Detectaron señales de otra galaxia... ¿Son de alienígenas?

Detectaron señales de otra galaxia... ¿Son de alienígenas?

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El Universo en que vivimos nos envía señales continuamente. Algunas son claras y su origen es evidente. Otras, sin embargo, resultan misteriosas y los científicos no son capaces de determinar su origen. De todas ellas, las más intrigantes son, sin duda, los FRB o ráfagas rápidas de ondas de radio.
Estas llegan a la Tierra desde el espacio profundo, son muy breves (solo duran unas milésimas de segundo) y provienen de más allá de nuestra galaxia.
Llevan ocurriendo probablemente durante miles de millones de años, pero los humanos las descubrimos en 2007. Desde entonces, solo se han detectado poco más de 100 y astrónomos de todo el mundo tratan de «cazar» estos brillantes e inesperados destellos en el firmamento. Se trata, por supuesto, de una cuestión de suerte, ya que los FRB son imposibles de predecir y la única forma de detectarlos es que los instrumentos estén observando continuamente, con la esperanza de que uno de esos breves eventos se produzca dentro de su radio de acción.
De momento, solo ha sido posible identificar el origen de cinco de ellos (de dónde vienen, quiero decir, no qué los genera).

La señal de nombre FRB 180916.J0158 + 65, se repite cada 16,35 días de la siguiente forma: durante cuatro días llegan a la Tierra una o dos ráfagas rápidas de radio cada hora. Después, durante doce días, el silencio. Tras este periodo, el ciclo se vuelve a repetir. Los astrónomos observaron este fenómeno en 28 ocasiones durante los últimos 13 meses.

El hecho de que la emisión se dé una y otra vez, ha permitido averiguar desde dónde llega dicha señal: se emite desde las afueras de una galaxia en espiral situada a 500 millones de años luz de nosotros.
Esto indica que es poco probable que proceda de un agujero negro supermasivo, si bien podría ser un agujero negro de masa estelar (es decir, más pequeño).

Los investigadores apuntan a que esta repetición podría ser la órbita de algún cuerpo por determinar.
En tal escenario, las señales cesarían cuando son obstruidas por algo. Otra posibilidad es que la periodicidad podría deberse a vientos estelares discontinuos, que con su dinámica podrían impulsar o bloquear las señales de radio que llegan hasta nosotros.
Tampoco se puede descartar que lo que origina la señal sea un objeto único, como un magnetar o un pulsar de rayos X, aunque los investigadores señalan que la explicación del cuerpo solitario es un poco más difícil de conciliar con los datos.

Otra posibilidad que apuntan los investigadores es que este FRB (ráfaga rápida de radio) se esté repitiendo más veces, pero que la señal sea tan débil que los equipos terrestres no hayan podido detectarla.
Esta situación se ha dado con otros FRB en el pasado: al principio se pensó que no se habían dado más veces, pero al mejorar la tecnología se hallaron nuevas señales del mismo tipo.
Esto significa que muchas más ráfagas rápidas de radio podrían estar sucediendo continuamente sin darnos cuenta.
En efecto, las estimaciones sugieren que estas ráfagas de radio están llegando a la Tierra alrededor de mil veces por día, y de momento, la ciencia no sabe qué las causa.

En 2007 se empezaron a detectar este tipo de señales, y la señal que hoy nos ocupa en concreto, es la más cercana a la Tierra que se ha localizado hasta el momento. Esto permite a los astrónomos estudiar el evento con un detalle incomparable, pero como os decía antes, todavía no se dispone de la tecnología suficiente para descubrir el origen de las FRB que llegan a la Tierra y cómo se produce el fenómeno.
Resulta paradójico que tratándose de las señales más potentes jamás detectadas en el espacio, sean también las más escurridizas.

Aunque duran apenas unos pocos milisegundos pueden generar, en ese breve tiempo, la misma cantidad de energía que 500 millones de soles.

