Todo lo que necesitas saber sobre la Teletransportación

Todo lo que necesitas saber sobre la Teletransportación

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La palabra «teletransporte» fue utilizada por el filósofo Derek Parfit (un reduccionista que pensaba que las personas son simplemente los componentes que las forman), como parte de un ejercicio mental de identidad, pero la sociedad en general no adoptó la idea de la teletransportación hasta que se hizo popular en la década de los sesenta debido a la famosa serie de televisión Star Trek.
El característico teletransporte que vemos en la serie, estuvo condicionado por del bajo presupuesto de la serie (pues con un pequeño efecto de luces y edición de fotogramas, ahorraban un considerable costo en efectos especiales; y además, podían llevar a los personajes a cualquier parte).
Una forma de tomar tierra en un planeta desconocido y ahorrarse los problemas de la reentrada de una nave en la atmósfera, por ejemplo, era que un pequeño aparato del tamaño de un teléfono móvil, permitiese a los protagonistas aparecer en un instante en otro sitio.

El teletransporte, por tanto, es la capacidad de transportarse a distancia y de forma instantánea (bien mediante el poder sobrenatural de alguno de los personajes, o en la ciencia ficción, mediante algún tipo de artefacto tecnológico).
En este vídeo solo nos vamos a centrar en la segunda opción: El teletransporte de carácter tecnológico.

Éste generalmente se basa en codificar información acerca de un objeto, transmitir la información a otro lugar, y crear una copia del original en el punto de destino.
Pero... ¿qué es exactamente lo que se transporta? ¿Y en qué condiciones?
Empecemos por lo obvio: ¿Mueren los personajes de Star Trek, cada vez que se teletransportan?
Parfit opinaba que la continuidad física no es tan importante como creemos.

Veamos el siguiente ejemplo:
Supongamos que quieres probar una nueva máquina de teletransporte, que te llevará a Marte. Movido por la impulsividad, no dejas que los científicos te expliquen cómo funciona el aparato: entras en la cabina, y aprietas el botón para ponerla en marcha.
El experimento funciona a las mil maravillas, y apareces en una base de Marte. ¡Estupendo! Todo ha salido bien... Y tu sensación es que eres exactamente la misma persona.
Pero luego, las cosas se tuercen un poco...
Te cuentan cómo ha funcionado semejante medio de transporte: la máquina ha escaneado la información de todas tus células y las ha destruido, para luego volver a reconstruirlas en una segunda cabina en Marte. Es decir, te han desintegrado completamente, y luego has sido reemplazado por un clon. Pero no es un clon cualquiera: sigues conservando todos tus recuerdos e incluso, tienes el mismo corte en la mejilla que te hiciste al afeitarte esa mañana.
Pero... no deja de resultar algo inquietante, porque ¿Sigues siendo tú, o eres una vulgar copia del original?

Como os decía antes, Parfit opinaba que la continuidad física no es tan importante como creemos. Así que si tú, con la misma conciencia, a todos los efectos pudieses seguir con tu vida original sin que te supusiera el más mínimo problema y sin que nadie pudiera diferenciarlo, a efectos prácticos seguirías siendo tú mismo.

Muy bien, pero supongamos que la situación se complica todavía más:
Reciben una señal en la base marciana desde la Tierra, de que algo ha salido mal...
¿Cómo puede ser? ¡Tú estáis bien! No has notado ningún cambio en tu persona.

Comunican que el proceso ha sido incompleto, porque por algún motivo, el original no ha sido destruido. En ese momento, por definición, esto te convierte en un clon.

Véase el quid de la cuestión de todo esto: Si la máquina destruye el objeto de teletransporte se considera un éxito de la ciencia, pero si no eres destruido en el proceso, estamos ante una máquina de hacer clones...

¿Lo complicamos todavía más?
Resulta que un error severo en la estación marciana, indica una autodestrucción de la base en pocos minutos.
La base está desmoronándose, y todos vais a morir. Tu única posibilidad de salvación, es usar esa máquina de teletransporte que no elimina el cuerpo emisor.
¿Merece la pena usarla? ¿No vas a morir de todas formas en la base? ¿Tiene que suponerte un consuelo pensar que otro doble tuyo aparecerá al otro lado junto a tu primer yo?

