Guardianes de la galaxia es una chispeante y ágil película repleta de unos guiños y cameos que los amantes de los cómics sabrán a preciar y valorar. Un simpático soplo de aire fresco en un género, el de la propia Marvel, que se estaba sobreexplotando y encasillando.
James Gunn demuestra una vez más su aptitud como director, y no solo por los excelentes e impresionantes planos, fotografía, y espectaculares efectos especiales, sino también por la gracia y química que desprenden sus personajes principales; unos inverosímiles y dispares inadaptados forajidos, en cuyas manos se encuentra la supervivencia de la galaxia.
Con una banda sonora ochentera que la hace atractiva y desenfadada, la película consigue su propósito; entretener y divertir.
Los tópicos entre buenos y manos, la destrucción del mundo, batallas interestelares, amor y amistad, está todo ahí; pero con un toque personal, aunque no por ello menos previsible en cuanto a guión (seguramente el aspecto más criticable del film).
Con un ritmo trepidante, yendo al grano en cada momento, y sin pausa pero tampoco sin precipitación, se suceden unas maravillosas escenas en las que el conjunto funciona a la perfección (confirmándose como el divertido espectáculo de notable gusto que uno espera habiendo visto los avances); una agradable aventura cósmica sumamente entretenida que destila energía en cada secuencia y que para muchos, va a ser la película comercial más distintiva, memorable y creativa del verano de 2014. Una cinta para todos los públicos, más que recomendable para divertirse en familia viéndola.