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Fandi
08-Oct-2013, 11:55
Era de noche y hacía frío. El viento ululaba entre las copas de los árboles augurando lo que el cielo, ya entenebrecido por bastas nubes negras como el carbón, anunciaba como irremediable. Primero lloviznó, y el rumor de las gotas tropezando contra la maleza se convirtió en un eco agradable en la caminata; pero la tormenta no tardó en romper las nubes muertas; y el fango se acumulaba ya en las botas de los amigos haciendo del camino un angosto recorrido.
Los tres amigos, linterna en mano, marchaban en fila india, apartando con los machetes la maleza que estorbaba el paso ávido y ligero que necesita la expedición. Por vez primera tenían la oportunidad de estar cara a cara con aquello que tanto anhelaban presenciar. Ninguno dudaba de la autenticidad del fenómeno; pero querían verlo con sus propios ojos y sentir la emoción de encontrarse ante lo extraordinario; y qué mejor día que aquel, día en el que, desde el parque en penumbra, habían tenido la oportunidad de ver aquellas luminarias, de las que tanto habían escuchado hablar, aterrizar en mitad del bosque oscuro.
El rumor había revuelto las tripas de los vecinos de la pequeña aldea; así como su indignación. Varias voces conocidas atestiguaban la presencia de luminarias que cruzaban el cielo en el silencio más sepulcral que nadie hubiera atisbado jamás, pues ni los cánidos ladraban a su paso; y una especie de temor a sucumbir los encantos de la solitaria noche estrellada de las sierras del lugar se había apoderado de los vecinos de toda la comarca.
Corría la leyenda de que la noche cayó sobre un conocido aldeano, pastor de profesión, mientras guiaba a sus ovejas por el pastizal. La Luna llena se reflejaba sobre los lomos de las ovejas, que discurrían como un río de plata cuando, según las voces locales, algunos aldeanos vieron aterrizar a lo lejos una luminaria y, a los pocos minutos, un grito ahogado retumbó alertándoles. Cuando llegaron, el cadáver del viejo pastor yacía inerte sobre la hierba seca. Algunos cuentan que a la mañana siguiente se veían los cercos quemados del aterrizaje de las luminarias sobre los pastos y que el rostro del pastor tenía el aspecto rojizo de haber estado expuesto a una radiación potente. Sin embargo, el diagnóstico del fallecimiento no indicaba ninguna causa extraordinaria o, al menos, eso quisieron dar a entender; pero las historias corrían como la pólvora, y muchos creían que estaban siendo testigos de una auténtica conspiración por parte de las autoridades, que lejos de investigar, se preocupaban por encubrir los acontecimientos del modo, según muchos, más ruin que se podía esperar: negándolos.
Eran varias las denuncias que se habían interpuesto; pero a ninguna de ellas se les había dado crédito hasta el momento: imaginaciones colectivas, alucinaciones, globos sondas, satélites… Todas ellas se resolvían bajo el receloso yugo del racionalismo más cínico.
Pero, volviendo a nuestros tres amigos que se habían sumergido en el bosque tras el rastro de una de esas famosas luminarias…
Llevaban ya media hora de caminata y el cansancio comenzaba a hacer mella en ellos. A medida que se adentraban más y más en el bosque, la seguridad de la marcha comenzaba a vacilar frente a la inseguridad de encontrarse cara a cara con lo misterioso y lo insólito.
-¡Deberíamos volver!-gritó Antonio a la cola de la fila, haciéndose escuchar sobre el estruendo.
Tronaba y caían rayos que restallaban como látigos sobre el cielo acongojado.
-¡No pares!-le chilló Miguel sin aminorar la marcha- ¡Estamos cerca!
Pero los tres pararon en seco cuando el perro pastor alemán que les acompañaba y que correteaba por delante de la expedición desde que se internaron en el bosque, quedó quieto como una estatua.
-¡Será un jabalí!-exclamó Oscar, que encabezaba el grupo, girándose hacia sus compañeros.
El perro lloriqueó mientras retrocedía.
-¡Vamos, chucho, vamos!-le animó Oscar; pero el perro se dio media vuelta y se perdió entre varios matorrales.
Espantado al recordar las leyendas urbanas que había escuchado aquella misma tarde, y viendo la extraña reacción del perro, Antonio se acercó a Oscar y, sosteniéndole del hombro, le gritó:
-¡Vámonos, puede ser peligroso, nos hemos adentrado demasiado!
-¡Ahora quieres irte!-replicó el otro enfadado, y desenfundó la escopeta con decisión-¡Yo sigo!
Pero no tuvieron que continuar hacia ningún lugar, porque, en mitad del bosque entenebrecido, a tan solo unos metros de ellos, una luz verde salpicó el lugar de lúgubres sombras espectrales.
