El sexo con robots será cotidiano en 2050; incluso más común que el sexo entre humanos, según dicen. La curiosa predicción la hace el futurólogo y matemático británico Ian Pearson, fundador de la firma Futurizon, que tiene un 85% de exactitud en sus predicciones. Un escenario parecido predice también David Levy, el experto en inteligencia artificial y autor de “Amor y sexo con robots”, que asegura que, en pocos años, veremos evolucionar las versiones que ya existen en robots sofisticados que serán de uso común.
En china actualmente muchos hombres están reemplazando las mujeres de carne y hueso, por muñecas realistas que cuestan miles de dólares. Y no las adquieren solo los hombres solteros, esposas están comprando estas muñecas a sus maridos, con el propósito de que las usen para evitar así infidelidades.
La realidad es que se están labrando los cimientos para que el sexo con robots, acabe convirtiéndose en algo habitual. Han aparecido últimamente series donde la interacción física hombre-máquina, es algo bastante habitual. En Ex Machina, una robot seducía a un humano para poder escapar. Y en Her, el protagonista se enamoraba del sistema operativo de su teléfono.
En 2030, el sexo virtual en 3D será tan común como lo es hoy día el porno online. Y pocos años después, la mayoría tendremos juguetes sexuales para interactuar con la realidad virtual. El paso siguiente, será contar con sofisticados robots sexuales que se generalizarán cuando los precios estén al alcance de cualquiera.
David Levy, vaticina que el sexo con robots será en el fondo una cosa positiva para millones de humanos que no tienen relaciones satisfactorias. Los robots sexuales, asegura, pueden ser "una bendición" que podría ayudar a aliviar problemas desde la soledad a la pedofilia.
Pero para la antropóloga Kathleen Richardson, estamos, sin embargo, en los albores de una terrible pesadilla. Ella argumenta que las relaciones de prostitución con máquinas, no son ni éticas ni seguras. Según dice: “El desarrollo de robots sexuales, reforzará aún más las relaciones de poder que no reconocen a ambas partes como sujetos humanos".
Sus detractores no se quedan mudos, y declaran que la gente puede encontrar la felicidad y sentirse llena, de formas alternativas a la interacción humana (y que se trata de meros juguetes sexuales).
Pero para Kathleen, el aspecto humanoide de estos robots, sus funciones, y la relación con estas máquinas, algún día podría acarrear problemas éticos. Podrían pasar de ser un objeto o herramienta más, a algo a considerar como individuos con derechos. Entonces sería muy difícil cambiar el chip a una sociedad que los ha usado como esclavos desde siempre.
Su campaña de protesta va dirigida expresamente contra la muñeca de True Companion, anunciada como la primera "muñeca-robot sexual", siempre excitada y siempre con ganas de hablar o jugar, dispuesta a ayudar a la gente a llenar un vacío y a encontrar la fecilidad, "sin necesidad de interacción humana". La robot sexual será capaz de hablar, escuchar, mantener una conversación, sentir tu tacto, tener un orgasmo y ser tu amiga.
La realidad es que se están labrando los cimientos para que el sexo con robots, acabe convirtiéndose en algo habitual. Han aparecido últimamente series donde la interacción física hombre-máquina, es algo bastante habitual. En Ex Machina, una robot seducía a un humano para poder escapar. Y en Her, el protagonista se enamoraba del sistema operativo de su teléfono.
En 2030, el sexo virtual en 3D será tan común como lo es hoy día el porno online. Y pocos años después, la mayoría tendremos juguetes sexuales para interactuar con la realidad virtual. El paso siguiente, será contar con sofisticados robots sexuales que se generalizarán cuando los precios estén al alcance de cualquiera.
David Levy, vaticina que el sexo con robots será en el fondo una cosa positiva para millones de humanos que no tienen relaciones satisfactorias. Los robots sexuales, asegura, pueden ser "una bendición" que podría ayudar a aliviar problemas desde la soledad a la pedofilia.
Pero para la antropóloga Kathleen Richardson, estamos, sin embargo, en los albores de una terrible pesadilla. Ella argumenta que las relaciones de prostitución con máquinas, no son ni éticas ni seguras. Según dice: “El desarrollo de robots sexuales, reforzará aún más las relaciones de poder que no reconocen a ambas partes como sujetos humanos".
Sus detractores no se quedan mudos, y declaran que la gente puede encontrar la felicidad y sentirse llena, de formas alternativas a la interacción humana (y que se trata de meros juguetes sexuales).
Pero para Kathleen, el aspecto humanoide de estos robots, sus funciones, y la relación con estas máquinas, algún día podría acarrear problemas éticos. Podrían pasar de ser un objeto o herramienta más, a algo a considerar como individuos con derechos. Entonces sería muy difícil cambiar el chip a una sociedad que los ha usado como esclavos desde siempre.
Su campaña de protesta va dirigida expresamente contra la muñeca de True Companion, anunciada como la primera "muñeca-robot sexual", siempre excitada y siempre con ganas de hablar o jugar, dispuesta a ayudar a la gente a llenar un vacío y a encontrar la fecilidad, "sin necesidad de interacción humana". La robot sexual será capaz de hablar, escuchar, mantener una conversación, sentir tu tacto, tener un orgasmo y ser tu amiga.
Fuentes: