Cuando hace varios meses apareció el primer tráiler de esta película rusa, todos los aficionados a la ciencia ficción quedamos impactados por la colosal nave con anillos girando a su alrededor y sus extraterrestres vistiendo trajes muy futurísticos. Parecía que sería otra película de aliens contra humanos, pero al menos desde una perspectiva diferente a la hollywoodense y tal vez con algunas ideas frescas; sin embargo, la realidad fue otra…
Esta película, dirigida por Fiódor Bondarchuk, nominado al Óscar en 2005 a mejor película de habla no inglesa, no es otra cosa más que una mezcla deprimente de múltiples ideas abordadas infinidad de veces en otras películas del género.
La película empieza bien, con una reflexión sobre las estrellas algo cursi, pero que te hace pensar que tendrá un trasfondo de estilo existencial. Aparecen los personajes principales, la mayoría de ellos adolescentes, y esto ya te hace pensar por dónde irá la trama. Luego viene la enorme nave espacial con anillos girando a su alrededor y su devastador choque con la Tierra, y ahí termina la parte buena de la película. A partir de ese momento, vemos la típica historia en que los adolescentes se quieren hacer los héroes, la aparición de un extraterrestre que no tiene nada de extraterrestre, un trillado triángulo amoroso entre humano-humana-extraterrestre, un relación padre e hija conflictiva y predecible, una rebelión social impulsada por adolescentes sin ningún argumento con el peso suficiente, un ejército y gobierno rusos sumamente pasivo, una que otra escena cursi y unos extraterrestres que siempre están en segundo o incluso tercer plano.
En resumidas palabras, es una película decepcionante, mala, con nada rescatable.