Supongo que el mayor (y mejor) exponente del cine social europeo sería Ken Loach, que nunca ha titubeado a la hora de denunciar fundadamente con sus sobrios trabajos los desmanes políticos que tantas injusticias provocan: Ladybird, Ladybird es una de las más descorazonadoras que he visto.
Otro título digno de mencionarse es Ni uno menos, de Zhang Yimou, que narra las tribulaciones que afronta una muchacha, encargada de dar clases en una escuela de pueblo en sustitución del profesor, que tiene el deber de encontrar a uno de sus jóvenes alumnos, que se marcha a la ciudad para ganar dinero.