IRIS observará una región poco conocida del Sol
La NASA lanzó el viernes con éxito desde la base aérea Vandenberg (California) el satélite IRIS, un nuevo artefacto que se une a los ya existentes en el espacio para espiar la actividad del Sol.
El satélite Iris, que mide 7 metros de largo, permanecerá en órbita a 643 kilómetros sobre la Tierra, desplegará sus paneles solares y comenzará su misión de dos años después de un período de prueba.
Iris está equipada con un telescopio ultravioleta que puede tomar imágenes de alta resolución. Con este instrumento, obtendrá instantáneas cada pocos segundos, y proporcionará observaciones de hasta 240 kilómetros a través del Sol.
Su atención se centra en una región poco explorada del Sol que se encuentra entre la superficie y la corona, el anillo blanco brillante visible durante los eclipses.
«IRIS mostrará la atmósfera solar con más detalle de lo que nunca se ha observado antes», ha explicado el científico adjunto al proyecto, Adrian Daw, quien ha apuntado que está convencido de que esta misión les mostrará «algo que no se esperaba ver».