:ejemje:
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:ejemje:
Conseguidísimo ese Yoda de papel, sí señor. :botando:
Una anécdota sobre esta saga
Al gran Billy Wilder le preguntaron por la saga de Star Wars :pensar2: y dijo:
Entretienen, pero tienen el rigor intelectual de una película de Lassie. :aarff:
:apunta: http://www.youtube.com/watch?v=e79PMcns2Yk :aplauso:
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:atento:
CONCIENCIA DE UNO MISMO.
Con el paso del tiempo, acabé haciéndome amigo de uno de sus alumnos (instituto Central Valley de California). Durante la enseñanza secundaria, no había mostrado un gran interés por los estudios... de hecho, casi siempre suspendía. (…) fue a la universidad local, descubrió una vocación que movilizó su talento creativo, la dirección cinematográfica.
Siguiendo esa llamada, se matriculó en una escuela de cine y grabó, a modo de proyecto de fin de carrera, una película que llamó la atención de un director de Hollywood, que le contrató como ayudante y le propuso que trabajase con él en un proyecto de bajo presupuesto. (…) de ahí tuvo un contrato de director para una pequeña película que el estudio casi destruye antes de su estreno pero que sorprendentemente resultó mucho mejor de lo que nadie esperaba.
Pero los cortes, supresiones y otros cambios arbitrarios realizados durante el montaje por la dirección del estudio fueron, para mi amigo -que valoraba mucho el control creativo de su obra-, una amarga lección. Por eso, cuando se dispuso a grabar otra película basada en un guión suyo y recibió la propuesta de un gran estudio de Hollywood (que por aquel entonces dictaba la pauta) de financiar el proyecto con la condición de poder cambiarlo antes del estreno, mi amigo acabó rechazando la oferta.
En lugar de “vender” su control creativo, mi amigo invirtió las ganancias de su primer proyecto en el segundo. Y, cuando estaba casi terminado se le acabó el dinero. Banco tras banco, le negaron un préstamo hasta que, al llamar a la puerta del décimo, obtuvo el crédito que acabó salvando el proyecto.
La película en cuestión se titulaba La guerra de las Galaxias (Star Wars).
[Daniel Goleman, Focus, Ed. Kairós pág.81-2]