-¡Eh, vá-vámonos, por fa-favor!-suplicó Antonio a sus compañeros mientras la tensión del momento hacia palpitar su corazón hasta el punto de parecer estar a punto de estallar dentro de su pecho.
-¡Nosotros vamos a seguir!-le aseguró Oscar después de cruzar una mirada de complicidad con su amigo Miguel; y avanzaron hacia la luz.
Mientras, Antonio quedó inmóvil en mitad de su más temida pesadilla. Las sombras del bosque en penumbra parecían abrazarle y sus más altos sentidos percibían ruidos, siluetas y susurros que se deslizaban desde las copas de los árboles, como demonios que quisieran divertirse a su costa antes de devorarle y consumirle en las entrañas del fuego eterno. Tenía dificultades para respirar y el pulso se le elevó tanto, que tuvo que tumbarse para no desvanecer.
Al cabo de un rato consiguió calmar sus pensamientos y, aunque no desapareció el miedo, fue capaz de levantarse; y en un intento desesperado por salir de aquel lugar, corrió con todas sus fuerzas hacia la aldea, retornando sobre sus propios pasos, a la luz tenue de la linterna, acompañado de los entes que sobre las sombras proyectaba su propia imaginación.
Sus amigos, mientras tanto, habían reunido el valor suficiente para adentrarse unos metros más en el bosque y asomarse al claro de donde procedía aquella luz verde que tan poderosamente les había llamado a la curiosidad.
Lo que jamás esperaron presenciar fue aquella bestia enorme y peluda desentrañando un cervatillo. De espaldas a ellos, bajo la titilante luz fantasmagórica, el ser, en cuclillas, desmembró al animal y luego, tomando la cabeza entres sus garras, la alzó y bebió la sangre que brotaba a espuertas tiñendo su pelaje pardo al rojo fuego. Luego aplastó la cabeza entre sus garras y succionó el jugo que desprendía la masa encefálica machacada.
Aterrados por la escena, los amigos se dispusieron a correr; pero la bestia detectó el aroma a humano que tanto le gustaba y giró sobre sí; y, con una sonrisa despiadada, se arrojó sobre ellos. Oscar disparó varios cañonazos; pero de nada parecieron servir, pues sus alaridos de dolor auguraron su inminente muerte tras un zarpazo en la yugular.
Mientras destripaba vivo a su compañero, Miguel se arrastraba por el barro en un intento desesperado por escapar; pero un humanoide muy alto machacó su cabeza con el puño de su daga. Después le rebanó el cuello fríamente mientras el joven suplicaba clemencia.
Ahora vamos a volver con nuestro amigo Antonio, que avanzaba por mitad del bosque en un intento vano de llegar a la aldea.
Su linterna se apagó dejándole en la oscuridad absoluta. Perdido, aturdido y aterrado por los alaridos de sus compañeros, no pudo hacer más que esconderse bajo unos matorrales.
De nuevo se acercaron los demonios. Esta vez veía claramente dos lucecitas rojas que brillaban en la oscuridad, justo frente a él. Las luces se acercaban más y más. De pronto, de nuevo la luz verde espectral se dejó ver. Antonio consiguió percatarse de que era emitida por un humanoide alto, rubio y de ojos blanquecinos y fríos como el hielo. Este ser, suspendido a unos diez metros de altura, hacía todo tipo de gestos y movimientos con los brazos. La enorme bestia salió al claro, donde Antonio pudo verla imitando los gestos, a modo de marioneta, del humanoide que, desde las alturas, parecía controlarla.
La bestia se sentó y el humanoide descendió, situándose justo frente a Antonio, que dominado por el terror no quiso seguir mirando y metió la cabeza entre las piernas.
-¿Tienes miedo?-le preguntó con perversidad ya a su lado el extraño humanoide.
A medida que Antonio elevaba la mirada hacia el ser, descubría su atuendo. Vestía traje militar y, antes de llegar a ver su rostro, quedó perplejo al distinguir la cruz esvástica nazi en su brazalete. La carcajada malévola de aquel ser fue lo último que Antonio recordaría, ya que un golpe seco le dejó inconsciente.
Y ahora llega el triste final de este relato, en el que después de que pasaran varios días de lo acontecido, Antonio despertó en el hospital y le fue comunicado que sería detenido por asesinar a sus dos compañeros puesto que todas las pruebas indicaban, sin lugar a dudas, su autoría en los siniestros acontecimientos.
Cada noche, en aquella celda lúgubre de la cárcel donde Antonio fue encerrado, resonaban en su cabeza aquellas carcajadas que como despedida lanzó aquel ser infame; aquel ser que, dejándole en la más absoluta indefensión, se había divertido asesinando y dando de comer a su “mascota” aquella sombría noche de frío y tempestad, manipulando, en un ejercicio de mayor perversidad, las pruebas que destrozarían su vida privándole de libertad.

Fandi
12-Oct-2013, 13:33
Muy buenas compañeros y compañeras, no me he presentado antes porque es la primera vez que participo en un foro y no sabía muy bien cuál es su funcionamiento. Es fabuloso el trabajo que se hace en la revista y por eso me pareció buena idea enviar un relato. Aunque me gusta bastante la ciencia ficción y el terror, es el primer relato que escribo de este género. Me encantaría conocer vuestras opiniones y que lo votéis. Mi única pretensión es aprender y soy consciente de lo mucho que tengo que aprender. Por eso agradecería muchísimo cualquier tipo de impresión, sea mala, muy mala o incluso regular. Un cordial saludo a todos y a todas.

incursora
12-Oct-2013, 14:01
Hola, me ha sorprendido que el género de este relato no sea de ciencia ficción. Más bien es de terror porque logra esa atmósfera de suspense.

El relato está bien descrito, aunque el argumento con esa voz narrativa omnipresente que nos adelanta lo que va a suceder a modo de advertencias no lo comparto. Como lectora me gusta experimentar el argumento o la narración si bien con la menor cantidad de información posible a través de la voz narrativa y así sacar mis propias conclusiones. En este tipo de género que has elegido para transmitir la historia se hace necesaria esa atmósfera de suspense. Sin embargo, le quita emoción al climax cuando el narrador interviene con sus avisos de lo que va a ocurrir.
Por lo demás está bien.

En mi opinión no sé si este relato tiene cabida como género de terror en la revista. Será el administrador de la página el que dé su consentimiento a incluirla tras la votación. Insisto que no he percibido ningún aspecto que pueda sugerir o derivar en el género de la ciencia ficción ya que su definición es:
"género literario y cinematográfico en el que la ficción se basa en la evolución de la humanidad y, en particular, en las consecuencias de sus progresos científicos." Por lo tanto, es un relato de terror y de suspense.

Espero haberte ayudado.

¡Saludos!:gracias:

Fandi
12-Oct-2013, 14:59
Incursora muchísimas gracias por leer el relato y otras tantas por tu opinión. Tienes razón en que puede que pertenezca más al género de terror, pues he intentado en todo momento crear cierto suspense. De todas formas, sobre todo por lo que al final se descubre, pienso que es un relato que podría encontrarse entre ambos géneros.
La forma en la que el narrador ha intervenido en la historia ha sido una especie de invento y sí que puede que le haya restado cierta emoción.
Te agradezco muchísimo que me hayas dado tu opinión porque me ha sido muy útil y la tendré en cuenta para próximos relatos.
Un saludo muy grande.

José Luis
13-Oct-2013, 11:11
Uso mejorable de los signos de puntuación. Me parece llamativo (en este relato y en otros) el uso y el abuso que se hace del punto y coma. ¿Realmente sabemos cuándo utilizarlo? http://www.fundeu.es/recomendacion/punto-y-coma-uso-apropiado-1562/
Estéticamente, además, me resulta incómodo un texto plagado de punto y comas.

Otro elemento muy frecuente: las aliteraciones. La prosa, como la poesía, también tiene musicalidad. No respetarla, supone cargarse el “sonido” del texto. Ejemplo: “Por vez primera (COMA) tenían la oportunidad de estar cara a cara con aquello que tanto anhelaban presenciar. Ninguno dudaba de la autenticidad del fenómeno; pero querían verlo con sus propios ojos y sentir la emoción de encontrarse ante lo extraordinario; y qué mejor día que aquel, día en el que, desde el parque en penumbra, habían tenido la oportunidad de ver aquellas luminarias, de las que tanto habían escuchado hablar, aterrizar en mitad del bosque oscuro”.
Tres series de sonidos tal y como aparecen:
A) Tenían-día-día-habían-habían.
B) Oportunidad-autenticidad-oportunidad-mitad.
C) Aquello-que-querían-qué-que-aquel-que-parque-aquellas-que-bosque.
Eso no es “música”. Eso es pasar un palo por los barrotes de una cerca: pom-pom-pom… Siempre los mismo. Y en parte se debe, además, al hecho de que estiras la misma idea en un párrafo larguísimo. Sintetiza y presta atención al sonido de las palabras.

¿Cuántas veces se repite el sustantivo “luminaria”? No las he contado, pero son muchas. Demasiadas. Usa sinónimos.

Hay errores de concepto. Dos ejemplos: “el silencio más sepulcral que nadie hubiera atisbado jamás”. Según el diccionario RAE, atisbar es “mirar, observar con cuidado, recatadamente”. Por mucho que se “abran” las orejas, pocos sonidos se pueden atisbar. Y el silencio, ni te cuento.
“y una especie de temor a sucumbir (FALTA “A”) los encantos DE la solitaria noche estrellada DE las sierras DEL lugar se había apoderado DE los vecinos DE toda la comarca”. Lo lógico es temer los peligros de la noche, no sus encantos.

“el cadáver del viejo pastor yacía inerte”. Según el diccionario RAE, algo inerte es algo, básicamente, sin movimiento o sin vida. Decir cualquiera de las dos cosas de un cadáver es una redundancia. Salvo en la película Este muerto está muy vivo.

Entiendo que la imaginación es libre y cada uno desarrolla su relato como mejor le parece. Faltaría más. Pero inventemos lo que inventemos, resulta imprescindible crear y mantener una coherencia y una verosimilitud mínimas que nos permitan “creernos” la historia. Y en Noche de tinieblas hay elementos que “chirrían”:
“se veían los cercos quemados del aterrizaje de las luminarias sobre los pastos y que el rostro del pastor tenía el aspecto rojizo de haber estado expuesto a una radiación potente”. Si el “aterrizaje de las luminarias” quema los pastos, no resulta creíble que “una radiación potente” sólo enrojezca el rostro del pastor.
“Tenía dificultades para respirar y el pulso se le elevó tanto, que tuvo que tumbarse para no desvanecer”. ¿En plena tormenta de cielo “acongojado” se tumba en el suelo, puro lodazal, para no desmayarse?
¿”un humanoide alto, rubio y de ojos blanquecinos y fríos como el hielo (…) suspendido a unos diez metros de altura” manipula, literalmente como una marioneta, a una bestia sanguinaria? ¿Un humanoide que, además, viste atuendo militar con una “cruz esvástica nazi en su brazalete”?

“volviendo a nuestros tres amigos”, “Ahora vamos a volver con nuestro amigo Antonio”, “Y ahora llega el triste final”. Estas coletillas sobran. Me recuerdan las indicaciones de un guía turístico a su grupo. Y el escritor debe dirigir a su grupo (de lectores) no con indicaciones propias del primero, sino con el discurrir de la acción.

“Todas ellas se resolvían bajo el receloso yugo del racionalismo más cínico”. ¿Por qué recelan los cínicos? ¿No deberían recelar quienes sufren el cinismo?

“el cielo acongojado”. Entiendo lo que quieres decir, pero la metáfora me resulta artificial. No “veo” el estado emocional que implica la congoja aplicado al cielo.

“hacia (FALTA ACENTO) palpitar su corazón hasta el punto de parecer estar a punto de estallar dentro de su pecho”. El “dentro de su pecho” es una obviedad. Sobra.

