Es por lo que representa."

    Lauden estaba asintiendo. "Totalmente de acuerdo. Está definitvamente más en Frisco que aquí. Aún así, tiene la sala de juntas pinchada para las reuniones cara a cara, y eso no es barato. Muchas compañías ni siquiera hacen eso."

    Terminó su cerveza y señaló a su vaso. El barman asintió casi imperceptiblemente.

    -"A mí también," dijo Doud mirando el CacahueteZ en su mano.

    ("¿Cómo hacen para que la sal se quede pegada?.")

    Los cacahuetes que había tenido de niño te dejaban las manos saladas y grasientas durante horas después...

    -"¿...no crees?" preguntó Lauden.

    -"Perdón, colega, me lo he perdido," dijo Doud culpable.

    ("Ahí estás, Patterson, ignorando a Lauden otra vez.")

    -"Digo que Chan no sabe en lo que se mete,". repitió Lauden.

    Llegaron sus cervezas.

    - "Que disfruten Coors Bala Plateada," murmuró el barman.

    -"Oh. Sí," coincidió Doug. "Cuanto más alto se sube, más dura la caída." hizo una pausa. "Lo sé por experiencia."

    Lauden le dió un golpecito en la espalda. Ambos estaban en la barra, así que tenían que mirar el espejo para hacer contacto visual.

    -"No es así, Doug. La gente habla pero la mayoría sólo supone que querías salir de la pista rápida. La mayoría de nosotros imaginábamos que te irías hace meses."

    Doug percibió que casi había terminado su nueva cerveza.

    ("Será mejor que vaya despacio.")

    No quería acabar llorando en el hombro de Lauden.

    -"Ya, bueno. La investigación es mi primer amor, de todos modos. Buen trabajo honesto."

    Lo habría rechazado como recolector de datos cinco años atrás pero ahora estaba contento por el suave aterrizaje.

    -"Bueno, ya sabes, siempre lo he creìdo." dijo Lauden. "Incluso si el fundidor hace la mayor parte del trabajo."

    Doug dió un respingo interior cuando notó que eso era algo que probablemente hubiera dicho él en el pasado. Observó a Lauden, dándole a la cerveza sin parar; ¡nunca lo había conocido por ser tan bebedor!; y miró al letrero del fondo del espejo: Bar y Taverna Coors.

    Rascó el fondo del bowl: "¿Puede traer otro bowl de CacahueteZ?" le dijo a la espalda del barman.

    Éste pareció considerarlo antes de asentir.

    ("Dame un respiro, colega. No eres el único que odia su empleo.")

    ¿Odiaba él su empleo? No estaba seguro. Odiaba su vida en este punto, eso sí lo sabía.

    -"Lauden, ¿Amas tu empleo?"

    Lauden acabó su cerveza y pidió otra ronda.

    -"No. No, No lo amo. Pero no hay trabajo perfecto."

    -"No, no hay trabajo perfecto," recordó la investigación que había empezado ese día, cotejando todos los datos conflictivos y cabos sueltos que tenían sobre Los Infiltrados. "¿Crees que Los Infiltrados existen?"

    Lauden estaba masticando: "Bueno, no es fácil de saber," dijo cuando tragaba. "Quiero decir, cuando estuve indagando eran aún muy fuertes, con sentido de imagen. Pero eso fue hace seis, siete años. Ahora no se oye mucho sobre ellos."

    -"Ya, la puntuación de la lista de cotilleo CHA es de cuatro. Menos de cuatro," dijo Doud. "¿Crees que pueden haber sido asimilados por las compañías para las que trabajaban? ¿Que en vez de ir subterráneos, van por arriba y legales? ¿Porqué habrían permanecido tan callados durante tanto tiempo, entonces?"

    Lauden sonrió. "Quizá están planeando algo...", dijo con voz ominosa y alzando una poblada ceja.

    Doug bufó por la broma de su colega y miró hacia la puerta meditabundo.

    ("Debería irme a casa pronto.")

    Estaba a punto de mirar hacia otro lado cuando la puerta se abrió y entró una atractiva mujer.

    Doug desvió la mirada a pesar de estar deseando que ella se acercase a ellos. Sólo para charlar.

    ("Podría preguntarle si había oído algo sobre Los Infiltrados. Estaría relacionado con el trabajo."), racionalizó.

    Ella se acercó a ellos.

    -"Hey Sam, lo siento, llego tarde," dijo ella subiéndose a un taburete con un bonito brinco. Tenìa pelo de ébano con adorno de estrellas y llevaba una bolsa escolar.

    ("Lauden, serás astuto...")

    "No pasa nada... Doug, Cara. Cara, Doug," dijo Lauden reclinándose y presentándoles educadamente. Luego, sacó una grabadora.

    -"Bien, ¿qué tienes para mí hoy?"

    ("Una informadora."), dedujo Doug y quedó decepcionado.

    Cara señaló a Doug con una duda en sus...

    ("adorables.")

    ...ojos.

    -"Es un compañero de la oficina, no hay problema," le dijo Lauden. "¿Has leído ya todo sobre Los Efímeros?" le preguntó a Doug.

    -"Sólo por encima," se defendió.

    -"Tengo algo realmente bueno hoy," dijo Cara sinceramente emocionada. "Una fiesta. Una fiesta secreta total. Esta noche. Mi amiga Amy también viene," dijo mirando a Doug.

    Doug se excusó para ir al baño. Cuando llegó allí, le hizo saber a Cheryl que se quedaría a trabajar hasta tarde esa noche.

    ("Quizá hasta muy tarde.")

    * * * * *
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