Visto así, ¿Qué haría exactamente una máquina de teletransporte? Parece ser que copias. Clones. Y va eliminando el objeto de copia en cada proceso.
¿La persona reproducida es la misma que la desintegrada? ¿O quizá hemos matado a una y generado otra completamente nueva, que no es la misma que la anterior a pesar de parecerse sobremanera?

Daniel Dennett se pregunta si la identidad de algo puede teletransportarse indefinidamente, sin pérdida alguna durante el proceso.
Por ejemplo, si copiamos una película en una memoria USB y borramos la original, sigue siendo la misma película. ¿Pasa lo mismo con las personas, o somos algo más que mera información?

Es decir: Además de la continuidad psicológica que hablaba Parfit... ¿Es necesario que haya algún tipo de continuidad física?

El teletransporte consiste en desmaterializar un objeto en un punto, y enviar los detalles atómicos de ese objeto a otro sitio (donde tendrá que ser reconstruido de nuevo).
Si nos ponemos a pensar al detalle sobre todo lo que esto implica, llegamos a la conclusión de que el cuerpo de una persona está compuesto por billones de billones de átomos. Y por cada uno de ellos, se debe de reproducir con absoluta exactitud su posición, el espín de cada electrón, cada una de las estructuras moleculares, y además, las formas en que todo esto interacciona entre si, como se está moviendo, como está vibrando, todas las velocidades exactas... y muchas cosas más. Parece... francamente difícil.

Pero no sólo el número de partículas es un inconveniente, además de eso, si hablamos de una persona, la teletransportación de todas esas partículas debería ser instantánea. Si no, imaginad que primero medimos y desarmamos un brazo, poco a poco…¡seguro que eso duele mucho!

Actualmente, existen los que piensan que el ser humano es mera información (y que se teletransporta la misma persona, toda su información), y quienes opinan que el ser humano es algo más que información (también cierta disposición de la materia). Por supuesto, también hay quienes dotan al ser humano de una alma (y para los que el teletransporte significa la muerte de la identidad humana).

Bien. Sea como sea, a principios de los años noventa, la idea del teletransporte salió del mundo de la ciencia ficción para entrar a formar parte del mundo ordinario como una posibilidad teórica real.
¿Cómo está el tema de la teletransportación, en la a actualidad? ¿Ya existe? ¿Y a qué escala?
Por el momento, la única teletransportación que se ha conseguido, es a escala cuántica. La ciencia aún no ha encontrado la manera de teletransportar objetos (y ni mucho menos, seres vivos).
La teleportación cuántica, no desplaza materia o energía en el sentido en que lo vemos en la ciencia ficción. Lo que hace, es aprovechar un fenómeno conocido como entrelazamiento cuántico.
Esto significa que al cambiar el estado de una partícula que está entrelazada con otra, automáticamente cambia el estado de la otra (sea cual sea la distancia que las separe, y de forma instantánea).

Lo que el entrelazamiento cuántico implica, es que el estado de tales partículas es inseparable, y que si algo afecta a uno de los estados, el otro cambiará en consecuencia.
Lo que hacemos realmente es cambiar el estado de la partícula inicial, y debido al entrelazamiento cuántico de esas partículas, automáticamente la partícula de destino adquiere las características de la inicial.
Por tanto, en realidad lo que hacemos no es teletransportar verdaderamente una partícula material, sino imprimir su información cuántica en una partícula análoga entrelazada.

El año pasado un equipo de investigadores chinos logró la primera teleportación de una partícula a un satélite en órbita. El equipo chino logró un entrelazamiento de fotones entre dos entre dos staciones de recepción, separadas 1.200 kilómetros entre sí. Teletransportar la información cuántica de un fotón hasta un satélite no es tan llamativo como el sistema de teletransporte de las naves de la federación en Star Trek, pero es un hito considerable.
Los resultados del experimento, sientan las bases para el desarrollo de sistemas de comunicaciones espaciales a larga distancia mediante entrelazamiento cuántico de partículas. En otras palabras, abre por ejemplo las puertas a un equivalente a Internet en el espacio.

¿Usarías una máquina teletransporte?
¿Lograremos teletransportar alguna vez un humano?
¿Es una copia o el mismo sujeto, quien se ha teletransportado?

Fuentes:

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