SEXO con ROBOTS y robots sexuales - SEXBOTS

SEXO con ROBOTS y robots sexuales - SEXBOTS

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La atractiva Rachel de «Blade Runner» o la sensual Inteligencia artificial de «Her» podrían ser realidad en un futuro próximo. Hablemos un poco de ello.

La industria de la tecnología sexual tiene un valor estimado de más de 30.000 millones de dólares, y lejos de ser cosa de la ciencia ficción, ya existen grandes compañías que venden dispositivos con formas humanas creados para la gratificación sexual por precios que oscilan entre los 5.000 y los 15.000 dólares.
Dentro de veinte años, este mercado se presume tres veces mayor de lo que es en la actualidad y podrá multiplicarse por siete de cara a 2050.

Según Neil McArthur, profesor universitario canadiense con libros dedicados sobre la materia: “Estamos a punto de asistir al crecimiento de los digisexuales: personas que tienen relaciones sexuales casi únicamente con máquinas".

Es probable que sintamos emociones encontradas al visualizar la ardiente escena erótica entre Theodor y la IA Samantha de la película Her: un filme que nos muestra, con grandes dosis de emoción, la relación amorosa entre una persona y un sistema operativo. Con un lenguaje muy íntimo y sensual, Theodor y Samantha se dicen cosas como: “Quiero tocarte la cara, los pechos, la punta de tus dedos”, “¿Vas a besarme?”, o “Puedo saborearte” y, por momentos, nos cuesta olvidar que Samantha es una máquina muy avanzada y pero no humana.

¿Esta situación te causó rechazo? En el contexto de la película quizá no, pero reconozcamos que todavía no hemos llegado a tal grado de evolución tecnológica.

Para sus defensores, el sexo cibernético actual conseguirá limitar los delitos sexuales, especialmente las violaciones y los abusos de menores. Los detractores, sin embargo, argumentan que los sexbots pueden promover y generalizar la idea de que también las mujeres vivas son «objetos sexuales que deberían estar siempre disponibles».

En todo caso, la profesión médica debe estar preparada para las inevitables preguntas sobre el impacto de los robot sexuales en la salud.
Así, si bien es cierto que la tecnología puede ayudar a aliviar las frustraciones sexuales de individuos aislados, también lo es que podría llevar a esos mismos individuos «a aislarse aún más por la ilusión de tener una satisfacción sustitutiva»

"Mark 1" es un robot con un gran parecido a la actriz Scarlett Johansson. Normalmente la gente lo considera un robot sexual, pero según su creador Ricky Ma Tsz Hang, esto dista mucho de ser verdad. En realidad, esta clase de robots tienen como objetivo ayudar en tareas de muchos tipos, desde prepararle el almuerzo a un niño hasta hacerle compañía a una persona mayor.

Pero parece que la moda que nos viene es, precisamente, robots idénticos a tu celebrity favorita para satisfacer tus húmedas fantasías.
Y no solo eso, poder tener sexo con un ex será una realidad que no tardará en llegar a nuestras vidas. Escoger el físico de nuestro sexbot y personalizar aspectos como su grado de timidez, simpatía o apetito sexual, podrán recrearse para que se parezcan a quien deseemos.

Es improbable que un robot pueda cubrir las demandas afectivas y sexuales tan propias de las personas a corto plazo, pero en 2045 uno de cada cinco jóvenes tendrá sexo con un robot de forma habitual, según dicen los estudios.

Científicos como el Dr. Ian Pearson van incluso más allá y aseguran que, para entonces, serán más frecuentes las relaciones sexuales entre humano y androide que entre personas biológicas.

No obstante -y seamos realistas-, los robots sexuales de la actualidad son todavía bastante primitivos y obviamente carecen de conciencia. Quizá por eso la mayoría ve con mejores ojos a las personas que acuden a un burdel de robots sexuales en comparación con las que asisten a un burdel con profesionales.
De hecho, hasta muchas personas consideran que no cuenta como infidelidad tener sexo con un robot.

Sea como sea, los robots sexuales ya están aquí y han venido parta quedarse, por lo que debe haber leyes que los regulen.
A diferencia de los juguetes y de las muñecas sexuales, que por lo general se venden en tiendas discretas y se esconden en armarios, los sexbots con inteligencia artificial pueden llegar a extenderse masivamente.
Hasta tal punto, que un estudio de 2017 indicaba que casi la mitad de los estadounidenses piensan que tener sexo con robots se convertirá en una práctica habitual dentro de 50 años.

Los robots sexuales quizás se vuelvan sensibles algún día, pero por ahora son solo productos.
Hoy por hoy, no existe una definición universalmente aceptada para "robot sexual". Esto podría parecer poco importante, pero se trata de un problema grave a la hora de crear normativas para su regulación.
Los legisladores necesitarán de más investigaciones para explorar este tema de forma urgente. En caso contrario, podríamos ver cómo los políticos toman medidas apresuradas basadas en suposiciones y miedo de la voluble masa.

Hubo un tiempo, no hace tanto, en el que las personas que se sentían atraídas hacia personas de su mismo sexo se avergonzaban a la hora de hacerlo público.
Ahora, puede que llegue un día no muy lejano donde los humanos que se sientan atraídos por robots no tengan reparos en anunciar su relación con una máquina.
Solo el tiempo lo dirá.

Y tú, ¿tendrías sexo con un robot si te atrajese lo suficiente? ¿O nunca de los jamases?
Puedes dar tu opinión en la caja de comentarios.


Fuentes:

Opiniones de los usuarios

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muñecas de plástico

Mi opinión la dejo bien clara en mi novela corta "muñecas de plástico".
Respondo a la pregunta del documental: yo sí tendría relaciones con un sexbot, si es ginoide y es lo bastante inteligente. No me refiero a una muñeca inflable, sino a un ser inteligente con forma de mujer.

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