"Black Mirror" ha sido una revelación. Esta serie británica producida por Charlie Brooker, ha sido un éxito rotundo con su primera temporada, que solo se componía de 3 capítulos. En ella, se explora los efectos que tiene internet y las redes sociales en la sociedad actual de una manera brutal. Todo es presentado a modo de ciencia ficción en un futuro próximo, pero la crítica no puede ser más actual.
La serie se describe como un híbrido de The Twilight Zone y Tales of the Unexpected, que se nutre de nuestro malestar contemporáneo sobre nuestro mundo moderno, con historias que tienen un sentimiento de tecno-paranoia.
En el primer capítulo de la primera temporada se explora hasta qué punto la sociedad actual se dejarían llevar por el morbo de un suceso. Algo tan grave como un secuestro es convertido en un circo gracias a YouTube y la masa de gente que no para de comentarlo en internet. El único objetivo del secuestrador en ese caso era demostrar que la gente haría cualquier cosa por conocer este tipo de sucesos, que se vuelven "virales" sin pararse a pensar en la moral de la persona que lo lleva a cabo ni en la suya propia, que lo consume presa de la excitación. En los siguientes capítulos explora el papel de la tecnología en las vidas de las personas y cómo poco a poco se apoderan de nuestras vidas.
Avalada por pública y crítica, Black Mirror regresa a España de la mano del canal privado español TNT con su segunda temporada, que continúa con el formato de la primera entrega: tres capítulos independientes, que sorprenderán a sus espectadores. Se televisó el primer episodio este 4 de Marzo, y cada capítulo cuenta una historia diferente y es interpretada por distintos actores; el único denominador común es la fuerte crítica social en cada uno de sus capítulos.
La segunda temporada plantea si la tecnología podría ayudar a superar la pérdida de un ser querido, criticará de nuevo la moral de una sociedad enganchada a los reality shows, como Gran Hermano, y también a los políticos que la gobiernan.
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