Como os decía al principio, a día de hoy más de 100 ráfagas rápidas de radio han sido detectadas, y debido a su amplia dispersión en distintas ubicaciones, la ciencia desestima por el momento el argumento de una fuente tecnológica extraterrestre (que como no podía ser de otra forma, algunos han afirmado).
Según Seth Shostak, astrónomo del Instituto SETI (ojo, el SETI que busca vida alienígena, no cualquier descreído): "Serían necesarias por lo menos 100 especies alienígenas avanzadas diferentes para dar cuenta de tantas señales, y todas ellas, además, habrían tenido que desarrollarse con la misma tecnología".
Se sumaba al razonamiento la revista Science Alert, diciendo: "Se ha demostrado que es extremadamente difícil encontrar un fenómeno cósmico que se ajuste al perfil de los FRB. Pero la ausencia de una explicación sólida hasta el momento no significa que debamos recurrir automáticamente a los extraterrestres, como lo han hecho muchos titulares. De hecho, quedan explicaciones igual o más plausibles que no emplean inteligencia extraterrestre".

Bueno. Simplemente, estas posturas indican que falta conocimiento, tecnología y estudios precisos para concluir nada. Hay que ser humildes.
Mucho más probable es que los estallidos rápidos de radio tengan un origen natural, aunque por ahora se desconoce cuál podría ser.

Y lo aclaro: yo no digo que no puedan existir seres extraterrestres por alguna parte (porque el cosmos es enorme), solo digo que estamos abusando de explicarlo todo desde la perspectiva fácil de que lo hacen aliens. Porque después de tantas grandilocuentes noticias sobre posibles señales extraterrestres... ¿se ha demostrado alguna? ¿Se ha publicado la esperada revelación de que alguna de ellas es efectivamente alienígena? Yo no he visto nunca ninguna.

Sea como sea, y me parece lícito, los astrónomos ya han puesto en marcha varios radiotelescopios para intentar esclarecer este tema desde el punto de vista del método científico.

Y voy a terminar con lo siguiente:
¿Os acordáis del misterio de la estrella Tabby? Sí, esa cuya variación de su brillo trajo de cabeza a todos desde su descubrimiento.
Ocasionalmente bajaba su brillo, a veces solo un 1 por ciento y otras veces hasta en un 22 por ciento, durante días o semanas antes de recuperar su brillo normal. Luego, un año después, se descubrió además que el brillo de la estrella también se está volviendo más débil con el tiempo, lo que no hizo más que aumentar su misterio.

Es ya una constante que en cada anomalía u observación que queda inexplicada (ni que sea temporalmente), aparezcan suposiciones de llamativas civilizaciones extraterrestres... y este caso no fue una excepción.

Quizá recordéis mejor este tema por la rimbombancia mediática que causó afirmar desde algunos sectores que se trataba de una megaestructura alienígena en plan esfera de Dyson.
Bueno, pues se ha encontrado un razonamiento mucho más «mundano». Según explican astrónomos de la Universidad de Columbia, la explicación estaría en el polvo que desprende una exoluna en descomposición.
Los trozos de las capas exteriores polvorientas de hielo, gas y roca carbonosa de la exoluna han podido resistir la presión de expulsión de la radiación que crea nubes de polvo de grano más pequeño, y el material volátil de grano grande ha heredado la nueva órbita de la exoluna alrededor de la estrella de Tabby, donde forma un disco que bloquea persistentemente la luz de la estrella.
Así, la explicación está en ese cuerpo celeste en desintegración, cuyo material se acumula en un disco de escombros alrededor de la estrella, y que bloquea la luz a medida que el material pasa entre ella y la visión en la Tierra.

Pero ojo, que como siempre ocurre en ciencia, esta explicación puede variar, mejorar o incluso ser descartada en el futuro. Pero por ahora parece la exposición más probable y agradezco que se unan esfuerzos para aclarárnoslo (aunque puedan equivocarse, sí).

¿Las nuevas y misteriosas señales rápidas de radio son debidas a seres extraterrestres inteligentes?
¿O se deben a causas naturales que todavía no conocemos?


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