“Antonio quedó inmóvil en mitad de su más temida pesadilla. Las sombras del bosque en penumbra parecían abrazarle y sus más altos sentidos percibían ruidos, siluetas y susurros” ¿Tenemos sentidos altos y, por comparación, otros bajos? Imagino que te referirás, más bien, al instinto.

“les había llamado a la curiosidad”. Mejor “les había llamado la atención”. La curiosidad se despierta, se provoca, se excita.

“la sangre que brotaba a espuertas”. Suena a festín zombi.

“machacó su cabeza con el puño de su daga. Después le rebanó el cuello fríamente mientras el joven suplicaba clemencia”. Si te machacan la cabeza y luego te rebanan el cuello (¡¿para qué?!) dejas de estar en condiciones de
suplicar nada.

“Antonio, que dominado por el terror no quiso seguir mirando y metió la cabeza entre las piernas”. ¿Era contorsionista? ¿No era suficiente taparse la cara o cerrar los ojos?

Dar “de comer” es “alimentar”.

“sombría noche de frío y tempESTAD, manipulando, en un ejercicio de mayor perversIDAD, las pruebas que destrozarían su vida privándole de libERTAD”.

El final resulta absolutamente increíble. No por extraordinario, sino por carecer de toda credibilidad. ¿El nazi levitante y su “mascota” “escabechan” a los amigos, pero a Antonio, “en un ejercicio de mayor perversIDAD”, le destrozan la “vida privándole de libERTAD” mediante manipulación de pruebas?

:saludo:

Fandi
13-Oct-2013, 17:29
José Luis, muchísimas gracias por el comentario. Estoy de acuerdo contigo en casi todo. Este relato, con todas sus deficiencias, nace, crece, se reproduce y muere en menos de una hora. A veces, cuando escribo, me gusta hacer volar la imaginación, sin detenerme en aspectos formales (por lo que pido disculpas. En el próximo me preocuparé de revisar el texto y darle mayor credibilidad).
Para el siguiente tendré muy en cuenta tu comentario. Me has hecho reflexionar sobre algunos aspectos que me serán de mucha utilidad. Muchas gracias. Un saludo.

Admin
15-Oct-2013, 15:53
:hola:Hola fandi, bienvenido al foro.

Diría que estamos ante un relato del tipo "avistamientos ovnis", mezclado con terror. Pero despista que el "humanoide" lleve el signo nazi, con lo cuál no acaba de quedar claro si estamos hablando de seres de otro planeta extrañamente familiares, humanos transmutados, o lo que sea.
Esa voz narrativa a mi tampoco me convence; mejor sería obviarla y dar paso directamente al transcurso de los acontecimientos.
Hay algunas construcciones que me han gusato, como por ejemplo; :apunta:

De espaldas a ellos, bajo la titilante luz fantasmagórica, el ser, en cuclillas, desmembró al animal y luego, tomando la cabeza entres sus garras, la alzó y bebió la sangre que brotaba a espuertas tiñendo su pelaje pardo al rojo fuego.Pero en su conjunto lo veo un poco indeterminado, y no acaba de quedarme claro de qué estamos hablando, ni las motivaciones del "asesino". :pensar:
:saludo:

Fandi
17-Oct-2013, 12:48
Muchas gracias Borg por leer el relato y darme tu opinión.
Cuanto se tienen que dar explicaciones de lo que uno ha hecho, habitualmente es porque no está bien hecho. Sucede como cuando tienes que explicar un chiste después de contarlo, que pierde toda la gracia. Habitualmente es porque se ha contado mal. Este es el caso del relato "Noche de Tinieblas".
Hay una leyenda urbana, muy de ciencia ficción, que dice que los nazis, con todo su desarrollo tecnológico, consiguieron vivir aislados al margen de la sociedad. Puede, según creen algunos, que incluso bajo el mar. Sí, como Bob Esponja, vamos. Me he basado en esta leyenda urbana para dar a entender que quizás esas luminarias que parecen avistarse tan a menudo y que al parecer nadie sabe explicar, quizás no sean de origen extraterrestre, sino terrestre, procedente de una civilización que se ha desarrollado al margen, como sucede con la nazi según dicha leyenda urbana. ¿Ciencia ficción? ¿fantasía? ¿terror? ¿Paranoia? Ha sido todo un poco. Desde luego el relato parte de una leyenda urbana que es demasiado inverosímil para mi; pero bueno, ya digo que cuando uno deja volar la imaginación, a veces puede verse inmerso en lugares un tanto extraños.
Las motivaciones del humanoide nazi es dar de comer a su "mascota" y divertirse. Al encontrarse con estos tres intrépidos amigos la diversión se multiplica.
Tienes razón, la voz narrativa a mi tampoco me convence. El próximo lo haré de otra forma.
Me alegra que te hayan gustado algunas construcciones.
La próxima vez, tal y como me recomendó José Luis, sintetizaré más porque es verdad que las frases tan largas pueden resultar muy pesadas de leer.
Lo dicho, muchas gracias por leer el relato y dar tu opinión. Me son muy útiles para seguir aprendiendo.
Un saludo.

