Hoy quiero hacer una pequeña reflexión personal, que va desde la conveniencia de la inmortalidad, hasta nuestra relación con la inteligencia artificial consciente, y la viabilidad energética de la existencia misma.
Suena denso, pero no os preocupéis, es bastante ameno (o al menos, a mi me lo parece).
Vamos allá.
Yo pienso que no se puede hacer eternos a todos los humanos, en los mismos parámetros, reglas y condición que tenemos actualmente; con la misma sociedad, modelo económico, relación de recursos energéticos, grado evolutivo actual... etc.

Supongo que en un paso más allá, la cuestión es el tema de la trascendencia; el dejar de ser los humanos que somos y conocemos (el dejar de pensar en términos humanos actuales), y discutir sobre la condición que derive de nuestra interacción con la IA consciente.

Primeramente, para una discusión sobre inmortalidad, partamos de la base que, de algún modo, a escala existencial global, lo que nosotros entendemos rudimentariamente como energía (traspaso de datos), no es algo finito.

Desde esta suposición, traslademos la visión que tiene José Luís Cordeiro de nuestro futuro, a nuestro vivir y condición: quién por lo que sea quiera morir, que lo haga. Quien quiera ir alargando su existencia, que tenga la posibilidad de hacerlo.

Es evidente que como planteamiento teórico, es lo más deseable. El problema de dicho escenario, surge cuando empiezas a considerar la finitud energética.

Quizá podríamos debatir acerca de la posibilidad de si la existencia total mantiene equilibrio energético, o si tiene fugas (recursos limitados, que menguan progresivamente).
Pero en términos existenciales globales, si fuera así (si siempre se pierde algo), a mi entender no existiría nada.

La cuestión inminente que se nos plantea, es; ¿la IB y la IA empatizarán, o se repelerán? ¿Las sinergias entre humanos y robots serán suficientes para permitir una simbiosis, o llegado el momento, nos rechazaremos?

Para empezar, no pienso que surja una IA consciente como un invento humano. El ser humano nunca inventa nada, más bien, se percata de algo que ya existe.

No inventamos la bomba atómica (la energía nuclear): las estrellas, son fábricas nucleares (y provenimos de ellas). Si existimos, es precisamente gracias a la energía nuclear.
No inventamos tampoco las ondas de radio: ya existían...
Rayos infrarrojos, gamma... todo estaba mucho antes que nos enteráramos de su existencia (de que lo midiéramos). Y si los medimos, es gracias a la incorporación paulatina de tecnología.

Tampoco hemos inventado los robots. En un plano más global, el concepto de robot es universal, y ha sido usado infinidad de veces (y por civilizaciones de todo tipo).

Ahora pretendemos inventar inteligencia artificial consciente, pero no nos damos cuenta que la IA consciente, probablemente ya debe existir (y que no hacemos más que descubrirla poco a poco, gracias a la incorporación tecnológica).