Películas de ciencia ficción ambientadas en el 2019

Películas de ciencia ficción ambientadas en el 2019

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Hoy vamos a ver 3 películas estrenadas en el pasado, cuya historia se sitúa en nuestro año (el 2019). Estamos hablando de ficción y no necesariamente lo que estos cineastas hicieron en su momento pretendía ser una rigurosa ambientación tipo documental verídico de lo que pensaban que sucedería en 2019, pero para hacer el vídeo entretenido vamos a establecer comparaciones para ver qué tan cerca o lejos estaban sus futuros de la realidad que vivimos.

AVISO: Este video-artículo contiene spoilers. Si voy a decir lo que trataban y argumentaban estas películas comparado con nuestra situación actual, es inevitable decir muchas cosas importantes de sus tramas.

Blade Runner (1982)
Aunque los primeros sistemas de reconocimiento de voz empezaron en la década de 1940, el hecho de que una inteligencia artificial reconociese cualquier lenguaje hablado por un humano era algo todavía novedoso el 1982. Ahora tenemos un montón de asistentes como Siri, Alexa, Cortana, etc, y algunos de estos asistentes de voz también pueden regular la domótica de nuestros hogares.
A este respecto, Deckard nos muestra cómo al entrar en estancias de su apartamento se encienden las lámparas automáticamente. Esto ya es posible gracias a ciertos detectores. Actualmente, la domótica abarca incluso muchísimo más que lo presentado en la película y hay verdaderas casas inteligentes que hacen de todo a través de la voz o hasta el pensamiento.
Un elemento que en su momento también impactó mucho son las vistosas pantallas animadas de publicidad. Hoy en día tenemos cosas parecidas tipo LED o hasta artimañas más complejas como podéis ver en el siguiente vídeo.

Un mundo superpoblado y contaminado, la manipulación genética y el diseño de órganos, etc, son aspectos en los que también acertó apreciablemente.
Lo que no ha sucedido es el tema de los coches voladores, una obsesión de la época que se remonta a años atrás y que vaticinaba que en el año 2000 los autos surcarían los cielos de las ciudades. Ciertamente existen, pero son prototipos que parecen más bien minihelicópteros o drones, y por supuesto, no se han comercializado masivamente.
En cuanto al tema de implantar recuerdos algo se ha hecho, pero de forma rudimentaria y ni mucho menos con la precisión y detalle que nos muestra la película.
También ese aparato que le permitía a Deckard navegar dentro de una fotografía sigue siendo ciencia ficción, pese a que se ha avanzado mucho en el reconocimiento, extrapolación y restauración de imágenes.
En cuanto a los fascinantes replicantes, algo parecido está todavía lejos de hacerse realidad. De hecho parece que vamos más hacia androides sintéticos que a crear seres orgánicos como nosotros (supongo, que por las cuestiones morales que esto implica). Esa serpiente artificial que vimos en la película, por ejemplo, también queda hoy por hoy fuera de nuestro alcance.
En la película muchas razas de animales han dejado de ser comunes o se han extinguido. Esto también en un acierto porque nos estamos cargando muchas especies, sin embargo, no han sido sustituidos por animales artificiales de compañía de apariencia totalmente convincente como sí sucede en la cinta.

Akira (1988)
Neo-Tokio es la reconstrucción de la capital japonesa tras una Tercera Guerra Mundial que no ha sucedido (de momento, y esperemos que no ocurra).
Aunque los hechos tienen lugar en el año 2019, se toca el tema de que allí se celebrarán los Juegos Olímpicos de Neo-Tokyo de 2020 (hablo de la película, no del manga pues la fecha es posterior).
El caso es que efectivamente, en realidad se celebrarán los juegos olímpicos en Tokio el 2020 (cuanto menos, es curioso).
El mundo distópico que presenta Akira con la tecnología desbordada y la energía nuclear haciendo estragos, bebe de la situación de Japón en aquella época. Quizá en nuestros tiempos la amenaza nuclear no parece tan inminente, pero continua planeando sobre nuestras cabezas y no ha ni mucho menos desaparecido: en manos de nueve países hay más de más de 14.400 armas nucleares contabilizadas (suficiente para acabar con nuestra civilización, tal y como la conocemos).
Con los desastres nucleares de Hiroshima y Nagasaki todavía presentes, Akira se vertebraba como una ficción ambiciosa que satirizaba y criticaba una sociedad enferma.
Los alzamientos civiles y las manifestaciones violentas, las crisis política y los tejemanejes de los poderosos para controlarnos sin contemplaciones , etc, son aspectos que confluían de forma perturbadora y actual, a la par que una manipulación e ingeniería genética descontrolada en pos del arma definitiva.
Sus jóvenes protagonistas marginados en un ambiente marcado por el cambio social y el uso de la tecnología también representan en cierto modo el desapego de la juventud de hoy hacia el orden establecido y la pérdida de esperanza para un futuro digno.
Podemos decir sin temor a equivocarnos que Akira es una película notablemente visionaria que presenta unos sucesos que de alguna manera, son reconocibles en nuestra sociedad (pero que por suerte, no han llegado a los límites retratados por el largometraje en nuestros días).

La Isla (2005)
En el aspecto tecnológico lo que nos presenta La Isla para el 2019 es más o menos encajable (a excepción de algunos casos concretos como por ejemplo, esa moto voladora de la persecución).
La cinta centra su trama en una especie lugar aparentemente idílico donde unos internos se encuentran estrictamente controlados. La única opción es ser seleccionado para viajar a La Isla, el único lugar del mundo en el que no se han dado los efectos contaminantes de un supuesto desastre ecológico.
En realidad todo es un engaño, porque ellos son meros clones en una granja humana y cuando ganan el ansiado premio los matan para extraerles órganos bajo demanda.
Dicho así parece que ese futuro es un despropósito y tal y como está planteado, pero investigando un poco te das cuenta de que en cierto modo algo parecido sucede en la actualidad.
Se sabe por ejemplo, que China ejecuta a miles de presos para comerciar con sus órganos.
Por ello, este país recibe a ciudadanos de otros países del mundo que llegan con la esperanza de obtener el trasplante que tanto necesitan: es lo que se conoce como el “turismo de órganos”.
En muchos de los casos, extraen los órganos de las víctimas cuando aún están vivas.
Actualmente, en los centros de trasplante de toda China, los órganos de los prisioneros se sustraen rutinariamente mientras el corazón de la víctima sigue latiendo y es trasplantado de inmediato. A cada uno de los afectados le pueden extraer incluso tres órganos de manera simultánea. En ningún caso el donante sobrevive a la operación. Posteriormente, se comercia con los órganos extraídos ilícitamente a través del mercado negro.
Me imagino a los lectores más "bestias" razonando que como son reos se lo merecen. Pero en realidad tanto personas adultas como niños inocentes corren el riesgo de ser apresados sin razón para extraerles los órganos. Por ejemplo: Los llamados Falun Gong, una disciplina espiritual minoritaria en China, son los más perseguidos porque no beben ni fuman.

¿Con cuál futuro os quedáis? ¿Con alguno de los citados o con el que tenemos?

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