by PacoMan
17-Oct-2013, 15:02
Poco puedo añadir, a lo ya dicho.
No es ciencia ficción. Tampoco sé lo que es.
El primer párrafo es ilegible... hay un exceso de adjetivos y frases "barrocas" por no decir Rococó.
Afortunadamente aligeras el estilo en el resto del texto... pero de vez en cuando el florido adjetivo vuelve a asomar.
Es un cuento de sorpresa final.... mala cosa que tenga un narrador en off... que "pega" más en cine noir... pero en horror-weird-ovnis, vaya del genero SUSTO, no.
La acción se vuelve eterna mientras se acercan a las luces... bien descrita, pero no aparta nada, sobra la mitad o más. Dar ambiente se consigue con menos texto (ojala yo supiera hacerlo, pero lo que saben lo consiguen).
Hay una escena que me chirría. El perro se para y todos se paran (bien). Sin que todavía sepan que ha pasado, el que va primero se gira y habla.... no es creíble, nadie en esa circunstancia giraría la cabeza, quemaría los ojos buscando "delante" por donde el perro se paró.
No me gusta el horror, ni el terror, por lo que voy a contar ahora vale poco. Un nazi con una mascota bizarra no aterra...
No es Ci Fi porque no explicas que son las luces verdes, ni que le pasó al pastor

Ánimo. Escribes bien, cuando te olvidas de gustarte

by PacoMan

Blasero1
18-Oct-2013, 02:16
Está bien escrito y la historia me gusta. Ganaría más sin el narrador. Me parece buen relato e interesante final.

Nieves Delgado
18-Oct-2013, 05:35
A mí sí me parece que puede encajar en el género de la ciencia ficción, bien podría ser una ucronía en la que los nazis se mantuvieron como sociedad secreta (o incluso sin ser ucronía) con actividades oscuras. No obstante, me parece un relato bastante flojo; no ha conseguido generarme la tensión que debería, y coincido con mis compañeros en lo innecesario del narrador omnisciente. No por el hecho de que lo sea, sino por cómo relata la historia; date cuenta que cuando dice cosas como "volvamos con nuestros tres amigos", lo que está haciendo es sacar al lector de la narración, le está recordando que todo es una historia que él está contando. Sinceramente, creo que ese es el punto débil del relato.

En el plano formal, el texto necesita una revisión ortogramatical y tal vez debería ser aligerado un poco de adjetivos. Pero he de decir que para ser el primer texto que escribes no está nada, pero que nada mal. No lo dejes, creo que hay talento por ahí escondido, solo hay que ir puliendo para dejarlo salir.

Fandi
18-Oct-2013, 10:45
Muchas gracias a todos y a todas por vuestras opiniones, me son muy útiles.
Gracias por los ánimos. En el próximo no habrá duda sobre el género, utilizaré un lenguaje mucho más concreto y directo (sin tantos adjetivos que dificulten la lectura y el curso de la acción), tendré más cuidado con los signos de puntuación, utilizaré un tipo de narrador más idóneo para sumergiros en la historia e intentaré que tanto la sucesión de acontecimientos como las reacciones de los personajes sea verosímil.
Prometo, además de dar rienda suelta a la imaginación, trabajar el texto posteriormente y pulirlo hasta que sea un relato que me convenza.